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CHERY TIGGO 8 PRO

Este SUV con capacidad para siete pasajeros es el modelo más sofisticado que la marca china haya comercializado en nuestro. Lo manejamos de manera exclusiva antes de su lanzamiento comercial, programado para el próximo mes de julio.

Texto y fotos: ALEJANDRO CORTINA RICCI

Es el modelo que ocupa la posición de tope de gama de la marca china en nuestro país. Se destaca por una propuesta que tiende al lujo, amplio nivel de equipamiento en una carrocería de 4,7 m de largo. Suma motor 1.6 de 186 CV y caja automática de siete velocidades.

La llegada de Chery a la Argentina allá por 2007 significó el desembarco oficial de una automotriz china en nuestro país. Por aquel entonces, los productos de este fabricante se caracterizaban por ser muy básicos y tomar plataformas antiguas de otras automotrices, pero ofrecían una tentadora relación precioproducto con la que supieron cautivar a los primeros clientes de este lado del planisferio.

A lo largo de estos años hemos sido testigos de la voraz expansión de automotrices oriundas del Gigante Asiático en nuestro país. Muchas de ellas con productos que demostraron estar a la altura (o casi) de los de marcas tradicionales,

por caso Great Wall, Haval o Geely, aunque algunas unidades de la terminal con sede en la ciudad de Wuhú no llegaban a colmar nuestras expectativas.

Sin embargo, con la llegada del Tiggo 4 Pro esos prejuicios fueron desapareciendo en virtud de los avances tecnológicos en materia de electrónica, calidad y mecánica, y hoy toca evaluar ‒de manera exclusiva‒ el modelo más sofisticado que Chery haya comercializado en nuestro país.

Nos pusimos al volante de su nuevo buque insignia a nivel mundial: el flamante Tiggo 8 Pro que será lanzado comercialmente durante el próximo mes de julio.

En busca del ADN

Si hay algo que siempre se le criticó a los autos chinos fue el diseño. Y resulta lógico teniendo en cuenta que en sus orígenes todos los modelos manufacturados en este país tomaron como base las antiguas plataformas que iban abandonando otras terminales en busca de una evolución.

Pero, nobleza obliga, hay que destacar que desde hace algunos años estos productos han ido encontrando un ADN propio, y en el caso de Chery la compañía supo nutrirse de diseñadores experimentados a nivel mundial para este menester.

Eso se advierte a simple vista en el nuevo Tiggo 8 Pro, un refinado Sport Utility de 4,77 metros de largo que llama la atención por su imagen frontal caracterizada por una parrilla de grandes dimensiones (con un singular diseño cromado tridimensional), escoltada por modernas firmas lumínicas full led.

La generosa distancia entre ejes de 2,70 metros da cuenta de la amplitud de una carrocería con buena superficie vidriada, cuya ascendente línea de cintura es resaltada con varios detalles cromados, tales como una inserción sobre el parante A y los bajos de las puertas, además de los marcos de las ventanillas, las barras del techo y las llantas diamantadas de 18 pulgadas que aportan lo suyo.

Pero es quizás atrás donde

este Tiggo 8 Pro desnuda un estilo muy genérico propio de los SUV chinos, que apelan a colocar el nombre de la marca con una enorme tipografía sobre el portón trasero para darle mayor visibilidad.

En este sector podemos destacar los elevados paragolpes con doble salida de escape (activas) y unas luces que si bien tienen un formato exterior muy estándar, encuentran su sofisticación en la firma lumínica interna, con la implementación de varias tiras de led.

Al diseño, calidad

Uno de los aspectos más interesantes para evaluar en los autos chinos es cómo han mejorado sustancialmente su carta de presentación puertas adentro, sobre todo en este tipo de segmentos.

Eso se advierte instantáneamente al cerrar la puerta del Tiggo 8 Pro, que emite un agradable sonido que denota robustez estructural, y posteriormente al ingresar al habitáculo, cuyo entorno es tan moderno como elegante.

