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Baterías

Por: Pablo Jorge Gualtieri

Nos referimos aquí a las baterías convencionales de 12 Volts que equipan a la gran mayoría de los automóviles. De acuerdo a la Agencia Federal de Control de Accidentes de Tránsito de los EE.UU. (NHTSA por sus siglas en inglés), en un solo año se han registrado más de 2.000 personas heridas gravemente por la explosión de la batería de sus automóviles. La mayor parte de los accidentes se registra cuando cargamos una batería que está parcial o totalmente agotada y la conectamos a un dispositivo externo que se puede comprar en muchos comercios y lo utilizamos indebidamente. Por ejemplo, si nuestra batería tiene una capacidad de 75 amperios-hora (Amp/h) y la cargamos con 12 amperios, seguramente estallará. Es que el amperaje máximo de recarga que admite una batería corresponde al 10 por ciento de su capacidad en Amp/h. Entonces en el ejemplo el amperaje correcto tendría que ser de 7.5 amperios. Muchos de los cargadores que se ofrecen en casas de repuestos, comercios del ramo y hasta en supermercados, son simples aparatos en que solo se puede seleccionar el voltaje de la batería. Entregan pocos amperios, para una recarga lenta, que es la más indicada, pero no tenemos la seguridad de cuántos amperios salen porque no tienen indicadores digitales o de agujas. Es por ello que con el cargador simple solo debemos conectar los terminales ( el rojo con el polo

positivo (+) y el negro con el polo negativo (-) y con conectar el cable principal a una toma casera de 220 voltios. De acuerdo a nuestra propias experiencias podemos dejar cargar la batería con seguridad por 12 horas, la carguemos instalada en el automóvil o fuera de él en nuestro hogar. Si está afuera, por favor alejarla de los niños. Que no la puedan alcanzar jamás. Llevando el automóvil hasta un taller mecánico estaremos mucho más seguros, pero no siempre se puede concretar este objetivo. También hay seguridad si sabemos utilizar los cargadores caseros de mayor complejidad, que indican muchos datos de los acumuladores. La sobrecarga hace que se desprenda gas hidrógeno de la batería, que mezclado con el oxígeno del aire es altamente explosivo. Y junto al hidrógeno también se expulsa ácido sulfúrico, una mezcla letal.

Otros peligros

Hay también un importante porcentaje de accidentes cuando solicitamos que desde otro automóvil, de un vecino o de un amigo, nos suministre corriente de su unidad para nuestra batería "muerta", siempre y cuando se disponga de un juego de cables para recarga. El cable positivo de la batería cargada se conectará al cable del mismo signo de la descargada, mientras que el negativo se conectará a una parte de metal de la carrocería o chasis (que siempre es negativo a masa) para evitar un posible chisporroteo. Es decir, no conectar directamente el cable negativo de la batería cargada con el polo negativo de la

batería descargada.

Distintos tipos de baterías

Los automóviles modernos tienen baterías "selladas" de diferentes materiales y tipos de construcción. Las más simples son las baterías "húmedas" que contienen una solución de ácido sulfúrico (altamente corrosivo) y agua destilada. No tienen tapones de carga de agua pero sí algún tipo de ventilación. De hecho, todos los tipos de baterías permiten la descarga de gas en condiciones de peligro. Otras baterías más avanzadas contienen un gel en su interior, formando una especie de masilla y algunas contienen una malla de vidrio entre las placas que contienen al electrolito en su sitio. Se denominan AGM. Son también de ciclo profundo y proporcionan un arranque seguro por mucho más tiempo que los acumuladores convencionales.

Más problemas

Menos frecuentes son los cortocircuitos internos de la batería que podrían causar un incendio o explosión. En una experiencia personal el que esto escribe vió salir humo del capó y se produjo una falla repentina del motor, que se detuvo. Cuando se abrió el capó se pudo comprobar que la batería estaba sumamente caliente, por lo que cortamos de inmediato con una pinza aislada el cable negativo de masa de la batería, cortando toda la corriente. Es decir que se había producido un gran cortocircuito que no era detenido al parar el motor. Cuando se revisó la causa de tan peligrosa falla, se pudo comprobar que el aflojamiento de una tuerca en un terminal del motor de

arranque hizo que el mismo se desplazará unos milímetros, suficientes para hacer masa y generar un gran cortocircuito que arruinó de inmediato a la batería y al motor de arranque. Si se presentara un caso como el descrito no cometer la imprudencia de la que hizo gala el automovilista, no levantar el capó, usar si es posible el extintor y llamar a los bomberos, porque de continuar el cortocircuito es seguro que se quemará el automóvil. Y sí abrimos el capó podríamos recibir en la cara una posible explosión de la batería, o incluso llamas, con las consecuencias que son de imaginar. Algunos automovilistas sin ninguna experiencia a veces dejan encima de la batería herramientas metálicas que, de hacer contacto entre ambos terminales, se producirá un violento cortocircuito. Y las precauciones básicas, no fumar cerca de una batería ni acercar un encendedor. Tampoco golpearla con violencia o invertir la polaridad de la misma, lo que provocará un inmediato desastre. Por último, una falla en el sistema de carga eléctrica del automóvil, con alternador y regulador electrónico, también puede hacer que la batería sufra daños importantes.

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2022-09-16T07:00:00.0000000Z

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