Kiosco Perfil

Estrellas: los vestuaristas del cine argentino fueron esenciales en la creación de divas y estilos. Los diseñ

Los vestuaristas del cine argentino fueron esenciales en la creación de divas y estilos. Los diseñadores y las actrices más influyentes.

ADRIANA LORUSSO alorusso@perfil.com @lorusso10

Cuentael diseñador Horace Lannes, que Zully Moreno, la gran diva del cine argentino; había sido oficiala de modas y modelo antes de transformarse en una de las mujeres más influyentes de la Argentina en materia de estilo. Estos conocimientos adquiridos en su trabajo, le permitían presentarse de manera impecable en los casting, con un look copiado de las revistas francesas que se vendían en la calle Florida y que ella reproducía con sus propias manos. Una vez alcanzada la posición de estrella, Zully tenía voz y voto en la iluminación de las escenas y se le atribuye la introducción en los sets de una pieza de mobiliario que impedía que la ropa se arrugara, la “standing chair”, sobre la cual la actriz descansaba casi de pie. El vestuario de la diva para cada película nunca bajaba de las 30 piezas.

Este relato forma parte de “Prueba de vestuario. Diseñadores y vestuaristas en el cine argentino” (Ampersand), el último libro de la periodista Victoria Lescano, una verdadera experta en el arte de reconstruir y transmitir fragmentos de la historia del país, a través de las prendas que lucieron sus protagonistas. Lescano, que comenzó su carrera en el Suplemento Sí de Clarín y escribió durante años columnas de moda para Las 12 en Página 12 y revista Elle, tuvo como mentoras a Laura Ramos y Felisa Pinto, en un camino en el que fue pionera y casi, única representante. Sus libros anteriores describen la indumentaria del rock (“Prêt-à-Rocker”, Planeta), la de los escritores famosos (“Letras hilvanadas”, Mardulce) y el mundo en general del vestir en “Followers of Fashion” y “Falso diccionario de la moda”. Para rescatar el universo de los vestuaristas de cine, Lescano consultó a sus protagonistas, las actrices y actores, directores y diseñadores de vestuario y se sumergió en los archivos del Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken y el Museo del Traje. El resultado es un viaje tras bambalinas, a los camarines y laterales de los sets, donde grandes creadores, con sastrerías y tiendas de renombre, creaban colecciones completas para las estrellas, que inspiraron a mujeres de todas las generaciones y las hicieron soñar con vestidos maravillosos.

DIVAS. En el universo estelar que analiza Lescano, los modelos de mujer podrían dividirse entre la Rubia Mireya, en la película del mismo nombre interpretada por Mecha Ortiz y dirigida por Manuel Romero en 1948 y los personajes que encarna Tita Merello, quien inauguró un uniforme cinematográfico para el tango de falda lápiz y blusa blanca, y que llevó a las pantallas la ropa de trabajo en películas como “Mercado de abasto”. “Yo hice esa elección arbitraria entre la Rubia Mireya y la morocha porque me parecen dos categorías estéticas que también hablan de dos momentos del estilo argentino. En el caso de Tita, en todas las películas ella es la gran trabajadora y se transforma para las fiestas”, explica a NOTICIAS la periodista.

Zully Moreno, para Lescano, fue la mujer más influyente en materia de estilo, un rol

que en tiempos posteriores cumplieron también Graciela Borges y Natalia Oreiro.

En el caso de Borges, Manuel Lamarca (en “Crónica de un señora”) y Gino Bogani fueron los creadores que más la vistieron, aunque también mostró una estética desaliñada en películas como “El dependiente” de Leonardo Favio y “La ciénaga” de Lucrecia Martel. “Cuando me reúno con los vestuaristas les pregunto cómo ven al personaje y en qué dirección quieren ir. Es por ello que en las películas que filmé aparece muchísima ropa mía”, testimonia la misma Graciela Borges a Lescano en “Prueba de vestuario”.

En el caso de Niní Marshall, personajes como Catita exigían un atuendo especial, una profusión de lazos y moños que la misma Niní imaginaba para sus creaciones.

Isabel Sarli, otra diva indicutible del cine, vistió los modelos de Paco Jamandreu, quien también diseñó para Eva Duarte en sus comienzos, antes de que esta adoptara a Christian Dior como su modisto de cabecera.

Delia Garcés, una de las actrices más elegantes del showbiz nacional, tuvo una creadora estrella: Fridl Loos. Sus diseños de vanguardia, que incluían la estética del norte argentino, le valieron grandes éxitos fuera de la Argentina. En Buenos Aires, apoyada por Garcés y su marido, el director de cine

Alberto de Zavalía, Loos pudo abrir su propia tienda.

“Junto con Vanina de War, sus casas de moda fueron de referencia para los estudios y las actrices”, explica Lescano, que describe a De War, nacida en París, como una de las grandes creadoras que hizo carrera entre nosotros. Mirtha Legrand lució algunos de sus diseños, por ejemplo, en “La patota” y “Bajo un mismo rostro”, dirigida por Tinayre.

LOS NOMBRES. Cuándo se le pregunta a Lescano quién fue el mejor vestuarista del cine argentino, responde sin dudar: Eduardo Lerchundi. Este creador trabajó sin descanso entre 1940 y 1970, y fue un maestro para los vestuaristas que lo sucedieron. Vistió a las principales estrellas locales, al servicio de los más importantes directores nacionales. “Para mis diseños siempre me basé en la psicología del personaje (...). Acompañaba cada boceto con la cara de la actriz, reflejando además la postura del cuerpo”, explicó a Lescano. Su último diseño para la cinematografía nacional fue el vestuario de “Nazareno Cruz y el lobo”, de Leonardo Favio.

Otro gran vestuarista fue Horace Lannes, que trabajó con la dupla de Zully Moreno y César Amadori y más cercano en el tiempo, con Enrique Carreras. Incluso participó en el film “La dama regresa”, del disruptivo Jorge Polaco, donde vistió a Isabel Sarli.

Uno de los diseñadores sobresalientes de la actualidad se llama Julio Suárez y es el responsable de la mayoría de los vestuarios de Lucrecia Martel, entre ellos, el de la histórica “Zama”. También fue el responsable del look de Gilda, para la película de Lorena Muñoz que interpretó Natalia Oreiro. “De la compulsiva visión de los videos de sus actuaciones y las fotografías de sus shows tomé nota de su costumbre de dejar la cintura al aire, el uso de las minifaldas y botas de cuero. Allí se originó mi decisión de hacer uso y abuso del encaje, vinilo, cuero, animal print, polleras cortas y jean apretado”, explicó para el libro.

“La forma de trabajar en los vestuarios actuales cambió por completo -explica Lescano-. Lo que antes producían grandes sastrerías y casas de moda, hoy los vestuaristas se ingenian para buscarlo en tiendas de prendas usadas o colecciones particulares. También hay que destacar el gran trabajo de conservación y restauración que hacen los museos, casi sin presupuesto, sólo por el amor de las personas que trabajan en ellos”.

“LA RUBIA MIREYA Y LA MOROCHA, COMO TITA MERELLO, SON

CATEGORÍAS ESTÉTICAS DEL ESTILO ARGENTINO”. VICTORIA LESCANO.

SUMARIO

es-ar

2021-09-18T07:00:00.0000000Z

2021-09-18T07:00:00.0000000Z

https://kioscoperfil.pressreader.com/article/282333978040615

Editorial Perfil