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HONDA CR-V EXT AWD

Es la actualización del modelo que, para muchos, actúa como referente de los SUV medianos. Muestra cambios estéticos, pero lo más importante aparece en la modernización de su nivel de equipamiento.

POR WALTER TOGNERI / FOTOS DE ALEJANDRO CORTINA RICCI

Referente indiscutido entre los SUV medianos, se actualiza especialmente en equipamiento. Amplio interior y calidad "made in USA".

Los SUV ya no son una “moda”. Aquella tendencia que apareció en nuestras vidas en la década del 90, ha trascendido la barrera del gusto de unos pocos y se ha instalado como una opción que va más allá apoyándose en la lógica: los Sport Utility Vehicles se han transformado en los modelos más deseados por los compradores de autos porque han demostrado que son, sencillamente, el vehículo que todos desean tener.

Claro que a partir de esta afirmación surgen un montón de matices, los cuales están representados por decenas de modelos ya que, con la maduración del concepto, hay SUV compactos, medianos, grandes, de lujo, exclusivos... para todos los gustos y bolsillos.

Pero si hay uno que se ganó el título de referente entre los medianos, ese es el Honda CR-V. Este producto de la marca japonesa, que se vende en nuestro país desde hace varios años, se presenta ahora con una actualización de la quinta generación, aquella que llegó a nuestro país en 2018 con unidades fabricadas en los Estados Unidos, el mismo origen de las que recibimos en estos días.

Mantiene las virtudes que le han dado ese lugar de privilegio, y agrega mejoras en el equipamiento, con lo cual eleva aún más la vara.

Esta actualizada familia se ofrece en la Argentina en tres versiones, dos con tracción delantera, LX 2WD con el antiguo motor 2.4 que cuesta 55.000 dólares, y EX 2WD, a 68.900 dólares, con el mismo motor 1.5 turbo de 190 CV que equipa a la versión tope de gama, EXT

AWD, la elegida para esta nota, la única con tracción integral y un valor de 79.000 dólares.

Casi no se nota

El diseño es una de las características principales de este modelo. La carrocería se advierte imponente y llama la atención por los cromados que la recorren y, en especial, por el diseño de los grupos ópticos led, características que, no obstante, no sacrifican esa cuota de sobriedad que hace que este modelo sea el elegido por un público más bien conservador.

Es un vehículo grande que se percibe robusto, característica que se confirma con algunas acciones simples tales como, por ejemplo, cerrar una de sus puertas.

El despeje, también destacado, en esta versión es más pronunciado que en las otras dos: 209 mm contra 199 mm, respectivamente. Vale señalar que los voladizos son cortos, por si fuera necesario atravesar algún terreno complicado, situación en la que difícilmente se encuentra alguna vez una de estas unidades, aunque cuente con tracción integral inteligente.

Respecto del modelo anterior, en esta “lavada de cara” apenas se advierten diferencias en términos de estética exterior. Son nuevos los paragolpes, tanto el delantero como el posterior, del

mismo modo que se actualizaron los faros antiniebla delanteros y las llantas de aleación de 18 pulgadas, ahora oscurecidas. Es importante destacar la buena costumbre de Honda de utilizar una rueda de repuesto idéntica a las titulares.

Ese auxilio aparece debajo de la tapa rígida que hace las veces de piso del baúl, enorme espacio de carga (¡646 litros!) que dispone en esta versión de un portón de apertura eléctrica que no solo se puede abrir desde el interior, sino que además cuenta con una función “sin manos” que permite la apertura de esa compuerta al pasar el pie por la parte baja del sector posterior del vehículo.

También es nuevo el techo solar, ahora panorámico (cubre hasta las plazas traseras), y dispone de comandos eléctricos del tipo “un toque”.

Más confort y seguridad

Puertas adentro no hay novedades de peso. La calidad de materiales y terminaciones sigue entre las mejores de la categoría, lo mismo que el confort. Por suerte no hay cambios en la habitabilidad, es decir que cuatro adultos viajarán con comodidad sin importar lo prolongado del recorrido. La plaza central trasera puede ser algo reducida, un tanto traumática para personas de contextura mediana. El espacio libre hasta el techo, el que aparece para las piernas y el piso prácticamente plano, son características de las que goza este modelo y que no son fáciles de encontrar en otros productos del segmento.

La posición de manejo ideal se logra rápidamente gracias a las múltiples regulaciones de la columna de dirección y de la butaca del conductor, que cuenta con ajustes eléctricos y memorias. Ambos asientos delanteros disponen de calefacción.

