Kiosco Perfil

LA BODA DEL SIGLO: 21 AÑOS

MAXIMA Y EL PRINCIPE GUILLERMO DE HOLANDA

por Gaby Balzaretti

El sábado 2 de febrero de 2002, Holanda se paralizó para ser testigo del acontecimiento más importante de su historia y 900 millones de personas del mundo se sentaron frente a sus televisores para no perder detalle de “La boda del siglo”. Una plebeya argentina llamada Máxima Zorreguieta y el príncipe de los Países Bajos, Guillermo Alejandro de Orange Nassau, luego de tres años de noviazgo, llegaron al altar de la Iglesia Nueva de Amsterdam. Ella era una economista que vivía en Nueva York lejos de su hogar de Buenos Aires, donde estaban sus padres, María del Carmen Cerruti y Jorge Zorreguieta. El era el hijo de los reyes; tímido, a quien el mundo aún no prestaba atención. El amor no fue a primera vista. Aunque cuentan que el heredero al trono sí quedó flechado por la espontaneidad y alegría de la argentina. Y por eso supo cómo conquistarla. Máxima dejó toda su vida atrás y comenzó a prepararse para lograr la aceptación de

la por entonces reina Beatriz. Y lo logró; no sólo conquistó a la Familia Real sino también a los holandeses. Ese día se convirtió en la novia más “copiada” con su vestido color marfil, una cola de cinco metros y un velo de tul de Valentino, que tardaron tres meses en realizar y costó 100 mil dólares. Completó con la tiara de estrellas de diamantes y perlas, pulseras y aros de diamantes que su suegra había lucido en su boda, en 1966. Cuatro mil policías y dos mil doscientos militares custodiaron Amsterdam por donde la Carroza Real de Oro (de 1898, tirada por 6 caballos y que inspiró a Walt Disney) llevó a la pareja. La glamorosa boda reunió a 8 reinas y 4 reyes, además de los principales integrantes de las Casas Reales de Europa. El reverendo Ter Linden y el padre Rafael Brawn realizaron una ceremonia ecuménica a la que el padre de la novia no pudo ir porque su nombre estuvo relacionado a la Dictadura Militar argentina. Por eso durante la ceremonia se escuchó “Adiós Nonnino”, de Piazzola, y Máxima lloró. Hasta que llegó el tradicional “Ja ik will” (“Sí quiero”) y una sonrisa volvió a iluminar su rostro. La novia recibió un anillo de oro con un diamante naranja (por la Casa Orange) y dos más pequeños y tres piedras abrazadas por una banda de platino que encerraba catorce diamantes y era un diseño de Guillermo. El Palacio Real vistió sus mejores galas para agasajar a la pareja con dos mil invitados. La torta de bodas fue de cuatro pisos con el monograma de los novios. Rompiendo el estricto protocolo, los flamantes esposos saludaron desde el balcón principal del palacio con sonrisas y se besaron ante el pedido de la gente. Luego partieron de Luna de Miel a Nueva Zelanda. La “Boda del Siglo” costó en total 8 millones de dólares.

FOCO

es-ar

2023-02-01T08:00:00.0000000Z

2023-02-01T08:00:00.0000000Z

https://kioscoperfil.pressreader.com/article/281530820166408

Editorial Perfil