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TOYOTA HILUX GAZOO RACING SPORT III TEST.

La tercera generación de la camioneta “deportiva” de la marca japonesa llega con ajustes profundos. El más importante es el cambio de motor. Suma modificaciones en el chasis y un nivel de equipamiento muy completo.

Por WALTER TOGNERI / Fotos de ALEJANDRO CORTINA RICCI

La tercera edición de esta versión especial de la pick-up fabricada en Zárate apunta a la deportividad. Ajustes en el chasis, amortiguadores especiales y detalles exclusivos de decoración se complementan con al motor 2.8 turbodiésel que, en este caso, entrega 224 CV.

Hace tiempo que desde estas páginas especulamos con la posibilidad de que la Argentina se transforme en un polo productor de pick-ups medianas, aquellas conocidas como “de una tonelada”. Si bien en esta época de tanta incertidumbre a partir de un Gobierno nacional que no encuentra el rumbo y que aplica una política económica que limita la fabricación local de vehículos y de cualquier producto (las trabas a la importación de insumos coarta esas posibilidades), aquellas presunciones “cayeron en saco roto”. Sin embargo, algunas certezas y nuevas teorías reavivaron tal posibilidad.

Recordemos que Peugeot prepara el desembarco de la Landtrek, modelo del cual derivaría una variante con el logotipo de Fiat en la parrilla, a partir de la cual surgieron conjeturas sobre su eventual producción nacional.

Pero también hay lugar, aparentemente, para la fabricación local de unidades de las llamadas pick-ups compactas: declaraciones de funcionarios del Gobierno nacional abrieron la posibilidad de que la nueva Renault Oroch se construya en el complejo industrial de Santa Isabel, provincia de Córdoba.

En el mismo sentido (pero sin declaraciones oficiales), la incorporación del SUV Tracker en la línea de la factoría de General Motors de Alvear (Santa Fe) dio lugar a teorías que apuntan hacia la producción local de la nueva Maverick. Hasta acá, todas especulaciones.

Lo concreto es que la actual oferta de camionetas de una tonelada de producción nacional es muy variada e interesante, y en el futuro se jerarquizará con, por ejemplo, el restyling de la Volkswagen Amarok y la llegada de la nueva Ford Ranger. No nos equivocamos si decimos que hay un modelo para cada cliente, incluso para quienes pretenden conducir un vehículo de este tipo pero con una clara impronta deportiva.

Serie tres

En ese apartado que hace gala de la deportividad, aparece como producto destacado la Toyota Hilux Gazoo Racing, unidad que fue desarrollada en la Argentina para, luego, “salir al mundo”.

Este particular producto avanza por su tercera serie, unidad que, como en cada una de las versiones anteriores, se destaca no solo por el aspecto, sino también por una preparación especial.

Entra por los ojos, por supuesto: no alcanza con ser, hay que parecer... Y para eso los diseñadores de Toyota aplicaron una serie de detalles -simples pero destacados- en la silueta de doble cabina. Algunas calcomanías, que se fueron reduciendo con el paso de las ediciones, cubren los laterales del vehículo y se complementan con la placa identificatoria en la que se lee la sigla GR. En el caso de las unidades de color blanco (como la que manejamos), y la roja, los picaportes, el techo, el capó, la carcasa de los retrovisores y los overfenders (con un pequeño aplique rojo en la parte superior) son de color negro. Un detalle destacado es la presencia en la parrilla (también de color negro) de la palabra Toyota en lugar del logotipo tradicional: esa característica “delata” que se trata de una unidad deportiva.

Una barra de San Antonio (negra, por supuesto) se suma a esta adaptación estilística, junto con las llantas oscurecidas, los estribos de aluminio y la lona marítima de la caja de carga. Curiosamente, el paragolpes trasero es de color gris.

Con esta configuración, la nueva Hilux Gazoo Racing Sport no pasa inadvertida. Especialmente los usuarios de camionetas se reconocen sorprendidos frente a su presencia.

Pero también hay detalles exclusivos en el interior. Allí, en un ambiente con mucho plástico duro, aparecen agregados de símil fibra de carbono, detalles en color rojo (que suman deportividad), además de las identificaciones exclusivas, bordadas con el logo de la división Gazoo Racing y la placa en la que aparece el número de la unidad que conforma esta serie especial: nos tocó la 0000, ¡la primera fabricada!

Las butacas son amplias y la del conductor dispone de ajustes eléctricos que, junto con la doble regulación de la columna de dirección, hace muy fácil encontrar la mejor posición frente al volante.

Esos asientos están tapizados con una combinación de cuero y Suede -una especie de alcántaraperforado, que se complementa con el diseño anatómico para sujetar mejor a los ocupantes.

Atrás los espacios son generosos, pero los respaldos en posición muy recta hacen incómodos los viajes largos. Quien ocupe la plaza central tendrá que reñir también con el túnel de la transmisión.

