Un modo posible de la vida por venir
J.Z.
2023-09-17T07:00:00.0000000Z
2023-09-17T07:00:00.0000000Z
Editorial Perfil

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CINE / FESTIVALES
Florencia Mazzadi, la directora artíst ica de Cinemigrante, el festival que regresa en su edición 14 al Centro Cultural San Martín, Gaumont y Centro Cultural Kirchner, afirma que se trata de “una edición que destaca una cinematografía de un mundo por venir”. El evento, que tendrá lugar del 20 al 30 de septiembre, contará como siempre con actividades, lecturas, per formances e invitados internacionales, todo con acceso libre y gratuito. Suma: “Mostramos una cinematografía de jóvenes de diferentes partes del mundo que rechazan el devenir del mismo y promueven desde las visiones periféricas un modo posible de vida por venir. Es una cinematografía hecha por existencias en peligro, existencias a las que se las asesina día a día, se les dice ‘vos aquí no tienes un lugar para ser’. Y desde ese no futuro, estas vidas recobran fuerza y proponen un mundo radicalmente distinto. Desde ese no futuro asfixiante, generan el aire necesario y es la narrativa cinematográfica la llave para ello. Es el cine, es lo sensible lo que conforma una experiencia de un posible devenir colectivo”. —¿Qué sentís que importa, más que antes, de este evento en el panorama actual del cine en Argentina? —Creo que puede tender puentes desde lo narrativo. El festival trae modos cinematográficos narrativos experimentales realizados por jóvenes principalmente que sus experiencias parten del trauma y la violencia de la colonialidad. Y el cine es una estrategia. Una estrategia para ingresar en la historia narrativa y para reparar. Son pequeñas parcelas habitables porque son estrategias reparatorias. —¿Qué implica el poder seguir haciendo el festival? —Un desafío enorme. No solo porque trabajar en un hecho artístico siempre es desafiante. Sino porque los contextos de producción no son siempre acordes a los tiempos y procesos de un hecho artístico. Cinemigrante es un festival con mucho trabajo curatorial, desde la vinculación entre aquello que vibra y pulsa en la calle, en nuestras experiencias cotidianas de sentir hacia el cine, el dispositivo sensible del arte. Esto implica tiempos prolongados, trabajos de investigación profundos, y por ende recursos permanentes. Y los festivales a veces solo somos considerados meros eventos de exhibición. Cinemigrante no lo es y poder llevarlo a cabo, es entonces un desafío y mucho trabajo de mucha gente que pone mucho para poder llevarlo a cabo. —¿Qué te gustaría destacar de la nueva edición? —La presencia de Olivier Marbouef, uno de los curadores más importantes hoy del ar te contemporáneo, y la presencia de Adirley Queiros, que viene para exhibir su reciente película Mato Seco en Chamas, una pieza de una narrativa radical, mujeres negras de las periferias que en el Brasil, con un Bolsonaro recién electo, deciden conformarse como lideresas de un movimiento de motoboys, comandado por ellas.
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