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CHEVROLET ONIX LTZ TEST.

Esta versión del compacto de la marca del moño es una propuesta interesante. Ofrece un nivel de equipamiento que cubre todas las necesidades, motor turbo de buena respuesta y un precio competitivo.

Por EQUIPO DE PRUEBAS / Fotos de ALEJANDRO CORTINA RICCI

Versión de mitad de gama que, gracias a una dotación bien pensada, cubre todas las necesidades. Destacada sociedad entre el motor turbo y la caja automática.

Un poco más que “el intermedio ”

El segmento de los autos compactos ha crecido de manera destacada en los últimos años, casi tanto como el de los SUV, “los modelos del momento”. Por suerte, en ambos espacios vemos que este avance llega acompañado de una interesante renovación con la cual, en los dos casos, se advierte una clara ganancia en equipamiento respecto a los modelos a los cuales reemplazan.

Alguien dirá que “no es lo mismo” elegir un auto compacto que decidirse por un SUV, y es verdad. Por eso, en este punto es necesario marcar una de las diferencias, el precio: estos autos son más baratos que los SUV compactos y, salvo el diseño, ofrecen las mismas o, en muchos casos, mejores prestaciones que aquéllos.

En esa línea se mueve el nuevo Chevrolet Onix LTZ, versión

intermedia (también se ofrece en opciones LS, LT y Premier, además de una con estilo deportivo denominada RS), variante que logra conformar una propuesta acertada, redondeando una relación precio-producto de las mejores de la categoría, un espacio en el que la competencia es feroz.

Atractivo sin estridencias

La renovación de la familia Onix llegó a nuestro mercado a fines de 2019 como la actualización de un producto que se despedía como el más vendido de la región. El desafío para General Motors fue de gran magnitud, dado que con el nuevo auto tenía que, por lo menos, empardar la performance de ventas de su antecesor.

Pero la jugada de la marca americana superó aquellas expectativas, y hoy este nuevo Chevrolet (en sus dos siluetas, hatchback de cinco puertas llamado Onix “a secas” y sedán, Onix Plus), avanzan por el sendero que dejó delineado el modelo anterior.

En gran medida esa aceptación tiene que ver con el diseño. La nueva línea Onix muestra una estética atractiva, juvenil, que le otorga una presencia destacada entre sus rivales.

En este caso, analizamos una versión de dos volúmenes, unidad que muestra ciertos aires deportivos pero que, lógicamente, no cuenta con aditamentos sports como la variante denominada RS.

Sin embargo, algunos cromados le otorgan brillo, y las modernas llantas de aleación de 15 pulgadas (con neumáticos en medida 185/65), le quedan bien. Lamentablemente, la rueda de repuesto es del tipo temporal.

Particular LTZ

En cuanto a la calidad de materiales y encastres, todo sigue como hasta ahora: muy buena en promedio. Las butacas delanteras, con apoyacabezas incorporados, son confortables y la del conductor ofrece regulación en altura. Si a este detalle le sumamos la posibilidad de ajustar la columna de dirección en altura y profundidad, la mejor posición de manejo está garantizada.

Atrás, los espacios no son tan generosos, ya que solo dos adultos viajarán con comodidad, dado que la plaza central es ajustada. El baúl es pequeño: ofrece una capacidad de 303 litros. Los respaldos traseros se abaten 60/40.

Para controlar las funciones del vehículo, este Onix dispone de un tablero que combina indicadoras analógicos y digitales, aunque entre ellos no aparece uno para la temperatura del líquido refrigerante del motor.

Entre los instrumentos principales se instala un display para la computadora de a bordo, que ofrece información complementaria.

La clave de esta versión está en el nivel de equipamiento. Como opción “intermedia” está lo suficientemente preparada como para cubrir todas las necesidades y, aunque no le sobra nada, tampoco hay mucho que reclamarle. Como vemos en el recuadro de la página 50, la lista de elementos que conforman el equipamiento confirma tal afirmación.

