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Orly Benzacar: la galerista repasa su trayectoria y los desafíos de hacer propio el legado de su madre. Estir

La galerista repasa su trayectoria y los desafíos de hacer propio el legado de su madre. Estirpe pionera y cambios que vienen.

VALERIA GARCÍA TESTA @valgarciatesta

Hubo

una Orly Benzacar de pelo tirante y atado en una cola, lo que le dejaba el rostro despejado y la cabellera sujeta. Cuando, en 2003, se separó del padre de sus hijos, se prometió a no correr a cambiarse el look. “¿Y qué hice? ¡Me pelé!”, confiesa entre risas. Desde entonces, ella y su melena, a la que ahora califica de “chuzas peludas”, evolucionaron. “Hay un proceso de maduración, crecimiento, aplomo. Crecer está bueno. Yo estoy feliz como estoy, lo único que quizás volvería un poco para atrás es a la plenitud física que tenés a los 50 o 55 porque; si bien con 65 estás espléndida, los pirulos están y la máquina se va gastando”, dice y vuelve a revolear el cabello y a reír.

Está al frente de Ruth Benzacar Galería de Arte, fundada por su madre en 1965 y a la que desde 2009 se incorporó su hija, Mora Bacal. Por allí pasa gran parte del arte contemporáneo en el país. Orly sostiene que, para mantenerse en la contemporaneidad, la mirada debe ir madurando y que ese es el reto, estar a la vanguardia, y para eso hay que animarse a los cambios. Ya veremos cómo hizo carne esa consigna en su propia vida.

Orly Benzacar: Uno de los grandes desafíos de esta galería es que fue siempre contemporánea. Arrastramos 55 años de historia, tranquilamente podríamos ser una galería de artistas grandes o muchos ya muertos. Sin embargo, es completamente diferente a la de hace 30 o 20 años y eso es parte de aggiornarnos contemporáneamente.

NOTICIAS: ¿Cómo fue crecer de la mano de esa mujer a la que describe “de armas tomar”?

Benzacar: Parte de lo que mi mamá pudo hacer tiene que ver con que tenía a mi papá al lado. Él la estimulaba mucho, tenían una relación muy fuerte. Mi papá era el coleccionista, era un tipo súper sensible, un hombre de campo, un seductor. Mi vieja era una mujer carismática, cautivaba a la audiencia. Hacían un combo explosivo. A mi vieja siempre la vi como a una mujer muy emprendedora. Pero los dos eran así. ¿Sabés una cosa que yo entendí hace bastante poco tiempo? Que creo que mis viejos tenían la “locura” de los pioneros, de los que van con el machete abriendo camino, tenían esa energía. Y yo mamé eso, hay muchas cosas con las que me identifico con ellos en eso, nos tiramos a la pileta, dándole mucha bola al instinto, es esa pulsión

Mis viejos tenían la ‘locura’ de los pioneros, de los que van con el machete abriendo camino. Y yo mamé eso. Nos tiramos a la pileta, dándole mucha bola al instinto.

que te impulsa para adelante. En el medio de esta incertidumbre y de esta gran crisis, estoy haciendo un trabajo interno en la galería casi de refundar el proyecto, creo que son los momentos de hacer esas cosas. Cargo con esa genética.

De chica, iba al Labardén, el Instituto Vocacional de Arte infantil, el lugar donde encontraba su felicidad. “Como dice una amiga mía, nuestras mamás no nos mandaron a estudiar inglés, nos mandaron a relacionarnos con el arte. Entonces yo hablo como el traste inglés pero mis recuerdos son de ir al Instituto Di Tella de la mano de mi mamá, de estar jugando con las sillitas con resortes de Le Parc, esa era mi vida”. Sin embargo, a los 17, intentó diferenciarse de sus padres. Se empezaba a hablar de Biología Marina, Biología Molecular y Biotecnología y decidió ir por allí. Se recibió en 1980 y trabajó durante diez años como bióloga. “A fines del ´90, yo estaba en crisis con mi actividad, estaba como aburrida, necesitaba un cambio. Mi mamá me propuso que, si tenía ganas de sumarme a la galería, era bienvenida. Y yo dije: “Probemos” y colgué los botines, onda piletazo total. Pero una formación científica, te ordena de otra manera el bocho. Yo digo que haber sido bióloga me hace ser mejor galerista”, reflexiona.

NOTICIAS: En 2000, tuvo que salir al ruedo a partir del fallecimiento abrupto de su madre.

Benzacar: Totalmente. Fue sorpresivo, ese domingo habíamos estado todo el día en ArteBA, la dejé en su casa a las 10 de la noche y antes de las 12 me llamó su empleada para decirme que Ruth estaba muy descompuesta. A las tres de la mañana, estaba muerta… nos dejó patas para arriba a todos.

NOTICIAS: Tuvo que agarrar el toro por las astas.

