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DS 4 TROCADERO

Es el primer modelo de la marca francesa fabricado en la planta alemana de Rüsselsheim. Con diseño sofisticado, motor eficaz y equipamiento destacado, busca competir entre la triada de “sangre azul”.

Por WALTER TOGNERI / Fotos: ALEJANDRO CORTINA RICCI

La nueva generación del mediano francés pretende competir entre los más lujosos. Para eso ofrece diseño singular, destacada calidad, amplio equipamiento y motor turbo de 215 CV.

El segmento de los modelos premium es aquel en el que todas las marcas quieren estar, pero muy pocas lo consiguen. Para tratar de entender esa ambición es necesario responder primero una pregunta: ¿esa condición es innata o se adquiere? Planteada con otras palabras: ¿se nace premium o es posible transformarse en tal? La respuesta puede ser sí en ambos casos.

Como sabemos, las marcas de “sangre azul” han marcado un camino de prestigio con base en la calidad de sus productos, los cuales, en todos los casos, se caracterizan por la calidad, condición que aparece no sólo en los materiales y terminaciones que los conforman, sino también en las innovaciones tecnológicas que en ellos se aplican.

Claro que esas (y otras) características se afianzan en una historia que al revisarla da muestras de un camino en el cual la automotriz en cuestión fue mostrando por qué ocupa ese lugar de privilegio en el mercado automotor. Ese es el caso de, por ejemplo, Mercedes-Benz, BMW y Audi.

Ahora bien ¿puede aparecer una marca premium sin historia?

DS Automobiles nació como la división de autos de lujo de Citroën. Para ello tomaron la nomenclatura de uno de los modelos más sofisticados de la marca. El Citroën DS fue presentado en 1955 como uno de los autos más avanzados de la época. Producido durante veinte años en diferentes versiones, marcó un hito para la compañía y presentó avances tecnológicos para la industria automotriz mundial.

Luego, poco antes de la creación de Stellantis (el grupo automotor que adquirió las marcas de PSA Peugeot-Citroën, entre otras), DS se independizó e inició su propio camino sobre la base de un diseño moderno y sofisticado, destacada calidad general, equipamiento de avanzada y mecánicas eficientes.

En la Argentina, la oferta de DS actualmente ha quedado reducida a tres modelos: el Nuevo DS 7 (que presentamos en la página 12), el DS 9 (elegante sedán que probamos en la edición de diciembre de 2021) y el que aquí analizamos, el DS 4.

La nueva generación de este mediano se ofrece en dos versiones, Performance Line y Troca

dero; esta última fue la elegida para el presente test.

Todo nuevo

Entre 2010 y 2018, todavía bajo el ala de Citroën, la marca francesa produjo el DS 4 con el logotipo del doble chevrón en la parrilla. Era (es) un auto con un diseño llamativo por el trazo de su carrocería hatchback de cinco puertas con una característica especial: dado el diseño de las puertas traseras, las ventanillas de ese sector no se pueden bajar. En el nuevo DS 4, aunque el foco está puesto en el diseño, ese problema no aparece.

El estilo de esta segunda generación sigue los lineamientos establecidos por la paleta francesa, aunque con algunos guiños al gusto chino, uno de los mercados más importantes de esta y muchas otras marcas europeas.

La silueta de crossover (aunque bien podría ser considerado como hatchback) muestra un trazo “filoso” que tiene puntos destacados en el frente y el remate posterior. Adelante, los faros full led alargados parecen avanzar hacia el piso a través de los DRL que flanquean verticalmente una parrilla prominente en la que pequeñas placas cromadas generan un efecto 3D.

Atrás, también encontramos ese patrón triangular que se repite en todo el auto, con faros led alargados y un portón de grandes dimensiones con una luneta bastante amplia

que conforman un conjunto que termina en la doble salida de escape.

Los laterales suman cromados y llantas de aleación de 18 pulgadas, redondeando un estilo muy atractivo en el que también se advierte un despeje "apenas" más elevado que en otros productos de su clase. De este detalle también pueden abrevar los que los consideran un crossover.

El cuanto a las dimensiones, el DS 4 mide 4.400 mm de longitud, 1.830 mm de ancho y 1.470 mm de alto, mientras que la distancia entre ejes es de 2.675 mm, cotas que determinan que es más largo, ancho y bajo que el anterior, y que dispone de más espacio en el interior gracias a los 63 mm extras en la distancia entre ejes.

Triángulos y rombos

Ese patrón de diseño en base a triángulos y rombos que nace del logotipo de la marca también aparece en el interior: en el habitáculo, en el que prevalecen materiales y encastres de muy buena calidad (aunque en la unidad de prueba notamos cierta falencia expuesta por algunos ruidos de procedencia indefinida), todo tiene forma triangular.

Esas formas, que se repiten en cada uno de las teclas y comandos que recorren el sector de mando, le otorgan una estética muy agradable al interior, pero se transforman en un problema a los fines operativos: para encontrar rápidamente la tecla que necesitamos operar es condición “sine qua non” tomarse un tiempo

de acostumbramiento. Lo mismo sucede con la pantalla del sistema de infoentretenimiento (con Mirror Screen inalámbrico), y otra más pequeña que, instalada en la consola de la selectora de cambios, se emplea como atajo para operar la pantalla principal.

