Dos buscas y un cuerno memorable

2017-03-22T07:00:00.0000000Z

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Editorial Perfil

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Cada vez que un famoso desmiente una versión con extremada pasión, estén seguros de que es cierta. Es casi una máxima universal de la prensa del corazón y podríamos decir que funciona como la ley del hombre infiel, esa que dice: “negar, siempre negar, hasta el final”, es decir, hasta que ella le planta delante de su cara las fotos de él entrando al telo con la amante y aún así, el señor jura que no fue. No es gratuita la norma que de allí deriva y que hace que los periodistas nos manejemos con esta otra máxima que reza: “sospecha, ergo, acertarás”. Y si hay en la historia de la farándula criolla un caso ejemplar de negación/desmentida a toda costa, ese es el de Nancy Dupláa y Pablo Echarri, quienes durante años rebatieron las versiones que aseguraban que se mataban en camarines, en el estacionamiento (en el auto de alguno de los dos, el lugar favorito) y en otros rincones detrás de los decorados de la telenovela “Los Buscas de Siempre”, que ambos protagonizaron en el entonces Azul Televisión, en el 2000. En el fondo, es entendible, porque ella estaba embarazada de su pareja de aquel momento, el periodista Matías Martin (en verdad, habían tenido un touch en Pinamar, pero dejó su fruto), cuyos cuernos, con el pasar de los años, fueron indirectamente reconocidos públicamente en varias ocasiones. La primera, en una entrevista que no tuvo desperdicio... Fue cuando dos o tres años después de aquella tira, Matías invitó a su programa “Ardetroya” (América TV) al actor Gastón Pauls, quien contó, sin nombrar a Nancy, pero ni falta que hacía, que durante un rodaje había tenido sexo con ella, que entonces era su novia, en una combi donde había otras personas, y Martin acotó: “ah, sí, esa me la contaron, perdón, me la contaste vos”, ambos a carcajada limpia. En la época de ese rodaje, Martin no conocía a Dupláa, pero en las caras de ambos al hablar de los encuentros cercanos en el set de filmación de Pauls y Nancy (de novios cuando rodaron “El Desvío”, en 1998, única película que compartieron) se podía leer clara pero elípticamente la sombra de los de Echarri y la actriz en la tira que terminó de concretar la pasión que la joven de Villa Urquiza y el muchacho de Villa Domínico sintieron desde que se vieron por primera vez. Pero hay un dato de color aún más significativo: El protagonista de “El Desvío” ¡era Pablo Echarri!, quien en 2012 confesó en el programa de tevé “Tendencia” (Canal 9), que en ese filme él mismo pidió incorporar escenas eróticas con el personaje de Dupláa, que no estaban en el guión original, y aclaró que ella “estaba al tanto y no tuvo ningún inconveniente”. Pablo, por su parte, no estaba solito ya que en la vida real vivía su noviazgo con Natalia Oreiro, que dicho sea de paso, lo volvía loco de celos y pasó con él seis años con varias intermitencias. Recordemos que la pareja de Echarri y Natalia se rompió porque ella lo habría engañado con Iván Noble, aunque la versión oficial dice que salió con el rockero en una de las tantas crisis con Pablo. Otro cuerno negado hasta la muerte pero que terminó dejando al actor de “Resistiré” (autoconfeso infiel reincidente) con una depresión de aquellas... Volviendo a Nancy, obviamente no tuvo problemas de filmar escenas de sexo con Pablo ya que desde que lo vio por primera vez, en los estudios donde ella hacía “El Agujerito Sin fin” (1991-1993, Canal 13) y él había ido a ver si se incorporaba al programa, cosa que no sucedió, le tuvo ganas. Y viceversa. Años después, ellos lo dirían con otras palabras (Nancy: “aunque me enamoré ahora de Pablo, la primera vez que lo vi me impactó. Siempre fue un actor con gran personalidad”. Pablo: “la primera vez que la vi supe que algún día algo iba a pasar”). Díganlo como quieran, pero en el barrio, se dice así: los dos se tenían ganas y alguna vez, más tarde o más temprano, iba a suceder. De la pasión al amor, hubo un solo paso. El resto es más que historia conocida. Nancy tuvo a su primer hijo, de Matías Martin, en el 2000, dejó “Los Buscas” para ser mamá y luego volvió a la tira; se separó del periodista, y ella y Pablo dejaron pasar un corto tiempo hasta blanquear defintivamente que estaban juntos. Hoy son un matrimonio consolidado y con dos hijos en común, y un día, ya con tanto cuerno mutuo bajo el puente y con cada ex con su respectiva pareja, ambos terminaron reconociendo, aunque siempre con evasivas y eufemismos, que lo que era un secreto a voces y que muchos periodistas nos animamos a contar sobre sus encuentros detrás de decorados en la exitosa tira de Quique Estevanez (quien, junto al resto del elenco, fue socio del silencio y la tapadera), era absolutamente cierto.

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