Kiosco Perfil

Verónica Cangemi: acaba de presentarse en el Teatro Colón con un concierto dedicado a Mozart. Luces y sombras

Acaba de presentarse en el Teatro Colón con un concierto dedicado a Mozart. Luces y sombras de una carrera internacional de treinta años y su amor con Grobocopatel.

VALERIA GARCÍA TESTA @valgarciatesta

En cualquier punto del planeta en el que se encuentre, lo primero que Verónica Cangemi hace cada mañana es sintonizar radio Nihuil y leer los diarios mendocinos. Allí están sus orígenes, esos que dejó atrás a los 18 años cuando ganó una beca y comenzó su carrera artística en Europa, sola y en medio del duelo por la muerte de su padre. Y pronto empezó a compartir escenario con José Carreras, Luciano Pavarotti, Zubin Mehta, entre tantos otros. Las 24 horas previas a un concierto, pone a macerar su voz y se queda en silencio. En esta nota, Cangemi charló, contó, reflexionó. Suave, como habla. Guerrera, como dice que es.

NOTICIAS: ¿Cómo fue volver al escenario del Teatro Colón, 30 años después de su debut allí y tras una pandemia?

Verónica Cangemi: Una emoción inexplicable, mucha alegría y muchas ganas de ver la cara del público; con muchas ganas de comunicar, de volver a estar juntos, de sentir esos aplausos que me llenan de energía. Cuando se levanta el telón, se me llena el espíritu y el alma y siento que todo valió la pena.

NOTICIAS: ¿Fue fuerte esa abstinencia durante estos meses?

Cangemi: En realidad creo que fue un período para reinventarse, para estudiar, para reflexionar y hacer muchas cosas positivas. Yo lo tomé así, para ver cómo podía reinventarme, para hacer nuevos proyectos de gestión donde el teatro pueda acercarse al público y no al revés.

NOTICIAS: Coincidió con que venía perfilando una nueva etapa en su carrera, una especie de retiro y una apuesta por la gestión cultural.

Cangemi: Así es. Creo que hay edades para sentir de manera diferente. Lo veo en mis hijos, uno de ellos es cantante tenor y era la incertidumbre de qué iba a ser de su futuro, y no solo les pasó a los artistas sino a muchos otros jóvenes y disciplinas.

Joaquín tiene 23 años y es tenor. Manuel tiene 22 años y es guitarrista. “Se llevan un año, dos pañales, dos biberones. Viajaba con bolso para dos, con cochecito para dos, con una niñera para los dos, fue todo más rápido”, recuerda. Tan mal no lo hizo porque ambos eligieron la música como profesión. “Tienen una gran pasión. A veces he tratado de decirles por qué no estudian otra cosa y no, ellos tienen una pasión como la que tuve yo”, sostiene.

NOTICIAS: ¿Su madre, la soprano Fenicia Cangemi, quiso convencerla de que no siguiera sus pasos?

Cangemi: No, todo lo contrario, sintió que de chica tenía muchas condi-

ciones y me cuidó para eso. Me hizo un camino para entender la respiración y la técnica. Soy un poco lo que ella hizo. Según dice, soy la continuación mejorada.

NOTICIAS: ¿Tuvo la presión de tener que superarla?

Cangemi: No, siempre sentí una gran admiración y quise ser parecida, me gustaba su color de voz, su manera de cantar, de mirar la carrera. Siempre me decía algo que tomé: “Cantá como si fuera la última vez”, y fue la clave de mi carrera.

NOTICIAS: ¿Le costó encontrar su propia voz?

Cangemi: Me costó muchos años encontrar una seguridad técnica. Con los años y la experiencia, fui entendiendo que tenía que tener paciencia y hoy me doy el gusto de poder cantar con un poco más de seguridad que cuando era más joven.

NOTICIAS: “Un poco más”, nunca es total.

Cangemi: Nunca es total porque somos seres humanos, si yo tuviera un instrumento como el piano, que sé que están todas las notas ahí y que donde ponga la mano va a sonar... pero la voz y el cuerpo dependen del estado emocional.

