HOMBRES DE DE AUTO

Walter P. Chrysler

Este pionero de la industria del automóvil de los Estados Unidos nació en Wamego, Kansas, en 1875. Desde muy joven se dejó fascinar por los automóviles, pero su primera pasión fueron las locomotoras. Tanto es así que realizó un curso por correspondencia en un reputado Instituto de Tecnología para recibirse de ingeniero en ferrocarriles. Y justamente en una fábrica de locomotoras comenzó a trabajar, como peón a los 17 años, antes de sus estudios. A continuación paso a ser mecánico jefe y finalmente en 1908 fue nombrado ingeniero director de la sección de motores de la Chicago Great Western Railway, cuando solamente tenía 33 años de edad.

Su primer contacto con el mundo del automóvil tuvo lugar en 1912 cuando ingresó en la Buick, de la cual, en un periodo de cinco años, llegó a ser presidente y director general. En 1919 asumió el cargo de gerente general adjunto de la General Motors Corporation en Detroit, pero conservando su cargo en Buick.

A los 45 años, por divergencias de opinión con el presidente de General Motors, William Durant, se vio obligado a retirarse de los negocios, pero no permaneció inactivo por mucho tiempo: ingresó en la Willis Overland, para ocuparse de su relanzamiento; cumplida su misión, pasó en 1920 a la Maxwell-Chalmers, también al borde de la crisis. Y fue en esta ocasión cuando pudo dar forma concreta al sueño de su vida: la construcción de un nuevo tipo de automóvil con la marca de su apellido. Esta tarea fue confiada a tres jóvenes ingenieros, Zeder, Skelton y Breer.

Desde el momento de su presentación, en 1924, aquél primer automóvil obtuvo un gran éxito, lo que sirvió de base para la construcción del futuro imperio Chrysler.

Walter Percy Chrysler se retiró definitivamente de los negocios en 1935, y falleció en Nueva York en 1940. Se presentaron muchos modelos a lo largo de la rica historia de la compañía. En 1934, y un año antes de su retiro, Walter pudo ver el revolucionario Airflow, de líneas absolutamente nuevas y con pretensiones aerodinámicas. El Airflow fue uno de los automóviles más revolucionarios de su tiempo y creó nuevas perspectivas en el campo de la distribución de masas y en los perfiles. Este modelo tenía un diseño en forma de gota, es decir muy redondeado y con la parte trasera alargada.

Costó siete años a los ingenieros los estudios y experimentaciones para llegar a la forma aerodinámica y al diseño de su tren motor.

En la actualidad Chrysler forma parte del grupo Stellantis, que tiene también como socios a Fiat y PSA. Como dato ilustrativo, el edificio Chrysler en Nueva York es una obra que enorgullese a la gran ciudad.

“Antes de fundar su propia compañía, Walter Chrysler fue presidente y director general de Buick y gerente general adjunto en General Motors. También trabajó para sacar de la crisis a las empresas Willis Overland y Maxwell-Chalmers.”