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Redes sociales y desinformación:

Estudios indican que las noticias falsas afectan la salud mental y reducen la confianza en el sistema sanitario. Cómo frenarlas.

ANDREA GENTIL agentil@perfil.com @andrea_gentil

estudios indican que las noticias falsas afectan la salud mental y reducen la confianza en el sistema sanitario. Cómo frenarlas.

Las

interpretaciones incorrectas vinculadas con información sobre la salud, que suelen aumentar durante brotes y desastres, afectan de manera negativa la salud mental de las personas”, informa una revisión de 31 estudios sobre el tema realizada por especialistas de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El trabajo analizó qué producen las noticias falsas (o fake news), la desinformación (creada especialmente para hacer confundir y hacer daño) y la difusión de información errónea (carece de malas intenciones) en la salud de las personas.

Eso es lo que sucedió hace apenas una semana cuando se conoció que dos personas habían fallecido en el Hospital Evita Pueblo de Berazategui, provincia de Buenos Aires, luego de haber ingerido carne y achuras en mal estado. El Ministerio de Salud bonaerense emitió un comunicado oficial e informó que las bacterias Salmonella y Shigella habían sido detectadas en el laboratorio Laboratorio Nacional de Referencia ANLIS Malbrán. También, que dos personas más permanecían internadas.

En un par de horas, un audio supuestamente proveniente de alguien muy serio, aseguraba que había un número mayor de muertos y que el brote afectaba a otros municipios del conurbano bonaerense. Pero no era

más que una fake news que se expandió a la velocidad del rayo. Al final de la tarde del viernes 27 de enero, el Ministerio de Salud de la Nación confirmaba que hasta ese momento solo se habían registrado los casos mencionados por las autoridades sanitarias bonaerenses.

EN ALZA. La difusión de información falsa, tergiversada, manipulada, no es patrimonio argentino. Sin ir muy lejos en el tiempo, en la Navidad última el ministerio de Salud de la India tuvo que salir a aclarar que un mensaje engañoso estaba siendo diseminado a través de WhatsApp. El mensaje falso estaba circulando por toda la red de chateo a la luz del aumento de casos de Covid en China y otros países, y afirmaba que la subvariante XBB de Ómicron tiene una tasa de mortalidad más alta que la variante Delta. También, que los síntomas son diferentes en comparación con las otras subvariantes. El gobierno indio informó que el mensaje es engañoso y que la gente no debe creerlo ni reenviarlo a otras personas.

“Twitter, Facebook, YouTube, e Instagram son medios críticos en la diseminación de información que se expande muy velozmente y llegan a usuarios muy alejados geográficamente”, explica el paper del 2022 de la OMS. Pero en las regiones con más pobreza esta lista también necesita incluir a WhatsApp, la red social de mensajería que desde los primeros meses de iniciada la pandemia de Covid-19, en 2020, tuvo un rol protagónico en la creación y difusión de información falsa.

De la nada, se diseminan largos textos (que en general incluyen algún párrafo en el que se pide difundir el mensaje) y audios, en los que a veces se citan nombres y apellidos de supuestos profesionales de la salud o científicos que afirman ser testigos de tragedias. Durante los picos de contagios y muertes por Covid19 esos audios abundaron, siempre con mensajes que contribuyeron a sembrar el pánico y la desconfianza hacia las vacunas y hacia las políticas sanitarias de los gobiernos, y hasta hubo médicos y científicos que debieron desmentir que las voces difusoras fueran las suyas.

El fenómeno ya había comenzado años antes. Durante el brote de fiebre amarilla ocurrido en Brasil en el año 2018 WhatsApp fue un caldo de cultivo de fake news que cada día daba a luz nuevas mentiras. Esas mentiras se propagaban más velozmente que el mosquito vector del virus de la enfermedad, y se centraron en (justamente) viralizar información errónea sobre los peligros de una vacuna contra la fiebre amarilla. Así fue como hubo rumores de reacciones fatales a las vacunas, conservantes de mercurio y conspiraciones del gobierno propagados a toda velocidad por el servicio de mensajería.

QUÉ PROVOCAN LAS MENTIRAS. El fenómeno se intensifica. “Las repercusiones de las fake news a través de redes sociales tienen efectos tan negativos como la formación de opiniones cada vez más polarizadas, el incremento en las interpretaciones erróneas del conocimiento científico, la explosión del miedo y el pánico y, también, una desconfianza que termina en la reducción del acceso al cuidado de la salud y en el aumento del uso de supuestas soluciones mágicas que no tienen ninguna base científica probada”, informa la revisión de la OMS.

