Pensamientos negativos

Son capaces de arruinarnos el día o hacernos pelear con los demás, por lo tanto, hay que saber ponerles control. Claves para enfrentarlos y revertirlos

Celos, ideas negativas y catastróficas, parásitos y recurrentes pensamientos que te hacen sentir mal y aunque te esfuerces siguen siendo un eco dentro de la mente. Pensamientos negativos, que muchas veces hacen que disminuya tu calidad de vida o menoscaba tus relaciones con los demás.

Qué hacer

Dejar de lado ese tipo de pensamientos, pudiéndote enfocar de una manera diferente.

Dejarlos fluir: luchar por no pensarlos va a hacer que estén cada vez más presentes. Tu cabeza los va a mostrar una y otra vez hasta que se haya asegurado de que los registraste, entonces te conviene prestarles atención, pensarlos, hasta escribirlos, para que tu mente vea que están presentes y deje de mostrártelos una y otra vez. Pensar en cosas que produzcan felicidad: muchas veces hay pensamientos que dejan de estar presentes cuando nos enfocamos en pensamientos positivos. Muchos de estos pensamientos negativos, además, están presentes por un vacío existencial. Cuando se puede pensar en acciones positivas estos retroceden. Puede ser útil tener un lugar donde hacer una lista diaria de cosas positivas que te hayan sucedido, en ocasiones, hay aspectos valiosos de nuestra vida que pasan inadvertidos, esto ayudará a tenerlos en cuenta y valorarlos.

Hacer ejercicio físico: tu cuerpo y tu mente no son compartimentos estancos sin relación. Hacer ejercicio en forma periódica despeja la mente porque el organismo libera endorfinas, las que mejoran el estado de ánimo.

Encontrar la distorsión en la manera de pensar: muchas veces la mente distorsiona la información tanto externa como interna que recibe. Es bueno que puedas reconocer qué tipo de pensamiento es el que te está causando inconvenientes. Hay diferentes distorsiones cognitivas, estas son:

Totalización: pensar en términos de todo, todos, nada, nadie, siempre, nunca.

Generación: hacer una regla general de una sola o de pocas experiencias.

Inferencia arbitraria: relacionar dos cosas que en realidad no la tienen, llegando a una conclusión sin pruebas. Lectura de pensamiento: creer, estar convencido de lo que otros piensan de vos. Magnificación o minimización: darle una magnitud equivocada a un problema o situación.

Atribución interna o externa: hacerte a vos mismo o a otros completamente responsable de una situación. Identificar para qué te sirvió en otro momento: hay pensamientos que son aprendidos, y se conservan porque en otra estapa de la vida sirvieron para algo. Por ejemplo, desconfiar de las personas, tal vez en otro tiempo te sirvió, para evitar que te fallen.