Kiosco Perfil

La salud digestiva

Las Dras.verónica Bramajo y María Mercedes López, de DIM Centros de Salud, revelan todo lo que hay que saber para un correcto funcionamiento del sistema digestivo, un adecuado tránsito intestinal y una microbiota equilibrada

1.

¿Qué es la salud digestiva?

Se puede considerar que tenemos una adecuada salud digestiva cuando nuestro sistema digestivo realiza bien la digestión, hay un correcto tránsito intestinal, sus defensas son adecuadas y existe una microbiota equilibrada.

El sistema digestivo tiene como función primordial extraer los nutrientes de los alimentos ingeridos que servirán para producir la energía que necesitamos en nuestra actividad diaria, así como generar las enzimas y microorganismos que forman los distintos órganos y sistemas de nuestro organismo.

En el aparato digestivo, y más concretamente en nuestro intestino, se concentra casi el 70% de nuestras defensas e instala una población de unos 100 billones de bacterias digestivas de unas 500 a 1.000 especies distintas, conocida como microbioma que influyen en nuestra salud, ya sea de forma positiva o negativa. Todo dependerá de la cantidad y del tipo de bacterias presentes en el intestino, es decir de su microbiota intestinal, única para cada persona. Por eso cuando hablamos de salud intestinal, tenemos que hablar de microbiota intestinal y de la manera en que esta responde a la dieta, el estrés, la medicación y muchos otros factores que pueden manipular el metabolismo. De ahí la necesidad de personalizar cada dieta, priorizando la salud intestinal en el tratamiento.

2.

¿Por qué hay muchas personas que padecen algún desorden vinculado a la salud digestiva?

La falta de salud digestiva es bastante común en nuestros días. Muchas personas tienen una alimentación inadecuada, una dieta pobre en fibra y un exceso de carnes, grasas y azúcares que afectan muy negativamente a la flora asociado a malos hábitos de vida, entre otros, el sedentarismo, el estrés, el alcohol y el tabaco.

Por otro lado, la mayoría de las personas naturalizan los síntomas de disconfort abdominal y no consultan, sin tener en cuenta que la microbiota intestinal regula muchas de las funciones que nos hacen individuos sanos.

3.

¿Por qué se dice que el intestino es nuestro segundo cerebro?

Los médicos decimos que el cuerpo tiene dos cerebros: uno en la cabeza y otro en el intestino. Ambos se desarrollan a partir del mismo tipo de tejido en la concepción y, posteriormente, una parte se convierte en el sistema nervioso central, el cerebro y la médula espinal, y la otra en el sistema nervioso entérico, el intestino.

Ambos están controlados por las mismas hormonas y neurotransmisores; están conectados a través del nervio vago y están en constante comunicación entre sí. Esta conexión única se conoce como "eje intestino-cerebro" y se suele emplear para explicar la sensación de "mariposas en el estómago" cuando alguien se siente nervioso o ansioso, lo que revela la estrecha relación que hay entre el estrés y la salud intestinal. Uno de los neurotransmisores más importantes en la regulación y el control del estado de ánimo es la serotonina, a menudo denominada la "hormona de la felicidad". El intestino produce aproximadamente el 95 % de la serotonina del organismo, y los cambios en los niveles de serotonina afectan tanto al intestino como al cerebro.

4.

¿Cuáles son los trastornos digestivos más comunes?

Muchas personas sufren de algún trastorno digestivo a lo largo de su

vida: dolor o ardor de estómago, acumulación de gases, estreñimiento, eructos y otros. En realidad, son más comunes y frecuentes de lo que pensamos. Estos trastornos pueden provocar inflamación en el esófago o úlceras en el estómago, entre otros síntomas. Sin embargo, muchos de estos problemas pueden ser tratados con medicamentos.

De ahí la importancia de mantenernos informados sobre la prevención de estas enfermedades digestivas. También hay otras patologías digestivas comunes que pueden afectar al estómago y al intestino:

Úlcera gástrica.

Cálculos biliares o piedras en la vesícula.

Intolerancia a la lactosa. Hemorroides.

Afecciones en el hígado, como hepatitis y cirrosis. Pancreatitis.

Infecciones intestinales. Celiaquía o intolerancia al gluten.

Diverticulosis. Enfermedad de Crohn.

5.

¿Qué alimentos no pueden faltar en la dieta diaria?

Cereales integrales, legumbres, frutas y verduras. Son ricos en fibra, pueden facilitar la regularidad intestinal y cuidar tu microbioma intestinal.

Las verduras de la familia de las crucíferas como brócoli, repollo y coliflor alimentan las bacterias beneficiosas que suprimen los microbios intestinales ligados a la colitis ulcerosa y al síndrome del intestino irritable. Las bacterias que se nutren de las crucíferas también le enseñan al sistema inmunológico intestinal a producir la acolchada mucosa protectora que recubre la pared interior de los intestinos.

Los alimentos fermentados consumidos con regularidad también se indican. Es posible que los alimentos fermentados aumenten la diversidad bacteriana al crear un poco de desequilibrio en el microbioma, lo que promueve el crecimiento de las pequeñas colonias de bacterias existentes. El yogur con cultivos vivos y activos, y alimentos que no se hayan procesado con calor, el cual elimina las bacterias, son ideales.

Los compuestos vegetales llamados polifenoles, que se encuentran en el café y el té negro o verde, aumentan el número de bacterias beneficiosas que protegen el revestimiento interno del intestino y que producen los ácidos grasos de cadena corta. Al microbioma también le encantan los alcauciles, las aceitunas y los espárragos, que son ricos en polifenoles.

El pescado también hay que incorporarlo a la dieta. Las personas que comieron cinco cenas de salmón o de bacalao por semana durante ocho semanas vieron disminuir los niveles de un grupo de microbios intestinales indeseables llamados bacteroidetes.

La sucralosa, el aspartame y la sacarina pueden interferir con la diversidad del microbioma de maneras que obstaculizan la capacidad del cuerpo para absorber el azúcar en la sangre, dicen investigadores canadienses.

Y los emulsionantes fuertes en los alimentos procesados pueden destruir la capa protectora de mucosidad en los intestinos, donde residen muchos microbios beneficiosos.

Beber agua, entre 1,5 y 2 litros al día también es importante, como hacer ejercicio de forma regular, dormir bien y reducir el estrés.

6. ¿Qué comemos pero debemos evitar?

Los alimentos altamente procesados tienden a tener un bajo contenido de nutrientes, como las vitaminas, los minerales y antioxidantes, y un alto contenido de calorías vacías debido al contenido de harinas refinadas, sodio y azúcar.

Una dieta pobre en fibra y un exceso de carnes, grasas y azúcares afectan negativamente la flora intestinal

Sumario

es-ar

2023-06-03T07:00:00.0000000Z

2023-06-03T07:00:00.0000000Z

https://kioscoperfil.pressreader.com/article/281822878187248

Editorial Perfil