“TEMI MORIR COMO MI MADRE” HARRY Y MEGHAN: UN ESCANDALO EN NUEVA YORK

Era un viaje planeado y muy importante para Harry (38) y Meghan Markle (41). Se trataba de su primera presentación pública luego de la coronación de su padre, el Rey Carlos III (74), y de los rumores de crisis en la pareja. Además, se trataba de un importante hecho para la vida de la ex actriz que recibía el premio “Women of Vision Award”, en reconocimiento a “su defensa global para empoderar y abogar en nombre de mujeres y niñas”, en honor a la fundación de mujeres más antigua del país. Por eso la pareja, acompañada por la madre de Meghan, Doria Ragland (66), viajó a Nueva York para disfrutar de una especial velada. Para esa noche Markle eligió un vestido dorado de la diseñadora colombiana Joanna Ortiz, strapples, bautizado “Ideal Universe midi dress”, con pequeño corte diamante y abertura hasta la rodilla. Completó su arreglo con stilettos de Tom Ford y pequeño bolso amarillo de Carolina Herrera, más aros de oro. Con su cabello peinado con suaves ondas, Meghan mostró un look más osa

do de lo que le permitía el estricto protocolo de la Familia Real Británica.

Felices, al abandonar el lugar en auto con equipo de seguridad privada, repentinamente, como lo aseguró uno de sus guardaespaldas, “Seis automóviles no identificados, con vidrios oscuros, con paparazzis, comenzaron a seguirnos. Subían al pavimento, iban en contramano, estuvieron al borde de chocar otros autos, peatones y hasta a policías en su verdadera cacería que duró dos horas…” Como para despistar a los fotógrafos se refugiaron en una comisaría y luego abordaron un taxi. Primero, la reacción de Harry fue grabar a sus perseguidores con su propio celular pero después sus nervios y la emoción terminaron ganándole. Según contaron, el ex príncipe de Gales siente que experimentó lo mismo que vivió su madre, Lady Di, el 31 de agosto de 1997, cuando falleció, a los 38, en París al chocar el auto que era perseguido por los paparazzis. “Sentí lo que seguramente sintió ella y temí morir como mi madre”, repitió con voz temblorosa al lograr regresar, pasada la medianoche, a la casa de los amigos que los alojaron en Nueva York.