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Los padres de la aerodinámica

La aerodinámica aplicada al automóvil no es propiedad de una sola persona, sino que varias fueron las destacadas mentes que se sumaron en pos de la mejora de las prestaciones de los autos.

Por Gustavo Piersanti

Paul Jaray, nacido en 1889, era uno de los cinco hijos de una familia judía vienesa. Estudió en su ciudad natal y en Praga para convertirse en ingeniero especializado en aerodinámica y, una vez terminados sus estudios, se mudó a Alemania. Allí trabajó como diseñador aeronáutico entre 1913 y 1914, convirtiéndose rápidamente en un pionero de la aerodinámica durante la primera mitad del siglo XX.

El advenimiento de la Primera Guerra Mundial instó al rápido crecimiento de la industria aeronáutica, lo que requirió gran cantidad de mano de obra nueva. Así, en 1914 Paul Jaray consiguió empleo en la empresa Zeppelin Works, en Friedrichschafen, Alemania. Inicialmente se topó con un ámbito muy conservador, en el que debió luchar mucho para imponer sus nuevas ideas, diseñando los dirigibles LZ38 y LZ126 en 1915 y 1924, respectivamente. En 1919 se materializó el túnel de viento diseñado por Jaray para esta misma firma, con el cual se pudo estudiar el comportamiento aerodinámico en diversos tipos de vehículos sobre bases científicas. Esto también le permitió modificar la forma de los dirigibles, introduciendo una nueva generación en forma de gota de agua en lugar de la forma cilíndrica alargada de los primeros ejemplares.

El primer auto

Anticipando que los dirigibles tenían los días contados, Jaray empezó a aplicar sus conceptos sobre la pujante y creciente industria automotriz, elaborando la teoría de la aerodinámica para vehículos terrestres junto con el Ingeniero Klemperer. Si bien ya en 1912 había patentado algunas ideas aplicables a los autos, solo diez años después pudo plasmarlo en un modelo real. Fue en colaboración con Alfred Ley, propietario de la firma Rud (abreviatu

ra de Rudolf ) Ley Maschinenfabrik A.G., que Paul Jaray fabricó el primer automóvil aerodinámico del mundo al que llamaron Ley T6. En los primeros ensayos, este extraño bólido más alto que ancho logró bajar el rendimiento de carburante y mejorar la velocidad final de autos convencionales en un 30 por ciento.

En 1923, Jaray se fue a vivir a Zurich, Suiza, donde abrió su propio centro de diseño denominado Stromlinen Karosserie Ges, aceptando encargos de las mejores marcas alemanas, que habían sido atrapadas con sus teorías: Audi, Mercedes-Benz, Dixi, Opel, Adler y BMW se sumaron a la movida de los autos aerodinámicamente eficientes.

Jaray se ocupó de seguir adelante con sus estudios sobre las formas aerodinámicas, centrándose más específicamente en la gota de agua.

En 1925, la “Exposition Internationale des Arts Décoratifs et Industriels Modernes”, en París, originó una revolución en el diseño industrial. Acababa de nacer el movimiento Art Déco, y a los estudios aerodinámicos se los comenzaron a llamar popularmente Streamline. Esta nueva tendencia comenzó a aplicarse en objetos varios, no solo por necesidad de economizar combustible, sino por moda, como por ejemplo en elementos de escritura.

Uno que se animó

Si bien, como se mencionó anteriormente, Jaray trabajó para las más afamadas automotrices alemanas, ninguna se decidió a llevar a la producción seriada los autos aerodinámicos, dejándolos solo como ejercicios de diseño y fuente de información para las competencias. Las razones pueden llegar a tener sentido desde el lado estético: los autos de Jaray pare

cían 20 años adelantados a su tiempo. Y, desde el lado económico, los procesos productivos eran muy diferentes a los utilizados en aquella época.

Sin embargo, la siempre innovadora firma checoslovaca Tatra se animó y presentó un nuevo modelo diseñado por Hans Ledwinka y Paul Jaray. Estaba equipado con un motor V8 de tres litros refrigerado por aire y de ubicación trasera, que iba montado sobre el ya conocido chasis tubular característico de Tatra. Sus fluidas formas incluían pontones laterales en donde las ruedas traseras estaban carenadas, faros embutidos y cola en forma cónica con una pequeña aleta dorsal. Denominado T77, fue el primer auto aerodinámico de producción en serie; su coeficiente aerodinámico era de 0,21, muy bajo aún hoy, casi 80 años después. Debido a diversos problemas políticos y económicos que reinaron en la década de 1930, más los altos costos que Tatra debía manejar en la fabricación del modelo, la vida del T77 fue corta (apenas se produjeron 249 unidades). No obstante, sirvió de referente para otros modelos de la misma Tatra. Jaray también desarrolló un hermano menor del T77, denominado T57, que nunca llegó a materializarse.

Del otro lado del Atlántico

Jaray fue el autor de varias patentes referidas al tratamiento aerodinámico en las carrocerías de los automóviles, y para 1927 ya tenía en Estados Uni

dos algunas patentes registradas, anticipando la fuerte competencia que asomaba en nombres como Buckminster Fuller, William Stout y Tom Tjaarda.

En 1931 formó la Jaray Streamline Corporation of New York, una empresa dedicada a la cesión de licencias y al monitoreo de la utilización de sus ideas y patentes, en un mercado que prometía un crecimiento enorme. En 1934, la corporación Chrysler lanzó al mercado el modelo Airflow para festejar su décimo aniversario. Jaray inició acciones legales y la Corporación debió pagarle la suma de cinco mil dólares en concepto de daños y perjuicios provocados por la utilización ‒sin permiso‒ de los estudios realizados por éste, más regalías por la venta de cada auto. Lo mismo ocurrió con Pierce Arrow y su modelo Silver Arrow. Peugeot con el modelo 402, Mercedes-Benz con el 170H y el mismo Volkswagen con el Escarabajo utilizaron de alguna manera todos los estudios que Jaray había realizado durante años. Este destacado creador murió en 1974.

SUMARIO

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2021-10-14T07:00:00.0000000Z

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