Para Cangemi, cantar es una responsabilidad, una manera de transmitir. Entonces al pisar el escenario, siente el compromiso de hacerlo con seguridad para que el público disfrute. “Y a veces hay que mentir porque cuando uno está transmitiendo un sonido, uno tiene muchos miedos que va combatiendo en milésimas de segundos con el cerebro”, asegura.

NOTICIAS: Dice que el desafío del artista es transformar el miedo en adrenalina y la adrenalina en emoción y expresión. ¿En algún momento el miedo la paralizó?

Cangemi: Arriesgué muchas veces, sí, es una batalla interna, es una lucha. Los miedos vienen también hasta que uno encuentra más o menos cierta seguridad en el trabajo que está haciendo. Eso te lo da la madurez. NOTICIAS: ¿A qué es el miedo? Cangemi: A que la voz no funcione como uno quiere por las emociones, a que cometas un error arriba del escenario. Porque el cuerpo está a full apenas uno sube, el corazón late mucho más rápido, la circulación sanguínea va mucho más rápido, las cuerdas se irrigan y hay muchas sensaciones que uno las va sintiendo, sobre todo esas angustias del estómago, que son los miedos. La manera de luchar contra ellos es dejar el gran ego que tenemos los artistas para poderlo transformar en expresión y emoción. Cuando uno es más joven, se critica a uno mismo diciendo “podría haber hecho esto o aquello”. Con el tiempo y la experiencia, ya no te importa si el sonido es bueno o no, te importa si llegaste o no al público y ya no pasa nada si se me corta la voz o no, porque el objetivo es otro. Creo que en el canto no es importante solo tener una bella voz, lo más importante es tener inteligencia para saber qué repertorio hacer, si un joven se equivoca con el repertorio, arruina su carrera para toda la vida, porque las cuerdas vocales son como elásticos si las tirás demasiado, nunca más vuelven a su lugar. Tuve mucha suerte en eso. De hecho, carreras como la mía, de treinta años, somos pocas en el mundo, muchas tienen carreras más cortas.

NOTICIAS: ¿En algún momento se cansó?

Cangemi: Del canto no, me cansé mucho de los viajes, de armar y desarmar valijas. Para mí el equilibrio de la escena también va muy acompañado del equilibrio personal.

NOTICIAS: ¿En qué momento de su vida se divorció?

Cangemi: En uno muy bueno de mi carrera, en 2009, donde yo cantaba en la Scala de MIlán, en Washington, en todo el mundo. Tenía unas agendas muy, muy comprometidas. Viajar con

A veces no soy nada diva y otras soy ciento por ciento.

Los artistas somos muy egocéntricos, es una gran lucha. Sin el ego no hubiera hecho esta carrera, el tema es trabajarlo.

chicos no era fácil, me iba de país en país, eso cansa. Después estuve muchos años sola, hasta que encontré una pareja que sabés quién es.

NOTICIAS: ¿Cómo nació el amor con Gustavo Grobocopatel?

Cangemi: Fue gracias a la música, porque Gustavo canta hace 30 años folclore y música de cámara y fue a cantar a Mendoza. Yo había ido a ver a mi madre y me invitaron a su concierto. Nunca nos separamos. Hablamos el mismo idioma, tenemos los mismos valores, tenemos hijos que se quieren, es muy parecida su familia a la mía. Creo que oportunidades así se le dan a pocas personas, porque no es muy fácil encontrar a esta edad una persona que hable tu mismo idioma.

NOTICIAS: Ahora que la pandemia empieza a ceder, ¿su agenda profesional va a ser más serena por decisión propia?

Cangemi: Ahora se empezó a llenar de nuevo, pero nos organizamos para acompañarnos mutuamente y eso es lo bueno, de estar a esta edad con una tranquilidad de poder decidir qué es lo que te hace bien y qué es lo que no. Eso es un premio.

NOTICIAS: Ha dicho: “Todos los dramas de mi vida me fortalecieron”. ¿Cuáles fueron?

Cangemi: Sí, hubo muchas sombras, creo que podés brillar después de que hubo muchas sombras. Un divorcio es una sombra muy grande, es un fracaso. No ver a los chicos cuando viajás, es un fracaso. No poder tener una familia organizada, también. Pero todo eso me fortaleció. Y, gracias a todas esas dificultades, fui tomando decisiones para bien de lo que me salía mal.