Benzacar: Sí, fue una decisión, estaba todo muy mal, vino el 2001, estábamos para atrás. No sé cómo hice, ahí es donde aparece esa genética de la que hablaba. Artistas, coleccionistas, clientes y amigos tiraban para que yo reencarnara en Ruth y siguiera haciendo lo mismo. Pero yo sentí que tenía que poder diferenciarme. Y ahí pasaron dos cosas, absolutamente pensadas, una fue seguir alineados con la contemporaneidad e inventé, con ayuda, lo que fue el Curriculum Cero, un premio desde la galería que fue semillero de artistas, duró diez años y eso le dio un recambio, una frescura genuina, fue genial. La otra cosa importantísima, y de vuelta piletazo total, fue que en 2001, Art Basel había decidido armar su filial en Miami y yo sentí que teníamos que estar ahí y apliqué, no sé cómo hice para juntar el mango, porque tenía más huecos y rojos que otra cosa. Por suerte se canceló (por la caída de las Torres Gemelas) y pasó al 2002 y

me dio más tiempo. Y ahí estoy desde entonces. Esos son dos hitos en mi gestión importantísimos.

NOTICIAS: ¿Cuáles son los andariveles de la refundación actual?

Benzacar: Todavía no lo sé muy bien, estamos sintiendo que tenemos que movernos, que va a haber cosas que van a cambiar. Todo el tema ferial en general se va a replantear porque era una locura lo que estaba pasando. Si uno sigue la carrera de las ferias, debés tener una empresa paralela a tu galería. Entonces decís: “Si estoy todo el tiempo viajando y participando en ferias, para qué quiero la galería”. Es una contradicción. Llegó un momento en el que pensaba: “¡Qué estoy haciendo, es una locura!”.

NOTICIAS: Y vino el parate pandémico. ¿La virtualidad no sirve para todo?

Benzacar: Creo profundamente que el arte es una experiencia vital y presencial, no una experiencia virtual. No creo que nadie tenga la misma vivencia viendo una obra en una pantallita que en vivo. Más allá de que existan nuevos soportes y obras virtuales, que me parece perfecto, la mayoría de la creación artística es objetual, necesita de tu presencia para confrontarte con una obra de arte. Yo voto por esa, voy a luchar por esa.

NOTICIAS: Con la reapertura con protocolos, ¿se recuperó cierta mística de un contacto más a escala humana?

Benzacar: Sí, totalmente. La Cámara de Galerías, de la cual fui fundadora y presidenta muchos años, presentó un protocolo súper serio y las galerías están abiertas desde agosto, con un protocolo por citas. La cita generó el encuentro para ver y hablar de arte, no para tomarnos una copita de champagne.

NOTICIAS: ¿Coincide con que la escena se había frivolizado al punto de que había VIPs llenos de celebridades y artistas afuera?

Benzacar: Todos percibíamos eso. Creo que hasta los que estaban en el VIP percibían que había más gente ahí que afuera, ridículo.

NOTICIAS: ¿Eso es un sello argentino?

Benzacar: No, en el mundo del arte estaba pasando, en todas las ferias, la gente matándose por una tarjeta VIP y porque la invitaran a las fiestas. Creo que esta frivolización va de la mano de un cambio mundial. Cuando empezó mi vieja, venían de un mundo mucho más romántico, con el existencialismo, había un ro

manticismo en lo que hacían; no tiene nada que ver con el capitalismo salvaje en el que nos quedamos sumergidos.

NOTICIAS: Se fue la bohemia. Benzacar: Exactamente y el mundo del arte se profesionalizó mucho más. Si eso es bueno o malo, no lo sé (ríe). Sin duda, es un signo de la época, porque lo podés ver en todas las áreas.

NOTICIAS: ¿Cómo va a salir parado de la crisis el mercado argentino del arte?

Benzacar: ¡Qué sé yo! No tengo esa respuesta. Es un mercado muy chiquito, con un grupo de jugadores que son como los fanáticos que si tienen dinero, probablemente lo sigan teniendo y sigan jugando, pero son muy poquitos, son la puntita de la pirámide. El resto está muy atado a la economía porque consumir arte es un consumo de lujo, de placer, no es ni primera ni cuarta necesidad; si no generás capacidad de ahorro, no vas a tener un mercado grande. No voy a arrugar pero estoy preocupada. Es un momento muy complicado.

NOTICIAS: Hablábamos al comienzo de la separación del padre de sus hijos. ¿Cómo es su historia de amor con Patricia Daiez?

Benzacar: Mi historia de amor es una historia de amor con una mujer que era mi amiga y que pasó a ser mi amor y construimos una vida divina juntas.

NOTICIAS: ¿Cuánto hace que están en pareja?

Benzacar: Mirá, no te puedo contestar eso (se ríe), hace mucho. Pero creo que lo más importante es que hace cuatro años nos casamos, que nuestros nietos dicen “la casa de las abuelas”. Nuestros testigos fueron nuestros hijos políticos. Para mí, la foto esa en nuestra casa, porque nos compramos una casa entre las dos, de todos los hijos con sus parejas y los nietos es un clímax. A los 60 y tantos es “¿para qué te casas?”, y creo que nos casamos para dar un ejemplo. Lograr a esta altura de la vida una familia ensamblada de verdad, es extraordinario, hermoso.

SUMARIO

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2021-06-19T07:00:00.0000000Z

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