Instrucciones para perderse
MARÍA JOSÉ EYRAS
El guardián de los cerdos Autor: Sebastián Grimberg Género: novela Otras obras del autor: La guerra de los secadores; La mirada del asesino; Cada siete segundos Editorial: Indómita Luz, $ 2.500
El protagonista de la nueva novela de Sebastián Grimberg está perdido. En su desorientación, Julio Espaser se ha tomado el tren que une Buenos Aires con Posadas, el Gran Capitán, escapando del compromiso con una mujer embarazada y del hermano de ella. Pero en esa huida, ciertos hechos le devolverán una parte de sí mismo.
Además de los motivos de la huida, hay un deseo: ir en busca de un abuelo misionero, saber acerca de los ancestros. El protagonista tiene una abuela indígena, escribe y se propone presentarse a un concurso de ensayo. Así, a través del tema de ese ensayo, la novela trae a escena a Andrés Guacurarí, caudillo federal, también surgido de los pueblos originarios. En ese sentido es un acierto volver visible esta figura relevante de Misiones, un hombre apadrinado por José Gervasio Artigas de quien poco se habla en las versiones hegemónicas de los libros de Historia.
Dos narraciones se alternan: las peripecias de Julio Espaser y una de larga fábula que va puntuando la narración. Esta línea narrativa irrumpe con una voz diferente y además incorpora situaciones extrañas, animales que sugieren otro mundo. La fábula enlazándose a un relato por zonas pedestres en su insistencia sobre sensaciones y necesidades básicas del protagonista, suma relieve y misterio al texto.
La aventura del protagonista comienza lentamente. Se apoya en la descripción de episodios mínimos pero sugerentes, que contrastan la vida cotidiana de los personajes de un hotel del interior con sus derivas mentales de chico de ciudad. Hasta que la inclusión de una muerte altera las oscilaciones del electrocardiograma de la historia. Y lo que hasta allí había aparecido dosificado toma fuerza: el trasfondo del relato central, el conflicto íntimo del personaje y el origen de la narración bizarra introducida en paralelo.
Un encanto no menor de esta novela es que logra destacar entre líneas el descubrimiento de lo que está al otro lado de lo familiar. Cómo perderse puede ser, más que una circunstancia física, un estado de la mente al que hay que poder hacerle lugar. Perderse, en un sentido abierto, podría ser una invitación a descubrir facetas ocultas de nosotros mismos. Algo de esto le sucede a Espaser en su encrucijada afectiva, más allá de su viaje a Misiones, cuando sale de la propia identidad, se pierde entre los demás y llega a perderse, él mismo, de vista.
Dos narraciones se alternan: las peripecias de Julio Espaser y una de larga fábula que va puntuando la narración
CULTURA / LIBROS
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2023-09-17T07:00:00.0000000Z
2023-09-17T07:00:00.0000000Z
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Editorial Perfil