Pizzería Nápoles

2023-09-17T07:00:00.0000000Z

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Editorial Perfil

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POR LOS BARRIOS

No debe haber lugar más clásico del barrio que la Pizzería Nápoles. Concurrido por niños, jóvenes y viejos, es un ícono de Villa Crespo que, a pesar de la mudanza del emblemático edificio en la esquina de Serrano y Av. Corrientes, sigue conservando su esencia y sirviendo la misma fugazzetta rellena que comía cuando era chica. Pero su historia tiene muchos más años. De hecho, el edificio de la esquina ya era bar desde antes de que abra la pizzería a principios de 1900, y por eso es considerado histórico y patrimonio de la Ciudad. Nápoles comienza como una cooperativa. “Los negocios antes se hacían así, se juntaban 6 o 7 y se dividían: “bueno, vos hacés esto, yo hago aquello, tenés tanto y yo tanto”, y la pizzería también se armó así. Había un italiano (de ahí el nombre), un gallego, un argentino, un paisano... Por eso también es un lugar emblemático de la cole, ellos saben la historia”, cuenta Jorge Cabrera, uno de los dueños actuales, que entró a trabajar a sus 18, hace nada más y nada menos que 40 años. A medida que iban muriendo los socios, otros iban comprando sus partes y así es como en 1965 finalmente quedan los definitivos hasta la mudanza de 2009: dos hermanos García (uno de ellos, Antonio, sigue siendo socio), Muradas y Blanco, cuatro gallegos con pasión por la restauración y a los que podías ver detrás de la barra incluso hasta bien entrados sus 80 años. Otra vez, el vínculo con la clientela cumple un rol fundamental: cuando la pizzería dejó la emblemática esquina, el barrio se revolucionó. “El día que se cerró la esquina, durante casi toda una semana en el diario escribían añorando la pérdida de la pizzería, no lo podían entender. Cuando la gente se enteró de que estábamos buscando local para abrir de vuelta, estaban tan contentos que venían a preguntarnos si nos podían ayudar”, explica Jorge. El nuevo local lo abrieron el 30 de abril del 2009 y fue una fiesta: clientes, vecinos y amigos pasaron por la pizzería a celebrar y compartir pizzas hasta las 4 de la mañana, y lo mismo al día siguiente. Según Jorge, la clave para un negocio exitoso después de tantos años es nunca traicionarse a sí mismo. “Nuestros clientes nunca nos fallaron, y nosotros tampoco les fallamos a ellos. Usamos la misma mercadería de toda la vida y tratamos de darles siempre lo mejor. La harina, el queso, la salsa de tomate… porque el secreto está en la salsa, que te comas una porción y no te caiga mal, no la repitas, que no sea ácida”, confiesa, y sostiene la importancia de dejar a sus clientes contentos, aunque eso implique reemplazar una pizza o enmendar cualquier error para que coman bien y vuelvan. Así es como hay clientes de Nápoles que viven en el exterior y cuando vienen de visita se llevan porciones para el viaje. Las pizzas de Nápoles pueden ser al molde y a la piedra y, según Jorge, las que más se piden son la de jamón y morrones y la fugazzetta rellena, un clásico. • Pizzería Nápoles. Av. Corrientes 5588. Todos los días de 7 a 1 hs. IG: @_napoles_pizzeria

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