Detrás del crimen Lucio

Los jueces dl del Tribunal b ld de Audiencias d de Santa Rosa, La Pampa, encontraron culpables a la madre Lucio Dupuy, Magdalena Espósito Valenti, y a su pareja, Abigaíl Páez, de los delitos de homicidio agravado. Páez fue condenada también por abuso sexual agravado, pero Espósito Valenti fue absuelta, lo que generó sorpresa en la querella. "Estamos relativamente conformes, pero no entendemos por qué no está el odio de género", manifestó minutos después de conocerse la sentencia José Mario Aguerrido. abogado de la familia Dupuy.

El “odio de género” excluido por el tribunal era el planteo que generaba mayores rispideces en lo político, y era considerado como una afrenta al movimiento feminista. “El uso político de la muerte de Lucio para cuestionar al movimiento de mujeres no hace más que poner en evidencia los resabios machistas y patriarcales aún vigentes”, manifestó Estela Díaz, ministra bonaerense de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual.

La política se hizo eco tardíamente del Caso Lucio, una causa que caló hondo en la opinión pública, disparó debates, y motivó una ley homónima que tiene media sanción y espera ahora tratamiento en el Senado.

Y deslindando responsabilidades, la política prefirió poner foco en la jueza que otorgó la tenencia de Lucio Dupuy a Espósito Valenti, y en la negligencia compartida de médicos y maestros. “Lucio fue llevado en reiteradas oportunidades a centros de salud (…) Iba a un jardín de infantes. El Poder Judicial intervino tomando decisiones respecto a sus cuidados y la tenencia”, escribió Díaz, agregando que la jueza Ana Clara Pérez Ballester “actúo dentro de un marco de creencias y estereotipos”.

Pero depende justamente de la voluntad política activar leyes y controles estatales que actúen en base a pericias e informes en lugar de estereotipos, para que no haya otros Lucio.