MÁXIMO K EL ENEMIGO

Una de las grandes disputas de Sergio Berni dentro del Gobierno es con Máximo Kirchner, el hijo de la vicepresidenta, con quien casi terminan a las trompadas por la derrota electoral del 2021. Pero también existe una pelea silenciosa con Martín Insaurralde, el jefe de Gabinete de Axel Kicillof, quien tiene una importante ascendencia sobre el grupo de jefes comunales peronistas del Conurbano conocidos como “Los Intendentes”. Una obviedad.

Entre Berni y los intendentes hay una guerra silenciosa por la seguridad de los distritos, porque el ministro tiene una planificación y los jefes distritales pretenden otra, además de que, a mayores posibilidades de desplegar policías comunales, mayores recursos económicos que se le giran desde la Provincia a las localidades. En el pasado, la ex ministra Sabina Frederic intentó organizar la seguridad de algunos distritos de manera directa con los intendentes, pero no funcionó y terminó eyectada del Gobierno nacional.

Insaurralde llegó a la jefatura de Gabinete con la intención de representar a ese grupo de intendentes con los que Kicillof mantiene un vínculo débil. Berni tampoco aporta para mejorar el diálogo.

Insaurralde, por su lado, le suma al kirchnerismo vínculos que van más allá del peronismo: por ejemplo, tiene lazos que llegan hasta la AFI macrista. Es amigo de Hernán Nisenbaum, el asistente del ex director de la AFI Gustavo Arribas. Nisenbaum suele visitar a Insaurralde en sus oficinas de la calle Arroyo, en Retiro. En el 2017, Insaurralde y su esposa Jesica Cirio fueron al casamiento de Nisenbaum con la modelo Luly Drozdek. Por aquel entonces, desde la AFI se espiaba a dirigentes kirchneristas.

Lo cierto es que las diferencias entre el jefe de Gabinete y el ministro de Seguridad bonaerense son una de las grandes batallas del peronismo de cara a 2023. Máximo Kirchner ya eligió bando.