La cabina está muy bien insonorizada: casi no se escucha el motor y el ruido que genera el viento al atravesar la silueta de la carrocería es im

perceptible.

La parte superior del panel de a bordo está construido con materiales blandos que confluyen armoniosamente con los apliques símil madera de color gris que recorren el ancho del frontal y partes de las puertas, además de las inserciones de aluminio de algunas teclas y toberas del aire acondicionado.

Los tapizados símil cuero de las butacas y los paneles internos aportan a la percepción general, coronada por una interesantísima cuota tecnológica.

Desde el puesto de mando el piloto controla todo a través de un tablero ciento por ciento digital cuyo aspecto cambia según el modo de manejo seleccionado (Eco o Sport). Si bien ofrece mucha información y la serigrafía es bien legible, tal como ocurre con muchos modelos chinos la interfaz para comandar la computadora de a bordo no es para nada intuitiva.

Sobre el torpedo reina la enorme pantalla del sistema de infoentretenimiento. Táctil y de 12,3 pulgadas, ofrece compatibilidad con Android Auto y Apple CarPlay, pero lo más interesante es la calidad de los gráficos y la nitidez con la que transmite las imágenes que capta la cámara de 360°.

A propósito de esta última, cabe destacar la variedad de vistas que ofrece; una de ellas, del tipo cenital, permite tomar

mayor dimensión de lo que ocurre en tiempo real en el entorno de la carrocería.

Otro ítem digno de destacar es que en la consola central, junto a la moderna selectora de cambios tipo joystick, el Tiggo 8 Pro dispone de una tercera pantalla destinada a la configuración del climatizador bi-zona y la calefacción de las butacas delanteras.

Debajo de este sector hay un compartimiento en el que se encuentra el cargador inalámbrico para teléfonos celulares, al que se puede acceder desde ambos laterales, aunque su ubicación hace que el acceso sea incómodo.

El puesto de conducción del Tiggo 8 Pro es totalmente eléctrico. Esto, sumado a la doble regulación del volante, permite encontrar una óptima posición de manejo.

Las butacas delanteras son mullidas y ofrecen una agradable anatomía. Otra característica elogiable es la generosa habitabilidad para los ocupantes de las plazas traseras. Los respaldos de la segunda fila son reclinables y se abaten en proporción 60/40. Aademás, los asientos se pueden desplazar longitudinalmente para ganar espacio si la última hilera no está en uso, pese a que el volumen para ubicar las piernas ya es de por sí muy amplio.

En este sector los pasajeros contarán con difusores del aire acondicionado y un toma USB de carga rápida. La sensación de amplitud se ve beneficiada también por el enorme techo panorámico eléctrico.

En la última fila, el espacio para los dos ocupantes es lógicamente bastante limitado, aunque cumple su cometido para trasladar a dos pasajeros extra en el día a día.

Cabe destacar que con esta última configuración el volumen del baúl es de 193 litros, pero con cinco asientos en uso asciende a 892 litros. El portón trasero cuenta con apertura eléctrica (desde la llave o un botón), pero no de manera gestual como ofrecen otros SUV de este segmento.

Queda claro que la incorporación de una tercera fila obliga a ubicar la rueda de auxilio debajo del chasis: lamentablemente, en este caso es, además, de uso temporal.

Una grata sorpresa

Inicialmente, la única versión del Tiggo 8 Pro que se comercializará en nuestro país equipa un motor 1.6 turbo naftero de 186 caballos de potencia y 28 kgm de torque que trabaja asociado con una transmisión automática de doble embrague y siete velocidades que envían la fuerza a las ruedas delanteras.

En otros mercados existe una versión híbrida e incluso otra con tracción 4x4 (denominada Pro Max), cuyo motor naftero alcanza los 245 CV.

