ANALIA MAIORANA JUNTO A DIEGO SANTILLI Y SUS HIJOS: "EL AMOR ES NUESTRO MOTOR"

ANALIA MAIORANA LUEGO DEL TRIUNFO DE SANTILLI

Como dice la canción, y al final hay recompensa. El domingo 12, Analía Maiorana (42) y Diego Santilli (54) se abrazaron en el búnker de Juntos en La Plata y sintieron que parte de la misión estaba cumplida. Es que la pareja asume cada proyecto personal como una dupla inseparabale, y esta no fue la excepción. Encolumnados detrás de ellos, sus hijos mayores también estuvieron presentes: Nicanor (18), Lola (22), Teo (20) y Malena (18). En exclusiva para CARAS, la modelo y empresaria cuenta los entretelones del batacazo electoral del candidato a senador bonaerense por Juntos.

—¿Cómo vivió esta jornada histórica? —La viví con mucha energía, con ganas, como todos los que queremos vivir en un país que sea mucho más que algo mejor. Queremos todos mejor calidad de vida, nos lo merecemos.

—Es un camino sacrificado el de la política para la familia de un político, ¿Siente en estos momentos que valió la pena el sacrificio?

—Sí, absolutamente. Muy. Mucho más de lo que probablemente se piensa. No es fácil poder estar todos alineados, poder compartir una mesa familiar, charlar sin apuro... Somos una familia grande donde cada uno tiene sus obligaciones. Mirá, por sobre todas las cosas lo que más quiero es que nuestros hijos tengan los pies sobre la tierra. Y que a través de esto sepan que con esfuerzo y trabajo se llega a las metas que uno tiene en la vida. No existe otro camino.

—¿Qué valores tiene Diego para cambiarle la vida a los argentinos?

—Tiene que ver con su personalidad, lo lleva en su ADN. Son esas ganas de estar para hacer, de ser cuatro por cuatro, de pensar en el otro. Sabe el valor de lo que es ser padre, y al ser padre y jefe de familia, se da cuenta de las necesidades que tenemos como seres humanos. La necesidad de poder tener un trabajo, de tener dignidad.

—¿De qué manera lo acompaña en este camino?

—Lo acompaño como siempre, no hay diferencias. Acompañar como esposa es para mí que la otra persona sienta una libertad absoluta para emprender sus desafíos, como él lo hace con los míos. Somos un matrimonio