¿Cómo manejar esta situación para contrarrestar sus efectos y, sobre todo, limitar su expansión? Un trabajo publicado en agosto del 2021 y que analizó la situación a partir de 69 trabajos científicos, investigadores de la Pontificia Universidad de Rio Grande do Sul (Brasil), concuerdan en algunos puntos.

“Las agencias y los profesionales de la salud deberían aumentar su presencia en línea. El trabajo futuro debería apuntar a mejorar la calidad de la información de salud en las plataformas de redes sociales, desarrollar nuevas herramientas y estrategias para combatir el intercambio de noticias falsas y estudiar la credibilidad de la información de salud”, afirman Christiane Melchior y Mírian Oliveira. “No obstante, los que controlan las plataformas son los únicos que pueden tomar medidas efectivas para que sus usuarios reciban información fiable”, puntualizan.

En el caso de Whatsapp, y debido al cifrado de extremo a extremo de la red de mensajería y la naturaleza

PARA LUCHAR CONTRA LAS FAKE NEWS AGENCIAS Y PROFESIONALES DE LA SALUD DEBERÍAN TENER MÁS PRESENCIA ONLINE.

cerrada de sus redes, es muy difícil estudiar cómo circula la información errónea. Y por eso para quienes inventan, producen y tienen intereses en difundir fake news es un medio ideal: los engaños y las campañas de desinformación de WhatsApp son más perniciosos aún que los difundidos a través de otras redes sociales, porque su difusión no se puede monitorear. Solo son pasibles de ser identificados si se dan a conocer en otras redes.

¿Y por qué las personas difunden fake news tan pronto como las reciben? Un grupo de investigadores de la University of Southern California (en los Estados Unidos) acaba de publicar un estudio en la prestigiosa Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), que revierte aquel concepto de que la información errónea o falsa se propaga porque los usuarios carecen de las habilidades de pensamiento crítico necesarias para discernir la verdad de la falsedad o porque sus fuertes creencias políticas distorsionan su juicio.

Según este estudio, solo el 15% de los usuarios de noticias más habituales fueron responsables de difundir entre el 30% y el 40% de las noticias falsas. “Sabemos por investigaciones anteriores que algunas personas no procesan la información de manera crítica y que otras forman opiniones basadas en sesgos políticos, lo que también afecta su capacidad para reconocer historias falsas en las redes sociales”, explica Gizem Ceylan, director del estudio y ahora investigador en la Universidad de Yale. Sin embargo, mostramos que la estructura de recompensas de las plataformas de redes sociales juega un papel más importante cuando se trata de la difusión de información errónea”. La teoría es que los usuarios que publican y comparten con frecuencia, especialmente información sensacionalista y llamativa, buscan atraer la atención de otros.

CÓMO ACTUAR. Los resultados son debatibles, pero el punto es qué hacer al recibir en el teléfono celular mensajes falsos cuyos autores buscan viralizar. En principio, ninguna información que no sea oficial debería ser difundida. Ningún dato que no esté siendo emitido por un medio de comunicación confiable. Nada de textos que pidan ser reenviados “a todos tus contactos”. La distancia entre mantener la calma social y convertirse en difusor de noticias falsas dañinas está en esos minutos en los que se puede analizar el contenido del mensaje, descartar ya desde el primer momento los que sean emitidos por medio de la voz (los médicos y científicos no utilizan ese medio para transmitir sus conocimientos) y aquellos que consten de larguísimos textos pegados en texto plano, sin membretes ni firma alguna. Aunque puede hasta haber videos que en verdad sean deep fakes o videos manipulados en los que un protagonista diga (supuestamente) algo que jamás dijo.

Por eso, ante la llegada a los teléfonos de mensajes sospechosos por el formato anónimo o desconocido y el estilo alarmante de su contenido, es imprescindible tomarse el tiempo necesario para chequear la información. No difundir automáticamente es la mejor manera de proteger a la comunidad.

ANTES DE REENVIAR MENSAJES ANÓNIMOS RECIBIDOS POR WHATSAPP ES NECESARIO CHEQUEAR LA INFORMACIÓN.

SUMARIO

es-ar

2023-02-04T08:00:00.0000000Z

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