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JEEP COMPASS LONGITUDE PLUS

El exitoso Sport Utility fabricado en Brasil recibió una actualización de mitad de vida que, además de modernizar su equipamiento, le permite estrenar un inédito motor turbo de 175 caballos. ¿Seguirá siendo el rey?

Texto y fotos: ALEJANDRO CORTINA RICCI

TEST.

El restyling del modelo americano llega con ajustes en diseño y equipamiento, y con el nuevo motor turbonafta T270.

Ser el modelo más popular no es tarea sencilla, sobre todo si se trata de un segmento tan expansivo como el de los SUV medianos. En este mundillo cada vez más competitivo en el que conviven participantes de todo tipo de origen, calidades y mecánicas, el Jeep Compass ha sabido posicionarse como el referente indiscutido desde su aparición, a fines de 2017.

Así lo demuestran las estadísticas de ventas de nuestro país pero, fundamentalmente, de Brasil ‒su lugar de origen‒, donde en los últimos años el Sport Utility fabricado en Pernambuco ha mirado a sus rivales desde la cima.

Aunque, claro está, han aparecido nuevos jugadores y la competencia también ha jerarquizado sus productos: es por ello que la marca estadounidense, ahora bajo el ala del Grupo Stellantis, debió intervenir su exitoso modelo para no ver amenazado su liderazgo.

Analizamos aquí la versión Longitude Plus, que se ubica apenas por debajo de la tope de gama Limited, y que, al igual que todas las opciones nafteras de la gama Compass, utiliza el inédito motor T270 que ya equipan otros modelos manufacturados sobre la misma plataforma, entre ellos la renovada pick-up Fiat Toro que probamos en esta misma edición de Parabrisas.

Lo justo y necesario

¿Por qué cambiar algo que funciona bien? En una industria con una dinámica tan veloz como la automotriz, esa respuesta es sencilla: estar a la moda para no pasar al olvido.

Sin embargo, también queda

claro que se puede actualizar un producto sin que pierda su esencia. Eso sucede con el restyling del nuevo Jeep Compass que, pese a haber recibido algunos ajustes estéticos, es preciso mirarlo con detenimiento para advertirlos.

La carrocería mantiene las proporciones de su antecesora; en efecto, se ve similar, pero hay algunos detalles a destacar, sobre todo en la zona frontal. Allí se estilizaron sutilmente los faros y la parrilla, en tanto que se reubicaron las luces rompeniebla en la estructura del nuevo paragolpes para mejorar el ángulo de ataque del vehículo (ahora 20,9º; antes, 15,8º), atributo orientado principalmente para el uso off-road, pese a que esta variante no es 4x4.

Lateralmente, solo se actualizaron las llantas, y en el sector posterior cuesta encontrar mayores cambios, de no ser por el del dibujo interno de los faros de led.

La situación cambia notablemente en el interior: allí es otro auto. En esta versión, el flamante panel de a bordo ‒que combina diferentes texturas plásticas y recubrimientos de cuerina‒ ofrece un estilo más sofisticado y tecnológico.

Este último aspecto se ve jerarquizado por una central multimedia compatible con Android Auto y Apple CarPlay, que dispone de una enorme pantalla de 10,1” ubicada en el panel central, y cuya calidad de imagen es excepcional (sobre todo, la cámara de marcha atrás), y además responde rápidamente al tacto. Desde allí también se puede “setear” la climatización.

El tablero de instrumentos fusiona cuadrantes analógicos con un generoso display (para la computadora de a bordo), que trae muchísima información: presión de neumáticos, carga de la batería, temperatura del aceite, transmisión y líquido refrigerante, entre otros. El instrumental es 100 % digital en las versiones tope de gama.

Las butacas delanteras son mullidas y anatómicas, en tanto que encontrar la posición de manejo óptima es sencillo gracias a la doble regulación, tanto de la columna de dirección como del asiento del conductor. Al igual que su antecesor, la calidad general del vehículo es satisfactoria.

Atrás hay generoso espacio para tres adultos, que además de contar con un toma 12v, otro USB y salida de aire acondicionado, tendrán suficiente espacio para estirar las piernas y buena altura hasta el techo.

El baúl, en tanto, no es de los mejores de su clase. Tiene apenas 390 litros de capacidad (100 litros menos que el Volkswagen Taos, por citar un ejemplo). Sin embargo, a concesión del limitado espacio de carga encontraremos una rueda de auxilio homogénea y con llanta de aleación, como Dios manda. ¡Gracias, Jeep!

Nuevo corazón

La principal novedad del restyling del Jeep Compass se encuentra debajo del capó: el veterano motor naftero (aspirado) TigerShark 2.4 de 174 CV fue reemplazado por un inédito turbo denominado “T270”, con inyección directa y cadena de distribución.

Conforme a las tendencias de la industria automotriz, esta nomenclatura responde a la entre

ga de torque expresada en Nm. Se trata de un propulsor 1.3 de cuatro cilindros y 175 caballos de potencia, con 27,5 kgm.

Ese par ‒que obtiene ya a las 1.850 vueltas‒ se mantiene hasta un alto rango de rpm, lo que le permiten ser ágil y al mismo tiempo viajar muy relajado a velocidades máximas legales (a 130 km/h el motor gira a 2.400 vueltas), situación que lo hace, además, muy silencioso, acompañado por la excelente insonorización del habitáculo.