Solo hay diferencias respecto del modelo de 2018 en la consola central, la ubicada entre las butacas delanteras. En lugar de un amplio portaobjetos, en esta actualización aparece un cargador inalámbrico para celulares, un dispositivo muy útil aunque sus dimensiones tal vez no sean las ideales para los cada vez más grandes teléfonos modernos.

Agrega también dos salidas USB que se complementan con otras dos para los ocupantes de las plazas traseras.

El resto de los sistemas y equipamientos prácticamente no muestran cambios. En el rubro confort mantiene los eficaces

sistemas del modelo anterior (ver recuadro), pero es en seguridad donde se destacan las mayores novedades. Además de los elementos ya clásicos en este tipo de unidades (retrovisor fotocromático, detector de cansancio del conductor, la cámara Lanewatch para monitorear el ángulo ciego, etc.), esta actualización del CR-V incorpora el paquete Honda Sensing que agrega un radar, cámaras y un conjunto de sensores que realizan la lectura permanente de las situaciones de conducción y las del tránsito para activar funciones como la advertencia de colisión frontal, el frenado con mitigación de colisión o el alerta de cambio involuntario de carril con función activa. Agrega control de velocidad crucero adaptativo.

El tablero es el mismo de la serie anterior con sus no muy precisas escalas luminosas. Sí cabe destacar la incorporación de un Head-Up Display que suma puntos en materia de seguridad.

Siempre equilibrado

Los componentes mecánicos que le dan forma a este renovado SUV son los mismos que los de aquel al cual reemplaza.

Los trenes de rodaje entregan un confort de marcha destacado que no se ve afectado negativamente por las grandes

llantas de 18 pulgadas.

La dirección también responde muy bien, aunque el radio de giro podría ser mejor.

Debajo del capó encontramos un motor naftero 1.5 turboalimentado que entrega 190 CV de potencia y 24,5 kgm de torque, propulsor que trabaja asociado con una caja de variador continuo (CVT), programada con siete relaciones.

Es un motor que funciona muy bien y tiene su mejor momento a partir de las 2.000 rpm, marca desde la que se manifiesta el par máximo, aunque a partir de ese régimen se vuelve rumoroso.

Este poder hace que, a pesar de sus 1.619 kg de peso en orden de marcha, el CR-V responda con bastante agilidad, aunque podría ser más impetuoso si la caja no manifestara los retardos que experimentó en la unidad de pruebas. Al acelerar repentinamente, el sistema electrónico se tomaba su tiempo para seleccionar la mejor combinación, provocando demoras en la reacción.

Además, el sistema de tracción inteligente (arranca en simple pero al detectar patinamientos conecta automáticamente el eje trasero), suma una cuota de pereza en el sistema.

La selectora dispone de una posición S (Sport). En esa consola hay, además, una tecla para el modo Eco que ajusta los parámetros para reducir el consumo de combustible. No obstante, las marcas de consumo que medimos en nuestras pruebas no fueron las mejores. Circulando a velocidades constantes en la ruta, el gasto de carburante fue bueno (medimos 14,5 km/l a 90 km/h y 9,5 km/l a 120 km/h), pero en la ciudad los valores se dispararon: en el ciclo urbano fue de 8,5 km/l. Así, el promedio general dio 10,8 km/l.

En términos de velocidad y aceleraciones, las marcas fueron destacadas: 198,8 km/h de máxima y 8,8 segundos para pasar de cero a 100 km/h, lo mismo que los seis segundos que demoró para pasar de 80 a 120 km/h en la prueba de recuperación.

Por otro lado, debemos destacar especialmente el poder de frenado del sistema con cuatro discos: en la pista se comportó muy bien, siempre firme y sin vicios, logrando distancias de frenado muy buenas: de 100 km/h a cero recorrió 43,9 metros.

Un precio para pocos

El Honda CR-V EXT AWD que aquí analizamos es un vehículo

2.660 mm 4.631 mm caro. El precio publicado por la marca japonesa es de 79.000 dólares (casi 7,8 millones de pesos al cambio oficial), un valor elevado si lo comparamos con sus principales rivales. Por ejemplo, el Nissan X-Trail Exclusive CVT con motor de 171 CV, baúl más pequeño (440 litros) y un nivel de equipamiento parecido, se vende por 6.038.000 pesos. También figura el Renault Koleos Intens, con 170 CV de potencia, 663 litros de espacio de carga y una dotación comparativamente reducida, a un precio de venta de 5.488.487 pesos.

Otros modelos podrían sumarse como opción, pero solo los mencionados más arriba son los que más se acercan por concepto, y sobre todo porque ofrecen sistema de tracción integral.

Respecto de la garantía, Honda de Argentina otorga por este modelo tres años o cien mil kilómetros: muy buena, pero las hay todavía mejores.

SUMARIO

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