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FIAT PULSE DRIVE TEST.

Esta variante del nuevo SUV compacto, con motor chico y caja manual, cuenta con un muy razonable equipamiento para una variante de entrada de gama.

Por CHRISTIAN HEIN / Fotos: ALEJANDRO CORTINA RICCI

Esta opción del más reciente de los modelos de la marca italiana presentado en nuestro mercado ocupa la posición de entrada de gama. Emplea el conocido motor 1.3 de 99 CV asociado con una caja manual de cinco velocidades.

Disponible en el mercado en tres versiones, llegó a nuestras manos esta alternativa que lo convierte en uno de los SUV más baratos del mercado: el Pulse cuenta con un motor 1.3 aspirado que también equipan sus hermanos Cronos y Argo, acompañado por una caja manual de cinco marchas.

Este modelo que llega de Brasil está basado en la plataforma MLA y comparte gran cantidad de elementos con el Argo.

Respecto de la versión más equipada ‒Impetus, que probamos en la edición de junio de este año (número 524) ‒, exteriormente esta alternativa de entrada no varía demasiado. Las diferencias más notables en esta versión Drive son la ausencia de los rompeniebla y lo monótono del techo, que en el caso del full es negro. Por otra parte, las llantas también son distintas: la buena noticia es que son de aleación, aunque la del Drive es de 16 pulgadas, mientras que la del Impetus es de 17. Otra novedad para remarcar es que tanto los

faros delanteros como traseros son full led, de serie.

Adentro también son muy parecidos: ambos se destacan por la gran pantalla flotante de 10,1 pulgadas, en tanto el tope de gama cuenta con tapizados de cuero, en contraposición con el Drive, que los ofrece de tela. Estos últimos muestran un diseño agradable, además de una buena manufactura de las costuras y las texturas que anuncian una larga durabilidad. Las uniones de los paneles también transmiten una apropiada percepción de calidad, sobre todo por los encastres de las piezas y paneles que ‒hay que decirlo‒, en su mayor parte están compuestos por plásticos duros. La aislación del habitáculo es correcta para un vehículo de su segmento.

Practicidad

Como es de esperarse en este tipo de modelos relativamente chicos pero altos, la posición de manejo es correcta para todo tipo de tallas, aunque el volante solo se regula en altura y no en profundidad. En cuanto a los “anchos” de piernas, quienes viajen adelante estarán un poco invadidos por la consola central y los portaobjetos de las puertas. Nada que no suceda en otros modelos del segmento.

Atrás es muy cómodo para quienes viajan en los laterales, en tanto que la plaza del medio otorga menos libertades, sobre todo para las piernas de quien la ocupa. Una de las “contras” de esta versión es que carece de manijas en el techo, con el inconveniente adicional de que las de las puertas tampoco tienen una forma adecuada para agarrarse o descansar los brazos durante el viaje.

Los 370 litros de capacidad del baúl son bastante lógicos para un vehículo de su tipo. Adentro, debajo de una modesta alfombra

vamos a encontrar una rueda de auxilio que, como suelen decir los brasileños, “infelizmente” es de uso temporal.

Muy racional

La fórmula que encontró la marca para estos vehículos compactos, prioritariamente citadinos, es la incorporación del conocido 1.3 Firefly. Este impulsor aspirado que utilizan las dos variantes Drive (una manual y la otra CVT) entrega unos muy lógicos 99 caballos, mientras que el torque es de unos modestos 13 kgm, recién a las 4.000 vueltas. En esta opción está asociado a una transmisión manual de cinco marchas, cuya primera es bastante corta, compensando así la baja entrega de par y dándole al Pulse la potencia necesaria para moverse con notoria agilidad, especialmente en el ámbito urbano. Yendo a los números, en las pruebas alcanzó los 169,8 km/h de velocidad máxima y aceleró de 0 a 100 km/h en 12,6 segundos. Y para pasar, por ejemplo, de 80 a 120 km/h en cuarta, demandó 12,7 segundos, tiempo que indica que a los sobrepasos en ruta hay que hacerlos con mayor precaución que con un moderno turbo 1.0 como el de su hermano Impetus que ‒caja automática mediante‒, lo hizo en 7,5 segundos.

