LOS DOS ESCENARIOS

La fecha clave es el 14 de junio: ese día se sabrá si el directorio del Fondo Monetario Internacional emite un perdón a la Argentina por su falta de cumplimiento de algunos de los puntos comprometidos en la renovación del último acuerdo y autoriza el desembolso de los 10 mil millones de dólares que espera el gobierno.

El argumento sería el desastre que provocó el tercer año consecutivo de sequía, que, se- gún explica el experto Marcelo Elizondo en esta edición de Fortuna, deriva en la peor caída de las exportaciones de bienes en toda la historia del país.

El Fondo no quiere quedar como el principal causante de lo que, sin ese dinero, bien podría convertirse en un nuevo tembladeral, dada la precaria situación económica.

La realidad es que el país depende de ese dinero para llegar a las PASO del 13 de agosto en una calma relativa.

Mirada desde una cierta perspectiva, resulta difícil entender cómo un país con tantos recursos naturales pueda estar pasando tantas penurias.

¿Cómo fue que la Argentina, que tiene los alimentos y la energía que el mundo necesita, se ha convertido en esta suerte de pedigüeño desvergonzado que despacha emisarios a distintas capitales en busca de algún dinero que le permita seguir subsistiendo?

Una anécdota basta para ilustrar la situación en la que hemos caído: el flamante embajador de una de las economías emergentes, que forma parte del BRICS, ofreció sus buenos oficios para que las empresas de su país se conviertan en proveedores de una compañía estatal argentina.

El entusiasmo del diplomático se vino a pique cuando desde su país le informaron que la Argentina no calificaba ni remotamente para que se le otorgara ningún tipo de crédito del principal banco de estatal de fomento.

La nota de tapa de esta edición es un informe elaborado por el profesor Eduardo Fracchia sobre cómo llegaremos a las PASO del 13 de agosto.

Los escenarios posibles son dos, y lo mejor que puede pasarnos es que todo siga más o menos igual; es decir, que no aparezca ningún evento que empeore todo, lo cual, en una situación tan precaria como la actual, no se puede descartar.

El panorama de la economía argentina se ha vuelto tan delicado que las esperanzas de sus habitantes se han reducido al mínimo. Por lo menos, hasta que asuma un nuevo presidente o presidenta. Pero, para eso habrá que esperar todavía algunos meses, hasta el 10 de diciembre.

Lo mejor que puede pasarnos es que en estos dos meses y medio todo siga más o menos igual; es decir, que no aparezca ningún evento que empeore todo.