NUTRICIÓN. Zanahorias

Gracias a su riqueza en antioxidantes, vitaminas, fibra y demás nutrientes, esta hortaliza está colmada de beneficios para tu salud. Incluirla en el menú es fácil: desde ensaladas y guisos hasta tortas la quieren como ingrediente

ABUNDANTE EN VITAMINA A

Las zanahorias son ricas en betacarotenos, un pigmento que nuestro cuerpo transforma en vitamina A y que es responsable de su característico color anaranjado. La vitamina A ayuda a mantener la salud de nuestros ojos.

Comer una zanahoria de tamaño medio cubre el 89 por ciento de las necesidades de vitamina A diarias para hombres y el 112 por ciento en el caso de las mujeres, de acuerdo con la Fundación Española de la Nutrición.

CARDIOSALUDABLE

La vitamina A reduce el colesterol malo y puede, por lo tanto, disminuir las probabilidades de desarrollar aterosclerosis (la acumulación de grasas y colesterol en nuestras arterias).

Además, las zanahorias contienen potasio, que ayuda a mantener la presión arterial bajo control.

Aportan vitamina C, que ayuda al cuerpo a generar anticuerpos. Además, esta vitamina facilita la absorción de hierro y ayuda así a prevenir infecciones.

MEJORA LA PIEL

Seguir una dieta rica en antioxidantes, como los presentes en las zanahorias, es una excelente forma de cuidar tu piel y retrasar los efectos del envejecimiento.

Los betacarotenos se han asociado con menos reacciones a las quemaduras solares.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que consumir mucho betacaroteno puede hacer que la piel se vuelva un poco amarilla o anaranjada.

AYUDA CONTRA EL CÁNCER

Existe evidencia de que los antioxidantes ayudan a nuestro cuerpo a luchar contra los radicales libres, y pueden reducir la probabilidad de desarrollar cáncer.

Las zanahorias también contienen falcarinol, un alcohol que las protege de la infección por hongos, y que según apuntan investigadores de la Universidad de Newcastle tiene un efecto protector contra la formación de tumores, además de propiedades antiinflamatorias.

DIGESTIVA

Al comerla cruda, favorece la producción de saliva y jugos gástricos, con lo que facilita la digestión.

También contiene una gran cantidad de fibra, que mejora el movimiento intestinal y aumenta el volumen de las heces, con lo que ayuda a la función gastrointestinal. También reduce la probabilidad de sufrir estreñimiento ocasional.

Además, gracias a su alto contenido en agua, es también un alimento diurético y puede ser muy interesante cuando existe el problema de retención de líquidos.

Para aprovechar toda su vitamina C hay que comerlas crudas