Kiosco Perfil

Sin respuestas ante una inflación sin control

Con una tasa anualizada de inflación del 163%, el Gobierno tiene poco margen para seguir equivocándose. Por qué la falta de recursos y las limitaciones para ajustar el gasto público seguirán siendo la norma en lo que resta del año.

LUIS SECCO *

Los datos de marzo y de abril sepultaron cualquier esperanza que le pudiera quedar al Gobierno de que la inflación finalmente cedería, tal como lo había prometido el Ministro Sergio Massa. El nuevo escalón del 8% mensual parece consolidarse, con la inflación núcleo (la que no se ve afectada por el clima ni por las tarifas de servicios públicos) mostrando incrementos similares al promedio: 8.4% en abril (una tasa anualizada del 163%) y un acumulado del 32% en los cuatro primeros meses del año.

Pero las chances de que el escenario rosado tuviese lugar eran nulas y esta aceleración inflacionaria no debería sorprender. Primero, porque una tras otra, las medidas que anuncia el Ministro de Economía siguen en el terreno del más de lo mismo. En su gran mayoría lucen más acordes a las necesidades electorales del Gobierno que a una política anti-inflacionaria mejor pensada y enfocada, por cuanto no incluyen nada concreto en materia fiscal ni monetaria. En ningún caso lucen suficientes para que se pueda superar la extrema restricción de divisas o llevar la inflación a un escalón más bajo. Tampoco parecen

suficientes para seguir comprando tiempo, que es lo que se había propuesto la gestión del Ministro Massa desde sus inicios.

Además, el pasivo del BCRA viene volando a tasas superiores al 100% anual desde hace varios meses e incluso da indicios de intensificarse. En los últimos doce meses, los pasivos financieros totales del BCRA (Base Monetaria más LELIQ más Pases netos) crecieron un 117% (AR$10.5 Billones); básicamente como resultado del aumento de los pasivos remunerados que explican el 85% de la variación del total. A su vez, la expansión del pasivo de origen fiscal, que revela la dominancia fiscal sobre la política monetaria, ha venido ganando terreno en los últimos dos meses. En la tabla puede verse que en apenas seis semanas, la expansión de origen fiscal resultó de AR$1.1 Billones (AR$645,000 Millones de financiamiento directo y AR$446,000 Millones de intervención en el mercado de bonos), la cual explica prácticamente la mitad de la expansión de los pasivos totales del período (contra el tercio que mencionamos arriba). Un monto que nada tiene que envidiarle a la expansión monetaria de los dos meses previos al arribo de Sergio Massa al Ministerio de Economía, que supera a la que hubo entre agosto y diciembre pasados y que casi duplica la acontecida en el primer trimestre del año. Esta aceleración en el ritmo de financiamiento al tesoro, produjo una mayor aceleración en el ritmo de crecimiento de los pasivos financieros del BCRA: tomando el incremento acontecido entre abril y mayo (AR$2.2 Billones), resulta en una tasa de nada menos que el 155% anual.

Esta tasa de expansión del pasivo del BCRA es un llamado de atención respecto de lo que puede suceder de aquí en más con la inflación. Sobre todo cuando resulta bastante evidente que la falta de recursos y los pocos márgenes para ajustar el gasto público seguirán siendo la norma en lo resta del año. Además, los últimos aumentos de la tasa de interés le dan una dinámica exponencial al pago de los intereses sobre los pasivos remunerados del BCRA, por lo que el balance de la autoridad monetaria seguirá aumentando su vulnerabilidad. Una vulnerabilidad que es toda una invitación a que la demanda de pesos acelere su caída y a que la inflación alcance tasas mayores a los actuales. Vale la pena tener en mente que la aceleración de la expansión monetaria de origen fiscal tuvo lugar básicamente durante mayo, cuando ya no había programa con el FMI y luego de unos datos fiscales de abril que mostraron que durante dicho mes se pisó la caja del sector público nacional con el fin de mostrar un resultado primario más bajo. Es probable que los números fiscales de mayo muestren con mayor crudeza la debilidad de las cuentas públicas en un año de fuertes necesidades de gasto electoral.

Mientras tanto, el ministro Mas

sa sostuvo hace algunos días que: “¿No les parece que ya tenemos quilombos como para andar enquilombándole la vida a la gente con las peleas de la política? […] “No nos entra un quilombo más, orden político para que haya orden económico, eso es lo que necesita la Argentina y en eso es lo que trabajamos todos los días.” Insistiendo, más allá de sus intereses políticos (el de ser candidato del Frente de Todos por aclamación, sin internas) en el mantra que repiten, cual autómatas, la mayoría de los políticos argentinos: el problema de la Argentina es político; si resolvemos la política, resolvemos la economía.

Lo cual, después de tantos años de frustración e inestabilidad macro, se trata de un diagnóstico errado y perverso. La estabilización macro demanda consistencia en el diagnóstico y en el diseño de un programa, con objetivos e instrumentos claramente definidos. No es cuestión de buenas intenciones y de reflejos o cintura política. La necesidad de crear condiciones de gobernabilidad no la ponemos en discusión, pero la gobernabilidad debe ser funcional a la corrección de los desequilibrios que están en la raíz de la inestabilidad macro. Si no se utiliza la gobernabilidad para eso, no sirve de nada y, además, dura poco. Los golpes de efecto, las puestas en escena y las fotos permiten comprar tiempo para seguir procrastinando; pero el paso del tiempo y la falta de soluciones de fondo, agravan los desequilibrios.

A esta altura es una utopía esperar que este Gobierno tome ese tipo de medidas. Incluso resulta difícil imaginar que lo haga como respuesta a algunas exigencias que podrían provenir del FMI. Por lo que un nuevo programa con el Organismo probablemente se demore más allá de lo recomendable dada la creciente incertidumbre que genera la extrema escasez de divisas, el cada vez más cercano proceso electoral, y una tasa de inflación que no afloja y que no tiene motivos para desacelerarse en los próximos meses.

Economía

es-ar

2023-06-09T07:00:00.0000000Z

2023-06-09T07:00:00.0000000Z

https://kioscoperfil.pressreader.com/article/281758453685629

Editorial Perfil