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CHARLENE, FELIZ CON SUS HIJOS

SIN ALBERTO DE MONACO EN FIESTA PATRONAL

Por Gaby Balzaretti

Lejos para ella quedaron los días de ostracismo y soledad Ya recuperada, aunque con su mirada perdida de siempre, la princesa Charlene de Mónaco (45) aprovechó el descanso obligado por los médicos a su marido, el príncipe Alberto (64) –que dio positivo de Covid por tercera vez– para disfrutar de una divertida salida a solas con sus pequeños. Y los mellizos Gabriella y Jacques (9) volvieron a convocar toda la atención de los monegascos. La oportunidad se dio en la tradicional celebración de Santa Devota, patrona del Principado, en la que se quema una barcaza en honor a la guardiana del territorio del Mediterráneo. Vestida con un traje de chaqueta y falda, con polera, guantes y abrigadas botas, Charlene llevó a sus hijos a cumplir con todas las costumbres de esa noche. Jacques, igual que su madre, fue con un sobretodo negro, mientras su hermana rompió el color con un abrigo en rosa pálido que acompañó con botas de caña alta. Como en pocas ocasiones se los vio, los mellizos se abrazaron y

compartieron cada uno de los emocionantes momentos de la tradición de fe y esperanza. Como fue la hora de encender la emblemática barcaza que descansaba en la hoguera con antorchas en blanco y rojo en sus propias manos. Esta costumbre que viene del siglo XIX y está basada en la leyenda cristiana entusiasmó de gran manera a los mellizos. Ya que por primera vez los dejaron a ellos solitos encender las llamas. Antes, por ser demasiado pequeños, lo hacía un mayor ante sus sorprendidas miradas. Fascinados, observaron cómo las llamas consumían la réplica en papel del braco que llevó a Santa Devota hasta las costas de Mónaco. Mientras esto sucedía, los drones proyectaban en el cielo la historia de la santa. Dicen que la ausencia del “controlador” Alberto permitió por primera vez en mucho tiempo que Charlene compartiera un gran momento de alegría con sus dos pequeños. Los mismos que tanto la extrañaron y pidieron por ella durante sus días de enfermedad aislada en su tierra. También cuentan en el Principado que desde que la princesa retomó su agenda, en abril de 2022, mostró un cambio importante en su carácter. Evolucionando de tal manera que logró dejar atrás algunos temores que experimentaba y que los venció al demostrar que puede cumplir, sin Alberto, con una tradición tan importante como la fiesta de la patrona de Mónaco. Mientras el príncipe apenas pudo saludar desde el balcón del palacio con una mascarilla cubriendo parte de su rostro. Con su baja por problemas de salud, Charlene y sus mellizos se convirtieron en los protagonistas absolutos de ese importante evento. “¡Más que una princesa, ella hoy es la reina de Mònaco!”, aseguraron algunos testigos de lo bien que se desenvolvió ante la falta de su marido. Y también destacaron su inteligencia al pasar a un segundo plano cuando ve que sus herederos con sus monerías convocan las miradas de sus súbditos. Incluso al terminar la tradicional ceremonia, los principitos recorrieron un largo camino estrechando las manos de los habitantes y turistas que se habían reunido a presenciar la quema de la barcaza.

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2023-02-01T08:00:00.0000000Z

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