A nivel equipamiento, la dotación es muy completa, tanto en materia de confort como de seguridad, ofreciendo equipos de primera calidad, tales como, por ejemplo, audio JBL, pantalla táctil de 8 pulgadas (con navegador, TV digital y mirror screen, monitor para el sistema 360 conformado por cuatro cámaras), siete airbags, controles electrónicos y asistentes a la conducción (ADAS).

La caja de carga está cubierta por un protector plástico y lona marítima.

Actitud sport

La serie Gazoo Racing Sport de la Hilux fue creada para ofrecer una camioneta que, sin perder sus aptitudes off-road, logre un desempeño deportivo. En este caso, para la tercera edición, los ingenieros de la marca japonesa aplicaron ajustes específicos. Los más importantes pasan, primero, por el cambio del motor. El propulsor 1GR naftero V6 4.0 VVT-i de 238 CV de potencia y 38,3 kgm de torque fue reemplazado por el turbodiésel 1GD, el clásico 2.8 que aparece en otras versiones, pero con un incremento de la potencia de 20 CV (224 CV) y de unos 5 kgm en el torque (ahora 56,1 kgm a partir de las 1.600 rpm;

el régimen no varía).

Pero al cambiar el motor apareció otro desafío para los técnicos: adaptar el chasis, porque el motor gasolero es más pesado que el naftero. Sabían que contaban con los amortiguadores monotubo (de origen japonés), que garantizan una respuesta efectiva, pero de nada servirían si no podían equilibrar las masas. Y, obviamente, lo lograron.

La Hilux Gazoo Racing Sport III ofrece un comportamiento excelente, especialmente en terrenos específicos como pueden ser los caminos de tierra o de ripio, pero sin descuidar sus dotes de todo terreno. En aquellos caminos el comportamiento de esta unidad es sobresaliente, acompañado por una dirección muy bien calibrada y suspensiones que trabajan perfectamente, pero que siguen siendo “duras” para el uso urbano.

El motor trabaja conectado con una caja automática (con levas en el volante y posición secuencial) de seis relaciones que envía el par a las ruedas traseras, aunque también es posible conectar la tracción 4x4 a través de un comando eléctrico. El sistema de gestión electrónica de esta unidad ofrece dos opciones, ECO y Power.

Dispone, además de transferencia para alta y baja, y un bloqueo del diferencial trasero, dispositivos que, junto con los neumáticos A/T, le permiten a este modelo enfrentar los terrenos más complicados.

En la pista respondió como sospechábamos: prestaciones a la altura de su placa identificatoria. Efectivamente, medimos una velocidad máxima de 186,3 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h de 11 segundos.

En cuanto al consumo, tal vez sí estuvo un poco por sobre el esperado, aunque es lógico suponer que con más potencia el gasto de combustible se incremente: el rendimiento promedio fue de 10,3 km/l. La variante SRX (con motor de 204 CV) puede recorrer en promedio 11,5 kilómetros por cada litro de gasoil grado 3.

También nos parecieron algo pronunciadas las distancias de frenado. Por ejemplo, para

detenerse por completo desde 120 km/h recorrió 69,5 m. La ausencia de discos en las ruedas traseras podría ser uno de los motivos.

El precio

La competencia que debe ebe enen frentar este modelo depende nde del punto de vista desde el cual ual se la analice. Nosotros optamos mos por elegir aquellas camionetas tas que, como la Hilux GRS III, fueron eron especialmente preparadas para ser ofrecidas como “deportivas”. ivas”.

Esta vez no vamos a hablar de lo convulsionado que ue está el mercado automotor r local. Pero, -y únicamente a modo de referencia- recordaremos mos que cuando fue presentada la serie anterior, aquella con motor otor V6, a fines de 2019, la Hilux x Gazoo Racing Sport tenía un precio de venta de 3.108.200 pesos. Hoy, tres años después, és, vale diez millones de pesos más: el valor de venta de la Hilux x Gazoo Racing Sport III (al cierre erre de esta edición) es de 13.219.000 19.000 pesos: sí, es cara.

Pero también son caras sus rivales. Por ejemplo, la Ford Ranger Raptor, con motor de 213 CV, caja de diez velocidades y un equipamiento similar (aunque son seis los airbags con los que cuenta), se vende por 14.601.000 pesos, mientras que la Nissan Frontier Pro4X, cuyo propulsor entrega 190 CV y trabaja asociado con una caja automática de siete relaciones, dispone de una dotación similar (que suma algunos diferenciales, como las butacas calefectables), pero, con pantalla de siete pulgadas y seis bolsas de aire, tiene un precio sugerido de 12.578.000 pesos.

Por el lado de la garantía, Toyota cubre a este modelo por cinco años o 150.000 kilómetros, entre las mejores del mercado.

SUMARIO

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