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Bronquiolitis

Formas de prevenirla y detectar las señales de alarma Esta enfermedad típica del invierno, que afecta las vías aéreas pequeñas, causa diferentes grados de dificultad para respirar, no tiene tratamiento y, en general, suele curarse en dos semanas

El frío es cada vez más intenso y madres y padres entran en pánico. Ya no hay abrigo que alcance y cualquier síntoma con la que se la asocie acerca al fantasma de la tan temida bronquiolitis.

Ahora bien, en lugar de desesperarse hay que prestar atenión. Ante todo, saber de qué se trata y a qué estar atentos para prevenir y estar tranquilos.

"¿Por qué hay tanta enfermedad respiratoria? Los pediatras estamos viendo muchos casos de enfermedades respiratorias. Más que los años previos. A causa de la pandemia y el encierro, nuestros hijos e hijas tuvieron poco contacto con los típicos virus de todos los inviernos y eso hace que los conozcan recién ahora todos juntos y por eso esté tan aumentado el número de infecciones respiratorias. También, las embarazadas en pandemia tuvieron poco contacto con los virus de siempre y no pasaon esos anticuerpos a sus bebés en la panza. Por eso se sospecha que hay tantos casos de bebés con bronquiolitis o enfermedades respiratorias este año. La gran mayoría de estas infecciones respiratorias son virales; así que no tienen tratamiento. Por eso es tan importante prevenir: ventilar ambientes (el frío no enferma), lavado de manos, vacunas al día, hacer controles de salud, promover la lactancia. Les traigo paz: sepan que la gran mayoría de estas infecciones son benignas, se van solas y no dejan ninguna secuela", explicó en Instagram, a través de su usuario @soymamapediatra, Jimena Le Bellot, médica pediatra de la Universidad de Buenos Aires, quien dicta cursos y talleres, para transmitir tranquilidad.

A qué nos enfrentamos

La bronquiolitis es una infección respiratoria aguda que se da con mayor frecuencia durante los meses de otoño e invierno y afecta principalmente a los bebés menores de un año.

Esta enfermedad puede ser causada por distintos virus, aunque el más común es el Virus Sincitial Respiratorio (VSR).

La bronquiolitis afecta las vías aéreas pequeñas (inflamación de los

bronquiolos), causa diferentes grados de dificultad para respirar y se manifiesta con agitación, tos, decaimiento y dificultades para alimentarse o conciliar el sueño.

En caso de detectar dificultades respiratorias en los niños es fundamental la consulta médica para que el menor pueda ser evaluado a la mayor brevedad.

No hay que pasar por alto que al no existir tratamientos para el virus (jarabes ni antibióticos), tal como mencionó la Dra. Le Bellot, es muy importante que un médico pueda verificar y controlar que no se vea afectada la oxigenación normal y asegurarse de que el bebé pueda alimentarse e hidratarse bien, a pesar de la dificultad respiratoria.

En general, los niños con bronquiolitis suelen curarse aproximadamente en dos semanas y, en algunos casos, puede presentarse mayor sensibilidad bronquial por algún tiempo o ser propensos a cuadros recurrentes de dificultad respiratoria.

Señales de alarma

Sin desesperarse y salir corriendo a la guardia ante la mínima duda, hay que estar atentos a algunos síntomas que pueden estar indicando que podría tratarse de una bronquiolitis. Atención entonces a si se presentan uno o más de los siguientes signos: Respiración muy rápida. Aletea la nariz, es decir cuando las fosas nasales se ensanchan cuando se respira, lo que indicaría dificultad para hacerlo.

Se le hunde el pecho o las costillas al respirar.

Se queja mientras respira.

Esta enfermedad puede ser causada por distintos virus, el más común es el Virus Sincitial Respiratorio (VSR)

Entrecorta la alimentación o le cuesta prenderse al pecho.

Está irritable o le cuesta dormirse. Realiza un balanceo vertical de la cabeza al respirar.

Respira con el estómago, provoca como tirones entre las costillas o en la parte inferior del cuello.

Color azulado en la piel, las uñas o los

labios debido a la falta de oxígeno (cianosis), en este caso es necesario un tratamiento de manera urgente.

Para llegar a un diagnóstico, el especislista comenzará a indagar para obtener información relevante que lo ayude a determinar si se trata o no de una bronquiolitis, ya que los síntomas que describen los padres sumado a un examen físico son clave.

El pediatra podría llegar a indicar hacer una prueba de exudado nasal (esto es para identificar virus y bacterias que causan infecciones respiratorias) o el hisopado nasal, que permite que el profesional de la salud diagnostique qué tipo de infección tiene y vea cuál es el tratamiento apropiado. Todo para determinar si el niño tiene VSR u otro virus. También es posible hacer una radiografía de tórax o una prueba de saturación de oxígeno para controlar la congestión pulmonar. Como la mayoría de los niños se recuperan sin dificultad, y como no hay un tratamiento para el VSR, puede ser que el especialista considere que no es necesario hacer estas pruebas.

Prevención completa

La pregunta clave es cómo prevenir la bronquiolitis y otras infecciones respiratorias, al menos para intentarlo y tratar de evitar que los más chiquitos pasen unos días difíciles.

Los virus que causan infección respiratoria aguda se transmiten de una persona a otra, por el contacto directo entre las manos y superficies contaminadas, y a través de las secreciones nasales o las gotitas de saliva que viajan por el aire cuando una persona enferma habla, estornuda o tose, por eso las siguientes medidas ayudan a prevenir: Mantener la lactancia materna. Cumplir con el Calendario Nacional de Vacunación.

No exponer a los niños al humo del cigarrillo ni de braseros o estufas a leña. Higienizar frecuentemente con agua y jabón los elementos del bebé (chupetes, juguetes) y las superficies donde se lo cambia o se cocina. Practicar el lavado de manos frecuente a los niños y a los convivientes con agua y jabón. Se puede reforzar la higiene con alcohol en gel. Ventilar los ambientes de la casa al menos una vez al día. Mantener alejados a los bebés de las personas que están resfriadas o tienen tos.

Si los cuidadores principales tienen alguna infección de las vías respiratorias deben lavarse las manos, especialmente antes de alzar, cambiar o alimentar al bebé. Pueden usar el tapaboca como medida de apoyo para evitar el contagio por secreciones.

No se debe colocar tapaboca a los niños menores de 2 años.

En niños con más riesgo de bronquiolitis grave (menores de 3 meses, prematuros, con enfermedades crónicas) no se recomienda asistir al jardín maternal.

Sumario

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2023-06-03T07:00:00.0000000Z

2023-06-03T07:00:00.0000000Z

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