Pero volviendo a este “uno seis”, debemos decir que nos sorprendió gratamente. Se trata de un propulsor ágil y convincente, que se destaca por empujar con decisión durante los procesos de aceleración una vez que el tacómetro supera las 2.000 rpm y al que no parece afectarle en lo más mínimo los 1.640 kilogramos del conjunto.

Las prestaciones son elocuentes. Durante nuestras pruebas de rigor obtuvimos una velocidad máxima de 203 km/h, en tanto que la aceleración de 0 a 100 km/h fue de 8,6 segundos.

La eficaz respuesta de la transmisión (con levas en el volante para lograr un manejo más deportivo) queda demostrada en los 5,8 segundos que necesitó el Chery Tiggo 8 Pro para pasar de 80 a 120 km/h, situación que da cuenta de su capacidad para realizar un sobrepaso en la ruta.

Como es de esperar, con estas características el elevado gasto de carburante acusa recibo al sobrepasar los 120 km/h, marca que condiciona el rendimiento promedio de este modelo, establecido en unos 10,6 km/l.

La dirección con asistencia eléctrica es agradable y no presenta vicios al incrementar la velocidad. Dinámicamente se advierte un vehículo robusto y bien plantado, pero que lógicamente (dado su porte) tiende a irse de cola al exigirlo en maniobras a altas velocidades. No obstante, en estos casos el ESP interviene de manera inmediata para mitigar su trayectoria.

El confort de marcha es otra de las virtudes de este nuevo

SUV de Chery gracias al esquema independiente del eje trasero del tipo Multilink. Sin embargo, si se transita de manera “alegre” sobre superficies irregulares (badenes y lomos de burro), el tren delantero pasará factura, ya que el recorrido de las suspensiones es algo corto.

En este aspecto también tiene injerencia el bajo perfil de los neumáticos (rodado 235/55

R18). Pero la mayor crítica hacia este modelo es el desempeño del sistema de frenos.

Pese a contar con discos en las cuatro ruedas y varias asistencias electrónicas, las distancias de frenado en la pista resultaron excesivamente largas. Por ejemplo, para detenerse por completo desde 120 km/h necesitó 70,6 metros, evidenciando una marcada tendencia a perder la línea.

Al ritmo de las ADAS

Esta única variante del Chery Tiggo 8 Pro (denominada Luxury ADAS) que se pondrá a la venta aquí durante el próximo mes de julio, tiene un precio de lista 54.056 dólares, un valor muy competitivo -al menos en la teoríasi tenemos en cuenta que desde la marca aseguran que operan con el cambio oficial (unos 12.500.000 pesos al cierre de esta nota) y comparado con el de otros SUV monocasco con capacidad para siete pasajeros, motor naftero y tracción 4x2 (excepto el VW Tiguan que es 4Motion) que se ofrecen actualmente en nuestro mercado (ver Otros en su clase).

Decimos esto no sólo por lo expresado anteriormente respecto de sus prestaciones y calidad general, sino también por su notable dotación de confort y seguridad, esta última resaltada por una interesante cantidad de asistencias a la conducción con las que Chery, precisamente, utiliza a modo de nomenclatura en esta variante.

Entre ellas destacamos el sistema de advertencia y asistencia de permanencia en el carril, detector de punto ciego, alerta de colisión frontal, freno de emergencia autónomo, asistente de tráfico cruzado posterior, reconocimiento de señales de tránsito y control de velocidad crucero adaptativo, entre otros.

En este rubro, además de los obligatorios frenos ABS y control de tracción y estabilidad, este Sport Utility se sirve de seis airbags, anclajes para sillas infantiles, sensores de estacionamiento (delanteros y traseros), asistencia de arranque en pendiente, sistema de supervisión de presión de neumáticos y control de descenso.

Habrá que ver si el cliente argentino le da un voto de confianza a este modelo que llegará para competir muy seriamente en un nicho muy pequeño del mercado, donde los referentes son de marcas con mucha trayectoria. Pero tiene con qué.

SUMARIO

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2023-05-12T07:00:00.0000000Z

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