El funcionamiento de la caja es correcto, aunque no le hubiese venido mal una sexta para viajar un poco más relajado, ya que en quinta, a 120 km/h, el motor anda a unas 3.500 vueltas, rindiendo a esa velocidad constante a razón de 12,9 km/l. Mientras tanto, a 90 km/h obtuvimos unos apropiados 17,7 km/l y en ciudad registramos otros razonables 10,9 km/l.

Versátil

Dotado con neumáticos de tamaño 195/60 R16, el andar

en ciudad es muy bueno, a pesar de valerse de un eje rígido trasero. Cuenta, además, con la ventaja de tener un adecuado despeje (19 cm) para no tocar en ningún lado que no sea fuera de los caminos habituales. En ruta también se desenvuelve correctamente, siempre considerando que se trata de un familiar. Varios pulgares arriba para la dirección que, más allá del buen grip del volante que no está forrado en cuero como el Impetus, se mostró muy blanda para realizar maniobras cortas y con la suficiente dureza para mantenerse firme en la ruta gracias a la asistencia eléctrica.

Para nada “base”

En lo que hace al equipamiento de confort, este Pulse Drive nos sorprendió bastante por tratarse de una versión de entrada. En líneas generales incluye destacables ítems, como el control de velocidad crucero, la pantalla de 10,1 pulgadas con cámara de marcha atrás, el sensor de estacionamiento trasero, el climatizador automático (de una zona), los cuatro levantavidrios eléctricos con one-touch para subir y bajar, el navegador, el cargador inalámbrico de celulares y los espejos exteriores eléctricos, entre otros. Un gran tirón de orejas para quienes pensaron que los puertos USB (uno común y otro tipo C adelante, más uno común atrás) compensaban la inadmisible ausencia de tomas de 12 voltios. ¿Dónde enchufamos ahora nuestro vaso térmico, el compresor de aire o la aspiradora portátil?

El tablero de instrumentos es otro de los elementos que cambia, ya que en este caso combina información analógica con digital, mientras que el del full es totalmente digital.

En materia de seguridad se diferencia un poco más del Impetus debido a que no cuenta con frenado autónomo de emergencia ni sistema de mantenimiento de carril activo. Sí incorpora la

misma cantidad de airbags (cuatro), asistente de arranque en pendiente y control de presión de neumáticos, además de los sistemas que ya son obligatorios, como el ABS, el ESP y los anclajes Isofix.

Con discos traseros a tambor, la respuesta a la hora de frenar fue buena, arrojando, por ejemplo, de 100 km/h a 0, unos aceptables 42 metros.

Acomodado

Con un valor de 4.139.900 pesos, esta versión Drive queda posicionada entre los SUV o Crossovers (como guste llamarlos cada marca), más baratos del segmento. Teniendo en cuenta sus principales características, el Pulse llega para competir con vehículos tales como el Peugeot 2008 Feline 1.6 MT5 de 115 CV, a 4.462.600 pesos; el Citroën C4 Cactus VTi Feel MT5 de 115 CV, a $ 4.398.500; el Volkswagen Nivus 170 TSI MT5 de 95 CV, a $ 4.972.824; el Renault Duster Zen 1.6 de MT5 de 115 CV, a $ 4.664.300; el Nissan Kicks 1.6 Sense MT5 de 120 CV, a $ 4.399.300; el Ford Ecosport SE 1.5L Dragon MT5 de 123 CV, a $ 4.443.000, y el Chevrolet Tracker 1.2T de 132 CV, a $ 4.587.900. En las listas oficiales también encontramos a los chinos Chery Tiggo 2 Pro 1.5 MT5 de 109 CV, a 23.195 dólares (unos 3.800.000 pesos, valor dólar oficial) y el Jac S2 1.5 Intelligent FL MT5 de 109 CV, a 22.260 dólares (unos 3.640.000 pesos, también valor dólar oficial).

De esta manera, el Pulse se posiciona como uno de los modelos más actuales y baratos del mercado, tomando como principales argumentos el atractivo diseño y el buen nivel de equipamiento, pese a tratarse de una versión de entrada.

SUMARIO

es-ar

2022-11-15T08:00:00.0000000Z

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