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Fobia a las agujas

Muchas personas sienten una aversión especial hacia ellas y el problema se acentúa cuando este es el motivo por el cual abandonan tratamientos con inyecciones o evitan vacunas

El miedo a las agujas y las inyecciones puede convertirse en una fobia. Cuando una persona, ante la inminente aplicación de una inyección, comienza a sentir mareos, transpira o se desmaya, se está en presencia de un caso de tripanofobia: fobia a las inyecciones.

Las personas que la padecen pueden llegar a evitar tratamientos o vacunas necesarias. Además, pueden llegar a pasar mucho tiempo sin ir al médico.

Puede que sea difícil hablar de este temor y buscar ayuda, pero es importante expresarlo para empezar a superarlo. Es importante valorar hasta qué punto afecta la propia vida y buscar ayuda de un profesional de la psicología en caso de que nos exceda, por ejemplo, si se debe realizar un tratamiento médico con inyecciones o impide llevar una vida normal.

Consejos

Si se tiene un miedo a las inyecciones moderado, se puede tratar de controlarlo buscando medidas para distraerse durante el procedimiento (contar respiraciones o las cosas que se ven alrededor, por ejemplo), practicando técnicas de meditación o haciéndose acompañar por una persona de confianza.

Explicarle la situación al profesional de la salud que vaya a poner la inyección o hacer una extracción de sangre, también ayudará a tranquilizarse.

Cuando el miedo es incontrolable, el psicólogo puede tratarlo con diferentes estrategias cognitivo-conductuales. Estos tratamientos, que cuentan con una amplia evidencia empírica, incluyen desde técnicas de relajación, de respiración o de concentración, hasta aproximaciones que tienen que ver más con la imaginación y la mentalización de la persona. Se trata de encontrar cuál de esas estrategias va mejor con la persona afectada. El miedo, que habitualmente es un aprendizaje, también se puede desaprender.

A medida que la persona aprenda estrategias para desvincular el estímulo que le genera el miedo (en este caso, las agujas e inyecciones) y la sensación desagradable, y vea que puede aparecer el estímulo sin que haya esa respuesta, la fobia irá desaprendiéndose.

Los tratamientos para esta fobia suelen ser muy eficaces. Dejala sin tratar, en cambio, puede hacer que el miedo se vuelva aún más intenso con el tiempo.

Entre un 5 y un 10 por ciento de la población sufre esta fobia. Lo mejor es tratarla, para evitar que se haga más intensa con el tiempo

Sumario

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2021-11-24T08:00:00.0000000Z

2021-11-24T08:00:00.0000000Z

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