NOTICIAS: Dirige un Opera Studio en la Universidad Nacional de Cuyo y un programa de Canto de la Universidad de Congreso, de Mendoza.

Cangemi: Los mendocinos somos muy mendocinos (risas). Siempre tengo que hacer algo por mi provincia, sobre todo porque me acuerdo de mis principios y me gustaría que alguien siguiera mis pasos, que alguien de Mendoza o de Argentina, pudiera llevar esta bandera cultural de decir “me formé acá”, como lo hice yo.

NOTICIAS: Dice que la ópera puede ser para todos.

Cangemi: El argumento de una ópera es como una película de Netflix, una pequeña telenovela. El tema es que nos quedamos en la historia con la puesta en escena, con los teatros, entonces se fue transformando en más de élite. Un ticket es muy caro. Por eso estoy en un trabajo muy grande de llevar el teatro a la calle, ya te contaré en una próxima nota. La ópera es un género que transforma a las personas, las hace más sensibles, puede ser un trabajo de inclusión social muy grande. ¿Qué cantaba la gente en los balcones en pandemia, cumbia o arias de ópera? Cantaban ópera y por qué, intuitivamente, sin saberlo, cantaba y todos salían a aplaudir entonces yo tenía que reflexionar sobre cómo hacer para que eso evolucione.

Esa idea viene rondándole desde que en 2012 se presentó con José Carreras en Mendoza e hizo un recital para 12 mil personas.

“Quería que fueran los que no tenían dinero, que llevaran su sándwich, su Coca Cola, su vino, su silla, su mesa y que se hiciera un camping

de 12 mil personas. Y fue un espectáculo de un silencio que en mi vida tuve en un teatro. Como para el proyecto se requiere una tecnología muy grande, son sumas que para la Argentina hoy resultan imposibles. Lo voy a hacer en Europa, el año próximo”, cuenta esta gran artista.

NOTICIAS: ¿Afronta prejuicios sociales a la hora de estar con Gustavo Grobocopatel?

Cangemi: No, a mí me pone muy orgullosa, cuando da una conferencia o le hacen una nota, me explota de amor el corazón, mi alma, porque me gusta que le vaya bien. Lo admiro.

NOTICIAS: Lo decía en relación a la mirada social respecto a ser “la novia de”.

Cangemi: No, a veces dicen “la novia de Gustavo” pero también a él le dicen “el novio de la Verónica Cangemi” (risas). En Argentina, soy la novia de Grobocopatel, pero cuando él va a Europa, es el novio de la Cangemi, compensamos.

NOTICIAS: ¿Qué le queda por lograr?

Cangemi: He tenido mucha suerte de poder tener una familia, el amor de mi vida, dos hijos maravillosos, una familia musical, que en el mundo del arte me hayan permitido trabajar en cada teatro del mundo, qué más puedo pedir, me daría vergüenza pedir algo, pero sí me gustaría mucho ver a mis hijos realizados en el escenario.

NOTICIAS: Trabajó con grandes celebridades y ha dicho que algunos fueron más o menos egocéntricos y más o menos divos. ¿Cuál es su porcentaje de divismo?

Cangemi: Depende la situación, a veces no soy nada diva y otras soy ciento por ciento (risas). Los artistas somos muy egocéntricos, entonces es una gran lucha con eso. Sin el ego no hubiera hecho esta carrera, el tema es trabajarlo.

NOTICIAS: Pelear contra los miedos y contra el ego.

Cangemi: Justamente, los miedos son los que me llevaban a la escena diciendo tengo que ser perfecta, y eso también es ego y falta de seguridad.

NOTICIAS: ¿Hoy quiere ser perfecta?

Cangemi: No… (se ríe), no sé… NOTICIAS: Casi perfecta.

Cangemi: No, hoy quiero disfrutar, más que ser perfecta.

Nunca me cansé del canto. Me cansé mucho de los viajes, de armar y desarmar valijas.

Para mí el equilibrio de la escena también va muy acompañado del equilibrio personal.

SUMARIO

es-ar

2021-10-23T07:00:00.0000000Z

2021-10-23T07:00:00.0000000Z

https://kioscoperfil.pressreader.com/article/282368337847368

Editorial Perfil