Este impulsor está acompañado por una caja automática Aisin con convertidor de par de seis marchas. Su comportamiento es bueno en líneas generales, aunque a veces muestra un breve retardo al inicio de una aceleración. Como complemento, se puede comandar secuencialmente tanto desde la selectora como desde las levas al volante.

La performance de este nuevo conjunto mecánico es interesante, aunque sus prestaciones no difieren de las obtenidas oportunamente por su antecesor.

Así lo certifican los números registrados durante nuestras pruebas. Acelera de 0 a 100 km/h en 10,3 segundos y alcanza una velocidad máxima de 191,5 km/h: 10,4 segundos y 189,3 km/h con el histórico TigerShark 2.4, respectivamente.

El valor de recuperación de 80 a 120 km/h ‒que da una idea de su capacidad para realizar un sobrepaso en la ruta‒ es de 7,3 segundos (7,0 con el motor anterior), en tanto que el rendimiento de combustible resulta razonable para un vehículo de su tipo (pesa 1.566 kg), pero advertimos un gasto excesivo de carburante en el ámbito urbano.

En esta condición puede recorrer apenas 7,8 kilómetros por cada litro de combustible, medida que es equilibrada por el correcto rendimiento en ruta (17,5 km/l a 90 km/h y

11,4 km/l a 120 km/h), para promediar unos adecuados 12,2 km/l.

En este apartado sí muestra mayor eficiencia respecto del antiguo impulsor, con el cual promediaba los 10,9 kilómetros por cada litro de combustible.

Al volante

Todas las versiones nafteras del nuevo Compass utilizan el flamante impulsor T270 y disponen de tracción delantera: la única variante 4x4 de la gama es la Trailhawk, equipada con el conocido 2.0 turbodiésel de 170 CV y 35,2 kgm, que ahora tiene filtro de partículas (DPF) y lleva urea (AdBlue).

En cualquiera de sus configuraciones, sin dudas el sello distintivo del SUV de Jeep es su confort de marcha. Esto se debe a la robustez de una carrocería que se advierte siempre firme y a un mullido esquema de suspensiones (independiente Multilink en el eje trasero), que se encarga de filtrar con mucha solvencia las imperfecciones del camino. Además, su apropiado despeje de 20,5 cm se traduce en la posibilidad de transitar por terrenos irregulares con cierta tranquilidad.

Esa característica no quita que también ofrezca un adecuado comportamiento dinámico: la carrocería no presenta marcados vicios al exigirla a altas velocidades, y ante la menor pérdida de adherencia, la intervención inmediata del ESP se ocupa de mitigarla.

La dirección con asistencia eléctrica es tan suave como eficaz e incrementa su dureza conforme se eleva la velocidad, mientras que el sistema de frenos (con cuatro discos y ABS con distribución electrónica de frenado) respondió correctamente en la pista: para detenerse por completo desde 100 km/h necesitó 47,5 metros, sin salirse de la línea.

A competir

Qué difícil se ha vuelto hablar

del precio de un auto en la Argentina. Desde estas líneas en adelante solo podremos hacer referencia a los “valores sugeridos” que las terminales publican en sus sitios web, y que en la práctica distan de ser los reales.

Esto aplica a todas las marcas, e incluso hay determinados modelos para los que se requieren meses de espera. Insólitamente, muchos de ellos de producción nacional, como uno de los competidores de este modelo, el Volkswagen Taos.

Como indicábamos al inicio de la nota, en el mercado argentino la gama Compass está conformada por las cuatro versiones nafteras: Sport (4.784.000 pesos); Longitude (5.699.200 pesos); la evaluada en esta ocasión, Longitude Plus (5.980.000 pesos), y la tope de gama Limited Plus, cuyo valor asciende a 6.405.000 pesos. De la única variante Diesel (Trailhwak 4x4) aún no ha sido comunicado su precio.

La dotación general es completa, pero el valor muy elevado tratándose de una versión

que no es full y que, además, es más cara que la de sus rivales (incluso en sus versiones tope de gama o con tracción integral).

Destacamos la moderna central multimedia con sistema de sonido Premium Beats con subwoofer, el cargador inductivo para celulares, el techo panorámico, los tapizados de cuero, el sistema Start&Stop, el freno de estacionamiento eléctrico y el encendido remoto por llave, además del botón de arranque.

Aquí prescindiremos de algunos elementos “más sofisticados”, como la regulación eléctrica de las butacas delanteras o la apertura remota (y por gesto) del baúl, exclusivas de las opciones Limited y Trailhawk.

Lo mismo ocurre con el apartado de seguridad. El Compass T270 Longitude Plus ofrece seis airbags, control de tracción y estabilidad, anclajes para sillas infantiles, cámara de retroceso, cruise-control, sensor de estacionamiento trasero y asistente de estacionamiento semi-automático denominado Park Assist. Pero el paquete de Asistencias a la Conducción (ADAS) es exclusivo de las opciones tope de gama, que agregan funciones de lector de señales de tránsito, alerta de fatiga y detección de peatones y ciclistas para el Frenado Autónomo de Emergencia, aunque cabe destacar que solo la variante Trailhawk 4x4 dispone de control de velocidad crucero adaptativo.

La buena noticia para el potencial comprador de un Jeep Compass es que la garantía ‒de tres años o 100 mil kilómetros‒ incluye los primeros tres “services” de manera gratuita, un argumento más que tentador a la hora de “hacer los números” del mantenimiento del vehículo.

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2021-11-11T08:00:00.0000000Z

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