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Miramar de Ansenuza, Córdoba

Es el único pueblo cordobés con el mayor espejo de agua de América Latina. Podés disfrutar las playas de la laguna de Mar Chiquita, su fauna, su flora y vivir una experiencia turística inolvidable

El mar de Ansenuza es una de las maravillas naturales de la provincia de Córdoba y se considera como uno de los humedales salinos más grandes del mundo. El dique natural que contuvo el agua proveniente de los ríos Dulce, Suquía y Xanaes, dio origen al espejo de agua que hoy disfrutan habitantes y visitantes de la localidad que se encuentra a poco menos de 200 kilómetros de la ciudad de Córdoba y a 275 de la capital santafesina.

Un lugar para disfrutar

Además de sus confortables instalaciones y su bellísimo paisaje, la ciudad de Miramar de Ansenuza brinda el escenario ideal para practicar deportes náuticos y realizar avistaje de centenares de especies de aves: flamencos, patos, biguaes, gaviotas, golondrinas, por solo mencionar algunas.

Una vez arribado al destino comienza la acción con una caminata para avistar su fauna tan destacada, con más de 300 especies. Además, se podrán encontrar garzas, gaviotas, famencos rosados, nutrias y diversos peces.

A esto hay que sumarle el área de bañados del sector norte, por donde ingresa el río Dulce (Petri), que termina formando un increíble ecosistema, en permanente cambio por las variaciones de los niveles de la laguna, que ha favorecido el desarrollo de una avifauna de excepción y que, en algunos casos, sirve de estratégico descanso en el agotador derrotero migratorio de cientos de especies, que le han dado a la región renombre internacional, Sitio Ramsar. Entre las propuestas, también se destacan la pesca de pejerrey, la balneoterapia –para aprovechar así las propiedades minerales del fango y el agua salada de la laguna-, las excursiones guiadas, los safaris fotográficos, los paseos nocturnos y la visita a museos como el Hotel Viena. Sus museos son otra propuesta para aprender sobre la historia del lugar y sus especies. Entre los más destacados se

encuentra el Museo de Ciencias Naturales Aníbal Montes, para conocer los orígenes de la laguna desde una mirada geológica.

También el de fotografía, Dante Marchetti, con un contenido histórico del pueblo.

Luego, se puede visitar la capilla Museo San Antonio con reminiscencias croatas y más cerca de la ciudad está el Museo

Hotel Viena, uno de los más visitados por su pasado alemán y algunas leyendas de fantasmas.

Balneoterapia y deportes

El agua y el barro de Mar Chiquita poseen cualidades medicinales. Si el clima lo permite, luego de la caminata y visita, se puede realizar una experiencia diferente como embarrarse en lodo y sumergirse en las aguas de la laguna.

La práctica de deportes acuáticos también es una buena opción, a la que se le puede sumar dar un paseo en lancha y contemplar la puesta del sol. Los atardeceres en Miramar de Ansenuza son simplemente imperdibles, y la playa o la costanera son un lugar ideal para disfrutarlos.

Ante tantas alternativas, el destino garantiza la comodidad de sus plazas de alojamiento, siempre bajo los cánones del confort y la seguridad. Con una hotelería y gastronomía de primer nivel, la comodidad de sus servicios garantiza una experiencia turística inolvidable, en contacto con la flora y la fauna autóctonas.

Exquisiteces del lugar

Para coronar esta increíble experiencia, la gastronomía de la ciudad es bien variada y permite degustar preparaciones locales, como sucede con dos de sus productos favoritos: el pejerrey y la nutria en sus diversas variantes.

Sin dudas, una de las joyas naturales más impactantes del planeta ha convertido a Miramar de Ansenuza en un destino único, y el atractivo turístico se potencia con una oferta de servicios de calidad que invitan siempre a volver.

Sumario

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2022-01-12T08:00:00.0000000Z

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