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Un empresario con instinto

Descendiente de inmigrantes y con la “universidad de la vida” como escuela, este mexicano es el artífice de un próspero negocio en torno al chocolate con presencia en Latinoamérica, Estados Unidos y Asia.

ISAAC GREEN

El ejemplo de trabajo, esfuerzo y dedicación que vio desde niño en su casa fueron los grandes motivadores para que el mexicano Isaac Green se convirtiera en un destacado empresario en la industria de la producción de alimentos con su compañía Importadora Grezon, dedicada desde hace 15 años a la elaboración, entre otros productos, de los famosos huevos de chocolate Sweet con sorpresa para niños, que en su interior traen un llamativo juguete.

Tras su éxito está la historia de un hombre que abandonó sus estudios de bachillerato, solo llegó hasta tercer año, para ayudar a sus padres, descendientes de judíos que llegaron a México huyendo de la Segunda Guerra Mundial, en el negocio familiar: una fábrica de consomés de pollo. Hoy día Green es un empresario destacado, con varios premios en su haber, que genera 800 empleos directos y aproximadamente 2500 indirectos con la venta de más de cuatro millones de huevos de chocolate al mes en países como Estados Unidos, México, Guatemala, Costa Rica, Argentina, Brasil, Colombia, Taiwán y muy pronto Ecuador. Vende 4 millones de huevos mensuales y este 2021 será su primera temporada de Halloween en Estados Unidos.

Desde los 16 años Green se dedicó a diferentes labores dentro de la empresa familiar incluida la venta y marketing. Así fue hasta los 24 años cuando en un viaje a Italia junto a su hermano para adquirir maquinaria descubrió los huevos de chocolate. La idea les gustó y decidieron importarlos a México con la expectativa de enfrentar a la exitosa marca Ferrero: “Voy a competir con un monstruo” pensó en ese momento. Poco a poco el negocio creció ganando mercado gracias a la novedad de incluir juguetes de figuras animadas reconocidas bajo la licencia de firmas como MGM y Nickelodeon. El empresario rememora que Ferrero decidió abrir una planta en México para intentar contrarrestar su crecimiento.

Para venderle a Wallmart, su primer cliente, él y su hermano debieron empacar cada huevo a mano. Su primer crédito bancario lo obtuvo a los 26 años por $ tres millones. “Fue chistoso, inicialmente no nos querían prestar el dinero hasta que aceptaron. El plazo de pago era a siete años y lo hicimos en cinco”, evoca. Cabe destacar que la empresa siempre se ha mantenido rentable. Mientras que su hermano decidió dedicarse a la fábrica de los padres, Green se embarcó de lleno en el negocio de los huevos de chocolate ampliando el portafolio de productos con cremas y barras también de chocolate, en variedades con almendras, pasas y café, así como barras de cereales.

Ante la imposibilidad de seguir importando de Italia, decide adquirir la maquinaria necesaria y abre la fábrica en México, al tiempo que llega a nuevos mercados en el extranjero. Con el tiempo decide también elaborar su propio chocolate, sumando a su equipo de trabajo a una ingeniera química de amplia trayectoria en el ámbito del cacao quien se dio a la tarea de mejorar la formulas. Los juguetes, que hasta hace poco eran elaborados en China, pronto se harán en México en la fábrica de inyección de plástico que está por adquirir.

Desde hace dos años y medio Green entró con fuerza al mercado de los Estados Unidos, a través de un distribuidor, con presencia en las tiendas de autoservicio Wallmart, Wallgreens y Target. Detalla que para lograrlo debió adecuar sus famosos huevos: ante la imposibilidad de vender el juguete sorpresa dentro del chocolate, decidió ponerlo al lado, cada uno en un envoltorio, y empacar todo en una caja. Pronto venderá también las barras y la crema de chocolate en forma de esfera. Con residencia en Miami, su meta próxima es abrir una planta en Estados Unidos y establecer su propia cadena de distribución.

Emprendedor

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2021-11-02T07:00:00.0000000Z

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