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SALUD/PSICO.

Diafreoterapia

Silvia Pardo

Se trata de un método que logra equilibrar el estado y bienestar psicoemocional liberando tu respiración y diafragma junto con el estiramientro de tus cadenas musculares. Cómo deshacer los nudos corporales que la vida te dejó para moverte armónica y efectivamente

La palabra "diafreo" procede del verbo griego diafrein, que significa "pasar". Ese es el objetivo: dejar que la emoción fluya para permitirse sentir y expresar libremente.

"Diafreo es una terapia que restablece el equilibrio psicoemocional. Liberando la respiración y el diafragma, junto con el estiramiento de las cadenas musculares, se restablece la salud corporal y emocional", explica la española Carol Izquierdo, terapeuta de esta disciplina.

La diafreoterapia trata de recuperar fragmentos de nuestra identidad que han sido enterrados. El proceso de ocultamiento puede remontarse a los primeros años de vida.

La satisfacción de las necesidades vitales (alimento, amor, seguridad, etc.) lleva al equilibrio y la salud. Pero si estas no se satisfacen, la musculatura se contrae, la percepción se reduce y el caudal respiratorio se debilita. Como consecuencia, los movimientos corporales son limitados, rígidos y carentes de naturalidad. Pueden

aparecer dolores tensionales diversos (en la cabeza, las extremidades, la espalda, el cuello o el abdomen) o trastornos del sueño y digestivos, entre otros síntomas físicos y psicológicos. Por supuesto, un malestar puede tener un origen puramente mecánico. Por lo tanto, una de las tareas del terapeuta es descubrir si el síntoma tiene una causa emocional. Si es así, se puede acceder a ella a través de la musculatura, especialmente a través del diafragma, que funciona como un puente entre la emoción y las estructuras físicas.

Mediante el trabajo corporal y respiratorio, la diafreoterapia llega al dolor oculto que es a la vez físico y psíquico. A través de estiramientos de las cadenas corporales se deshace la coraza y se corrigen las compensaciones físicas.

Pero tan importante o más que el trabajo físico es el acompañamiento empático, presente y libre de juicios del terapeuta, que favorece que la persona pueda expresar por fin todo aquello que no se había permitido an

tes, y así recuperar su bienestar físico y emocional.

Las bases de la terapia

"El trabajo de diafreo se basa en los principios de fisiología muscular establecidos por la fisioterapueta francesa Francoise Mézières, profesora de la Escuela de Fisioterapia de París, en los años 40. Según su método, llamado Mézières, la musculatura actúa en cadena. La más importante es la cadena posterior, que va del cráneo a los pies, con su prolongación en la cadena interna. También la cadena lateral, descripta en diafreo, obedece a las mismas características, es decir, ambas se encuentran crónicamente acortadas y en tensión hipertónica, ya que en nuestros movimientos cotidianos siempre se usan en acortamiento y nunca en estiramiento. De este modo, el conjunto que forman se va acortando a lo largo de nuestra vida, acelerándose en traumas físicos y procesos degenerativos", señala Izquierdo y agrega:

"Esta cadena va a intentar siempre mantener su longitud, y para evitar el estiramiento de un músculo el resto de la cadena será arrastrada, provocando lo que se llama compensaciones, en forma de rotaciones, lateroflexiones, cifosis y lordosis", explica.

En diafreo siguiendo el método Mézières, se intenta evitar estas compensaciones para así conseguir estirar realmente los músculos para que cedan su tensión.

Nuevas influencias

Las impulsoras de la diafreo, Malén Cirerol (alumna de Françoise Mézières) y Linda Jent, integraron en la nueva terapia las teorías del doctor Wilhelm Reich y su discípulo Alexander Lowen. Reich describió la coraza muscular o coraza caracteriológica, resultado de los sentimientos y emociones no expresados, que se plasman en la postura corporal y limitan nuestra manera de

Al estirar las cadenas musculares, con los masajes y los ejercicios de respiración se reconocen los bloqueos físicos donde se aíslan las emociones

sentir y actuar en el presente.

Otras referencias para la diafreo son la obra de Thérèse Bertherat, creadora de la antigimnasia y autora del influyente libro El cuerpo tiene sus razones, el psicólogo humanista Carl Rogers y la psicoanalista Alice Miller.

Así nos protegemos

"La inhibición muscular es tu sistema de defensa de experiencias traumáticas, así como de experiencias de dolor físico (accidentes, caídas…), y estas tensiones se organizan siempre siguiendo el trayecto de las cadenas descriptas por Mézières, manteniéndose por la tensión muscular y el bloqueo de la respiración, configurando la forma de tu cuerpo y tu carácter", dice Izquierdo.

Esta organización muscular, que en su momento te sirvió como sistema de defensa con resultados efectivos, a la larga, te aleja del eje de tu cuerpo y hace que te percibas menos a ti mismo, afectando al equilibrio corporal y psíquico", describe Izquierdo.

Mediante el trabajo en diafreo, al actuar sobre los síntomas actuales, se puede llegar a este antiguo dolor que pudo ser el origen de toda la cadena de compensaciones.

En busca de la armonía

El cuerpo se organiza en función de movimientos hacia fuera (impulsados por la alegría o la rabia) o hacia dentro (promovidos por la tristeza y el miedo). Si un patrón predomina lleva al cuerpo a adoptar una forma.

Un ejemplo es la chica tímida con rodillas hacia dentro y hombros y cabeza encorvados hacia delante. El ejemplo contrario es el hombre de piernas separadas y pecho saliente. En diafreo se trata de aflojar patrones y buscar un punto de equilibrio, actuando tanto a nivel físico sobre la musculatura, como sobre la emoción, favoreciendo su reconocimiento y expresión. Al conseguir una armonía en la estructura corporal y la experiencia desinhibida de las emociones, se reduce el estrés interno y todos los órganos y sistemas del cuerpo tienen su espacio para funcionar correctamente.

Cómo es una sesión

En general, el terapeuta inicia la sesión pidiendo al paciente que explique cuáles son sus sensaciones corporales. Puede ayudarlo llevando su atención a distintas partes del cuerpo: los pies, el cuello, las lumbares, el pecho, etc. También ayudarlo a describir cómo siente su respiración y cómo actúa en situaciones que le producen conflicto.

El terapeuta realiza masajes y propone ejercicios adaptados a cada persona para estirar los músculos contraídos y corregir compensaciones. El trabajo sobre el diafragma es esencial porque es un puente entre el consciente y el subconsciente y está implicado en la respiración y la estabilidad.

Puede recurrir a diferentes dinámicas, visualizaciones, juegos y ejercicios para trabajar la respuesta del paciente a distintas situaciones. Por ejemplo, puede dibujar un rectángulo en el suelo, pedirle al paciente que se coloque dentro y que defienda su posición frente a los intentos suaves del terapeuta para sacarlo fuera.

Es característico que el paciente evalúe cómo se siente física y emocionalmente antes y después de cada sesión. Uno de los objetivos es desarrollar la sensibilidad y la autoobservación del cuerpo.

Así, la diafreoterapia ofrece un viaje apasionante para sumergirse en la comprensión del lenguaje del cuerpo, descubrir herramientas para habitarlo de la mejor manera y crecer física y emocionalmente.

La diafreoterapia invita a realizar un viaje hacia el propio cuerpo, descubrir las emociones dolorosas enquistadas en sus tejidos y liberarlas para así recuperar el bienestar

Sumario

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2023-02-04T08:00:00.0000000Z

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