PSICO.

Pareja y vacaciones

Si la relación se encuentra en un buen momento, serán todo un éxito. Pero, si hay problemas sin resolver, es posible que estallen cuando baje el ruido de la rutina

Llegó el momento del descanso, para aquellos que se toman vacaciones. Usualmente antes de fin de año ya nos sentimos agotados y tener un norte respecto del descanso da una sensación de alivio.

Las parejas generan altas expectativas respecto de ese viaje en el que pasarán más tiempo juntos, planifican distintos tipos de cosas, ya sea excursiones, momentos de relax, mayor intimidad, etc. Muchas veces las expectativas se cumplen, algunas la realidad las supera y otras tantas se frustran.

Expectativas

En la cotidianidad, usualmente, se comparten pocas horas del día, la rutina exige encuentros más cortos, quizás incluso hay días en los que recién a la hora de dormir tomamos contacto con el otro. Por lo tanto, las vacaciones nos pondrán en una situación con la que no tomamos contacto diariamente, ¡vamos a estar juntos 24/7! Podríamos pensar que si la relación se encuentra en un buen momento habrá más probabilidades de que las vacaciones sean un éxito. De hecho, en parejas flamantes muchas veces disparan el deseo de convivir de ambos.

Para otros, es un buen momento para conocerse un poco más, profundizar el vínculo y volver recargados. En parejas convivientes que ya llevan un tiempo más prolongado juntos, las vacaciones pueden ser todo un desafío. Según si están pasando por un buen momento de la relación o no, en cualquier caso, es un gran desafío. Por lo general, nos vamos a descansar, pero los conflictos nos acompañan y si no le dimos atención durante el año.¡si! Tal vez tomen protagonismo. Si bien el separarse es un proceso, he aquí la razón por la cual muchas parejas luego de las vacaciones deciden tomar diferentes caminos. Inevitablemente, tanto tiempo escondiendo las insatisfacciones bajo la alfombra, que los conflictos estallan cuando baja el ruido de la rutina.

Vacacionar sin morir en el intento

Es fundamental conocerse bien a uno mismo. Si disfrutamos la soledad, salir a correr, caminar, escuchar música, leer, esos espacios individuales no tienen por qué dejar de existir mientras estemos en pareja y/o de vacaciones. Es más, diría que es cuando cobran mayor importancia.

En síntesis: trabajar todo aquello que genera incomodidad, comunicar con claridad y mantener los espacios individuales, son los tres pilares para unas vacaciones exitosas.

No existen relaciones sanas sin conversaciones incómodas. Y si no estamos pudiendo, está bien buscar ayuda, hay que desmitificar que la terapia de pareja augura el final de la relación, todo lo contrario, si es que reconocemos a tiempo cuando lo necesitamos. ¿Podría ser más fácil? Seguramente sí, pero como me gusta decir: “En la dificultad está lo valioso”.