Efectivamente, en ella aparecen, por ejemplo, la pantalla táctil de 8 pulgadas del sistema de infoentretenimiento Mylink 3 (compatible con Android Auto y Apple CarPlay), control de velocidad crucero, cámara de marcha atrás, sensores de estacionamiento, seis airbags y ESP.

Respuesta 1.0

Una de las novedades que llegó con la nueva familia Onix es la incorporación de un propulsor turboalimentado, justamente el que equipa esta unidad. Se trata de un tres cilindros en línea que entrega 116 CV de potencia y 16,8 kgm de torque disponibles desde las 2.000 rpm, marca a partir de la cual el pequeño propulsor “se despierta” y reacciona con gran eficacia.

Este nuevo motor, un poco trepidante, especialmente en ralentí, trabaja asociado con una caja automática de seis velocidades que se combina de manera excelente con la planta motriz, condición que se nota en todas las situaciones de conducción.

Así, estamos frente a un auto que responde con premura en al ámbito urbano, pero que no se achica si se trata de buscar las velocidades de ruta. Según nuestras pruebas, puede acelerar de 0 a 100 km/h en 10,3 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 183,7 km/h. Pero también es lo suficientemente elástico como para realizar sobrepasos con seguridad. Por ejemplo, para pasar desde 80 km/h a 120 km/h necesitó 8,3 segundos.

Y siguiendo con las buenas noticias, también tenemos que destacar el consumo de combustible, muy contenido. Medimos en promedio un rendimiento de 15,2 km/l.

Solo podemos criticar que, en el momento de acelerar con ímpetu, el sonido provocado por el motor al aumentar el régimen se filtra al habitáculo con cierta facilidad.

Además, la caja no ofrece levas detrás del volante, pero sí unas teclas en la selectora para pasar los cambios de forma secuencial, aunque esta operación se torna algo incómoda.

En lugar de una posición S (Sport), la selectora dispone de una marcada con una L.

Las suspensiones también son dignas de mención. El equilibrio logrado por los ingenieros de Chevrolet le otorga destacado comportamiento tanto en la ciudad como en la ruta, espacios en los que se muestra como un vehículo seguro. La misma sensación entregan los frenos, sistema que, a pesar de contar con tambores traseros, presentó muy buenas distancias de frenado en la pista y sin mostrar vicios.

La dirección eléctrica también responde de manera eficaz.

Variada rivalidad

En los últimos meses, el segmento B se fue poblando de nuevos jugadores, a los cuales se sumarán otros en un plazo no muy lejano. Por modernidad, el nuevo Peugeot 208 (de producción local) sería el competidor más indicado para este Chevrolet, pero también podemos considerar otros productos que, aunque tienen más años en el mercado, son dignos de ser tenidos en cuenta, ‒aunque en breve serán renovados‒, como el Volkswagen Polo y el Toyota Yaris, ambos procedentes de Brasil y con motores aspirados de generación anterior.

El modelo de la marca del león es el que más se asemeja al de la americana. La variante Allure del 208 con caja Tiptronic cuenta con un motor 1.6 de 115 CV de potencia, equipamiento similar y un baúl de 311 litros, y se vende por 2.767.200 pesos.

El Toyota Yaris hatchback, con motor de 107 CV y caja CVT, también ofrece una dotación equivalente y baúl de 310 litros, pero tiene un precio de venta de 2.362.000 pesos.

En cuanto al modelo de VW, no hay una opción “intermedia”: la variante con caja Titronic de la opción de entrada, MSI, con baúl de 300 litros y el “histórico” motor de 110 CV, vale 2.361.400, y la tope de gama, Highline, con una dotación más amplia y moderna, cuesta 2.774.676 pesos.

El Chevrolet Onix LTZ vale 2.366.900 pesos, valor que demuestra la muy buena relación precio-producto de la que presume este modelo.

En cuanto a la garantía, el Onix (también el 208 y el Polo) cuenta con una cobertura de tres años o 100.000 kilómetros, motivo por el cual queda relegado por el Yaris, que ofrece cinco años o 150.000 kilómetros.

SUMARIO

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2021-09-09T07:00:00.0000000Z

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