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Mememanía: quiénes son los responsables de las sátiras en forma de dibujos que invaden las redes. El perro qu

Claves del fenómeno que arrasa en redes. Plagios, negocio y los dueños del éxito. Impensada influencia política y militancia.

MARIANA SIDOTI GIGLI @marianasidoti

Los

memes no son de nadie y son de todos a la vez. Coinciden en esto tres cuentas “memeras” consultadas por NOTICIAS, un politólogo y una investigadora del Conicet. En un contexto de grietas y fragmentación ideológica, los memes siguen calzando a la perfección con la definición que el biólogo ateo Richard Dawkins le dio, en 1976, a su "teoría del gen cultural": una unidad teórica de información que viaja de individuo en individuo, de generación en generación, y que puede mutar a lo largo del tiempo. Aunque de seguro el científico no esperaba que su análisis terminase nombrando al fenómeno más masivo de la actualidad.

ALBERTO Y LOS BARCOS. El furcio del Presidente (ver página 22) detonó en una exorbitante catarata de memes que replicaron personas de todo el abanico ideológico. Para Cora Gamarnik, doctora en Ciencas Sociales, “el meme es un signo de época. Una forma sintética, en épocas de poca lectura y falta de tiempo, que permite participar en la arena de discusión del tema que sea”. A eso se le suma el humor: “Una forma amable de desesperación, de enfrentar el sufrimiento”. La investigadora especializada en fotoperiodismo advierte que cualquiera puede informarse a través de memes, aunque “quien quiere profundiza y quien no, solo los comparte”. Daniel Galimadi, estudiante de historia y administrador del grupo de Telegram Universidad Argentina del Meme (UAM), dedicado a inventar o compartir memes, destaca su carácter colectivo: “Si lo hacés y no lo ve nadie más, no es un meme”, asegura. En el grupo que administra, al que considera un “reposito

rio o quizás hasta un museo”, no se puede hablar, responder ni enojarse si no es a través de un meme. Esa es la única regla.

¿Por qué lo hacen? Distintas cuentas relevadas por NOTICIAS coinciden en que el motor inicial fue “divertirse”. Con el paso del tiempo buscaron crear referencia, debate y comunidad. Casi todos sus administradores hablan desde el anonimato: priorizan la interacción de la cuenta frente a la posibilidad de convertirse en famosos o influencers. Uno de los fundadores de Eameo, el sitio más famoso en este rubro, opina que por su alcance y viralización el meme “es un medio de información” en sí mismo, y que por eso intentan “tener responsabilidad a la hora de comunicar, dado que no siempre se interpretan como uno quiere”.

Quien administra @lapolíticaenmemes advierte que “todos los ámbitos pueden ser objeto de memes, pero se puede segmentar y que cada uno elija con qué producir contenido. Nosotros elegimos el nicho político porque nos gusta”.

La creadora de @memespolíticaycoso coincide en la necesidad de separar su identidad de la cuenta que administra. Dice que lo que motivó la creación del espacio fue “la relevancia que tienen los memes en este contexto de pandemia y sobre todo en un año electoral”; y aunque opina que la política y los vínculos amorosos son los temas que “más dan que hablar”, no duda en afirmar que “todo se puede resumir en un meme”. Sobre todo en momentos de encierro y aislamiento, donde a veces una sola imagen puede dar cuenta de estados de ánimo mejor que cualquier texto o audio.

NEGOCIO. Si bien se puede monetizar contenido a través de canjes, menciones o PNTs, no es el caso de quienes se dedican a “memear” con política. Algunos tuvieron ofrecimientos, pero la mayoría prefiere la colaboración de sus usuarios a través de Apps como “Cafecito”. Un poco, quizá, para mantener la independencia. El contenido de @Lapoliticaenmemes es sobre “el poder en general” y “no hay nadie que se salve: del Presidente para abajo, entran todos”. Así las cosas, se perfila “inevitable” que los memes lleguen a esta campaña electoral: “Te pueden construir una personalidad, acercarte a la gente de modo que ningún discurso lo va a hacer. Naturalmente van a ser una herramienta de marketing”, dice el politólogo Marcos Falcone, que ilustra con memes casi todos sus tuits.

Los creadores de memes saben que hay imágenes que se venden en el mercado de las criptomonedas, como la del perro “Doge” que fue adquirida en el precio récord de US$ 4 millones. Pero están tranquilos: eso no cambia nada; se siguen compartiendo y modificando, a pesar de que algún millonario sea dueño del jpg original. “Es que cualquier contenido cultural que se transmite espontáneamente es un meme”, asegura Galimadi. “La frase ‘Menem lo hizo’ nació de la campaña. Ahora es un meme”, ejemplifica. Por eso los protagonistas de la “patria memera” se niegan a atribuirle propiedad a sus productos: no le temen al plagio. En palabras de Gamarnik, por más marca de agua que haya, “el meme no se roba porque es de todos”.

“EL MEME EVOLUCIONA, LA GENTE LO HACE CAMBIAR, NO SE QUEDA QUIETO. REFLEJA LA C U LT U R A ” , DICE GALIMADI.

SUMARIO

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2021-06-19T07:00:00.0000000Z

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