“El aplauso es el gran abrazo”

El cantante celebra sus 40 años de trayectoria con un espectáculo íntimo y diferente. Perfil bajo y la fe en el destino.

Hay días en los que la vida cambia para siempre. Como cuando Rodolfo Valss era adolescente e iba caminando con su amigo Gerardo por la calle Corrientes y, en una broma, este lo empujó contra una de las puertas de blindex del teatro El Nacional al tiempo que le decía: “Mirá, ahí hay un teatro. ¡Entrá de una vez!”. La puerta se abrió y una señora de ojos celestes muy claros y una sonrisa luminosa le dijo: “Hijo, la audición es al lado”. Él, que no tenía previsto ninguna prueba pero que ya sabía de la felicidad que le provocaba cantar y que venía torturando al amigo con esa convicción, se puso en la fila. “Nunca me acuerdo de las caras, pero los ojos y la cara de esta señora jamás se me fueron, y te estoy hablando de hace 40 años. Fueron los ojos y la suerte de mi vida”, recuerda. Gerardo se fue, vaya a saber dónde. Rodolfo se quedó y audicionó. Había empezado su carrera profesional, que hoy celebra con el espectáculo “Un Ritual”, un show musical muy íntimo, lleno de recuerdos y canciones.

NOTICIAS: A la distancia, ¿cómo interpreta lo azaroso de ese primer casting?

Rodolfo Valss: Yo soy creyente de la religión y del destino. Creo que está todo absolutamente escrito, que el de arriba, o como quieras llamarlo, la energía, para mí es Dios, hizo una lista con lo que me iba a pasar a mí y a todos los seres humanos y se está cumpliendo, se cumplió y espero que se siga cumpliendo. Porque te soy sincero: siempre hago lo opuesto a lo que tengo que hacer y el destino quiere que me vaya bien. Creo que el destino está absolutamente marcado, tiene que ser y es. Y creo que lo que produce tanta emoción en “El Ritual”, es que ven a un señor que laburó mucho, siempre desde el mejor lugar que pudo y desde la verdad; ven al verdadero, al que no

tiene peluca, al que no tiene maquillaje, al que no tiene un vestuario específico, ni está haciendo un personaje en un musical.

NOTICIAS: Y decidió no incluir musicales.

Valss: Tenía ganas de cantar algo que no estuviera en un libreto de Broadway (fue protagonista de Los Miserables y de Chicago, entre otras grandes puestas internacionales), de cantar una historia mía, mi propio libreto. Muy emocionante. La fundación Fábrica de Artistas me produce este espectáculo y me dio la posibilidad de estar solito mi alma, con mi querido maestro Hernán Matorra en el piano, después de estar protegido por una orquesta maravillosa, por compañeros maravillosos, por una dirección de Broadway. Yo me preguntaba si esto le iba a interesar a alguien, me tiré a un pozo que no sabía si tenía fondo. ¡Y me dio respuestas positivas y descubrí que también puedo hacer esto y que me gusta!

NOTICIAS: Meterse en la televisión como lo hizo, siendo la voz de Gran Hermano o coach en Operación Triunfo, por ejemplo, podría haber sido un tironeo fuerte para la típica celebridad de la comedia musical.

Valss: Sí, y pasó lo contrario, como con la puerta de Gerardo. ¡Mi vida es una puerta de blindex! (risas) Un día me llamó un músico que hacía muchos años que no veía, y me dijo que se iba a hacer un programa muy famoso, Operación Triunfo, que él iba a estar en la producción y que le interesaría mucho que fuera uno de los coaches. Ni sabía lo que era “coach”. Me dijo que tenía que dar un casting de cámara y de cómo manejaría en la televisión una clase de canto. Le dije que no, que venía de vacaciones, de estar tirado al sol 15 días, que era un mono, que estaba azul, y que en cámara iba a dar como un simio. Me insistió y me mandó un auto. La audición duraba 10 minutos, yo estuve 45, se re coparon. Fui el primero en tener el ok para ser coach y, gracias a Dios, al destino, fui uno de los más queridos. Mi lema es “¡Juguemos siempre!”. “Play” quiere decir tocar una canción pero también es jugar, entonces yo digo que juguemos a cantar, después viene la técnica.

NOTICIAS: ¿Cómo conservó a ese niño interior, sin que lo apabulle la crueldad que puede tener un medio que rivaliza, que es hostil, que tiene una cantidad de egos enormes?

Valss: Eso se cuida no dejando al niño nunca, queriéndolo mucho, acariciándolo y diciéndole que está todo bien y que escuche el aplauso. El aplauso es el gran abrazo, es el gran beso. Quiero sentir que una sabiduría más grande que la terrenal me ayudó mucho, que mis ángeles de la guarda me ayudaron mucho y me hacían tener una respuesta de mucha sanidad porque si no estás bien de la cabeza y del cuerpo, no podés sostener algunas cosas de todas esas que dijiste. Es un medio que a veces es muy difícil. Los egos son terribles. A mí me salvó el sentir que el ser humilde es una bendición de Dios. Y lo que transmito a mis alumnos es eso, que no perdamos la humildad. Disfrazarse de estrella, es demodé, es antiguo y es horrible.

NOTICIAS: Formó parte de programas que apelaban a eso. ¿Qué le diría a quien cree que la cosa pasa por tener muchos seguidores y que vale hacer cualquier cosa?

Valss: Que todo eso es mentira, que todo eso tiene una fecha de vencimiento muy pronta y que el camino antiguo de puerta de blindex es el mejor porque te mantenés porque sos talentoso. A mí me da un poco de lástima y bronca esto de que si tenés más seguidores hasta podés tener una carrera. Al talento no hay con qué darle, a los seguidores, sí, porque se terminan, se aburren y se van. El talento no te lo saca nadie, labures o no, triunfes o no, está dentro tuyo.

NOTICIAS: ¿Siente la responsabilidad del talento?

Valss: Sí, por eso yo nunca pude cantar en el cumpleaños de mi madre, ¿viste esas reuniones que te dicen “Rodo, cantate algo”? Yo me muero de vergüenza. Primero porque siento que me quiero mandar la parte y mostrarme, y después porque si no estoy bien de la voz y si no canto bien… Entonces digo: “Mejor, cantemos todos”.

Es un medio que a veces es muy difícil. Los egos son terribles. A mí me salvó el sentir que el ser humilde es una bendición de Dios. Disfrazarse de estrella, es demodé y horrible.