Restaurantes:

La Catedral del Pisco. Av. Corrientes 3126, Abasto. Cocina peruana. Martes a domingo de 12 a 00. Precio promedio: $1.300.

“La Catedral del Pisco”. Av. Corrientes 3126, Abasto. Cocina peruana.

Mucho antes de que Sipan, Osaka y La Mar se instalaran en Buenos Aires, la comunidad peruana -la cuarta más grande de extranjeros en el país- ya tenía un pujante polo gastronómico en la zona del Abasto. Hoy, por esas vueltas de la vida, los extremos se juntaron en La Catedral del Pisco. Allí, uno de los chefs que trajo el nikkei a la Argentina, José Castro Mendivil (Sipan, Osaka, Olaya, entre otros), ideó junto a su mano derecha Raúl Zorrilla, hoy a cargo de la cocina, una carta 100% fiel a los sabores populares del Perú.

La ambientación es muy básica pero la relación precio-calidad es imbatible. Las porciones son generosas y los sabores tienen el aval de un salón de 100 cubiertos siempre lleno. La carta es larga y con todo el repertorio de favoritos: ceviches sabrosos y en versiones auténticas (sin maracuyás y otras fantasías); causas recargadas como la Cala, con mariscos a lo macho y chicharrón de calamar (rabas); anticuchos (aquí la clave está en la salsa, y es buenaza); chaufas varios (el más original es el amazónico, con cecina, una carne seca similar al charqui); lomo saltado (esa simple y deliciosa combinación de carne saltada cebolla roja y tomates); y mucho más.

Si quiere incursionar en platos no tan transitados por nuestros paladares, le recomendamos la papa rellena (clásico limeño, cruza de pastel de papas con croqueta frita) ; el ají de gallina (cremoso y reconfortante); el tacu tacu (un pastel de arroz y frijoles en versiones de mar y de tierra); el chupe de camarón (una sopa bien consistente y llena de sabores). Hay mega platos para compartir como el seco de osobuco La Catedral (un guiso elaborado a base de salsa de seco de cordero de 1,5 kilos cocinado por 12 horas con una preparación con cerveza negra, entre otros); el pescado a lo macho (hecho entero, frito con salsa de mariscos); y el pollo a las brasas (¡marinado en más de 25 ingredientes!) que se vende entero, medio o un cuarto.

Para beber hay una selección de cócteles, pero para arrancar se impone un pisco sour.