FUNCIONARIOS OLVIDADOS

Al borde de las lágrimas, Cristina Kirchner cruzó a quien había sido el secretario de Obras Públicas de los 12 años de gestión K: “Creo que lo odié a José López, como pocas cosas odié en mi vida. Si te lo tengo que decir, lo odié”, lo sentenció al hablar de los bolsos con dinero sucio con los que había aparecido.

López es apenas uno de los condenados por el kirchnerismo: Julio de Vido y Ricardo Jaime son otros de los marginados que protestaron públicamente por la falta de contención. Los parias de la era K.

Por eso, cuando en el 2018 declaró en la causa del Convento, López no dudó: “Me siento el chivo expiatorio”, sostuvo en Comodoro

Py. En ese momento, la mayoría de los ex funcionarios K que habían tenido problemas judiciales ya eran liberados, pero el ex secretario de Obras parecía abandonado a su suerte.

Julio De Vido es otro de los que protestó por el desamparo. De hecho, días atrás su mujer Alessandra Minnicelli lo desligó de cualquier vinculación con Lázaro Báez en una entrevista en Modo Fontevecchia. Siempre leal a Néstor, el ex ministro de Planificación suele protestar contra Alberto Fernández, a quien acusó incluso de hacer muy poco en materia judicial: “No debió haber designado a Marcela Losardo como ministra de Justicia”, protestó luego de que acusaran a los imputados en la Causa Vialidad.

Fruto de la desprotección, Jaime no paró de recibir condenas: acumula seis. Es el único caso de un dirigente que tiene más días detenidos que los que ejerció como funcionario.

Pocos, como el ex vicepresidente Amado Boudou, fueron redimidos por el kirchnerismo luego de una condena. Ninguno de ellos tuvo esa suerte.