VANDALISMO EN EL MEMORIAL

Más allá de lo que pasaba en los escenarios y del faltazo de Alberto Fernández, la imagen más reproducida del 17 de octubre sucedió en el centro de la Plaza de Mayo, donde está el memorial que homenajea a las más de 115 mil víctimas argentinas del Covid. Inmersos en una grieta que enceguece, militantes subieron al monumento a Manuel Belgrano pisoteando las piedras y despegaron las imágenes de los fallecidos por coronavirus, mientras otros desde abajo arengaban.

La locura fue tal que el reproche llegó desde todo el arco político. Incluso el oficialismo destacó que eso no debía haber sucedido: “Las dos personas que arrancaron los carteles no representan el espíritu de la

convocatoria”, aseguró el ministro del Interior “Wado” De Pedro.

El debate incluyó un pase de facturas sobre quién tenía la responsabilidad de la custodia del memorial. El señalado fue Horacio Rodríguez Larreta, aunque el jefe de Gobierno porteño no respondió a ese planteo: “Lo que pasó hoy en Plaza de Mayo indigna y angustia”, escribió en su cuenta de Twitter. Y agregó: “Esto traspasó todos los límites. El respeto tiene que ser la base de toda sociedad”.

Para el Gobierno fue otra oportunidad perdida de instalar una buena noticia. Había sucedido la semana anterior, luego de un movimiento histórico de turistas, cuando el tuit de Aníbal Fernández contra Nik les cambió la agenda. Esta vez, el odio de un grupo de personas les volvió a correr el eje: empañó la posibilidad de mostrar la gran convocatoria peronista.