De todas maneras, y dada la escasa presencia de comandos físicos, también es necesario dedicar un tiempo prolongado al estudio de la operación de los diferentes sistemas para aprovecharlos al máximo.

El tablero es ciento por ciento digital, configurable, y cambia de color según el modo de conducción elegido: Sport, Normal o Comfort. El Head-Up Display aporta una cuota de simpleza y seguridad para controlar los diferentes parámetros de funcionamiento, además de datos de otros dispositivos tales como, por ejemplo, el navegador.

Un problema que surge del diseño, una vez que nos acostumbramos a los triángulos y rombos, radica en los reflejos que generan esas teclas brillantes y que muchas veces son molestos.

No obstante, el piloto encontrará la mejor posición frente al volante gracias a las múltiples regulaciones de su amplia y confortable butaca (eléctrica y calefactable) y del volante (multifunción y con levas), todo tapizado en cuero de buena calidad.

Atrás, los espacios se reducen bastante, al punto de que la habitabilidad se dificultará para las personas más altas. La plaza central es muy pequeña, con el respaldo más rígido por la presencia de un apoyabrazos con portavasos que se pliega en ese lugar.

Los respaldos se abaten en proporción 60/40 para incrementar la capacidad del baúl, que en condiciones normales es de 430 litros.

Como suele suceder en modelos de este tipo, debajo del piso de ese sector aparece la rueda de repuesto de uso temporal, apenas un punto en contra que no logra opacar la interesante dotación de equipamiento de la que damos cuenta en el listado de la página 40.

Poder y control

Para mover a este vehículo, los ingenieros franceses optaron por un equipo conformado por un propulsor muy reconocido y una caja de muy buena respuesta. Se trata del motor Puretech 1.6 turbonaftero con inyección directa que ya vimos en otros modelos del grupo y que entrega 215 CV de potencia y 30,6 kgm de torque, poder que es administrado por una transmisión automática de ocho relaciones que se opera a través de un comando muy pequeño de accionamiento sencillo, además de las levas del volante.

Esa asociación es muy eficaz para mover los 1.420 kg de peso de este modelo, condición que se materializa en prestaciones muy interesantes. Por ejemplo, la unidad de prueba alcanzó una velocidad máxima de 196,8 km/h y aceleró de 0 a 100 km/h en 9 segundos.

Las recuperaciones son también destacadas, con elocuentes 4,9 segundos para pasar de 80 km/h a 120 km/h.

Pero claro, cuando hablamos de consumo no aparecen tantos

elogios. Es que para mover esos más de 1.400 kg de un vehículo con una superficie frontal amplia, los 215 CV necesitan bastante combustible, especialmente en la ciudad. Efectivamente, medimos un rendimiento urbano de 7,8 km/l que se ven “beneficiados” por los 14,5 km/l que el DS 4 acusó circulando a 90 km/h estables y así alcanzar un rendimiento promedio de 10,9 km/l.

Es importante destacar que ese equipo propulsor ayuda al DS 4 a buscar ese lugar en el segmento de los premium, pero también contribuyen para tal fin las suspensiones (independientes en ambos ejes), que aunque se muestran firmes tienden al confort a pesar de los grandes neumáticos en medida 225/55 R18. En la unidad que nos tocó manejar notamos algunos ruidos molestos que provenían del eje delantero.

Por su parte, la dirección con asistencia eléctrica respondió muy bien con un volante de excelente grip, un radio de giro adecuado y un sistema de accionamiento rápido a las demandas del conductor.

Lo mismo sucede con los frenos. El equipo de cuatro discos necesitó 41,6 m para detenerlo por completo desde 100 km/h, un recorrido en el cual el DS 4 no mostró tendencia a perder la línea.

Para complementar esa excelente respuesta, la dotación de seguridad cuenta con seis airbags y una serie de sistemas de asistencia a la conducción entre los que aparecen, por ejemplo, freno automático, sensor de ángulo ciego, alerta de cambio involuntario de carril, asistente de estacionamiento con imagen y alerta sonoro delantero y trasero, y cámara de marcha atrás.

Todo eso por...

Cuando buscamos rivales para el DS 4 nos encontramos con la sorpresa de que en la actualidad ninguna de aquellas marcas que, de alguna manera, son las referentes del segmento premium, ofrece un modelo similar a este representante del lujo francés.

Entre los hatchback no hay posibilidades de descubrir una comparación, y lo mismo sucede entre los SUV, aunque aquí sí podemos nombrar, como referencia, a sólo un modelo que tampoco es rival directo del DS 4: el Mercedes-Benz GLA 250 4Matic AMG Line.

El producto alemán es muy parecido al francés (ofrece 224 CV, mide 4.410 m de largo y la capacidad del baúl es de 435 litros), pero la tracción es integral. Y su precio de 90.000 dólares, 19.000 dólares más que el DS 4 Trocadero.

Más allá de los valores, es importante destacar que la estrategia de DS le está dando sus frutos. Según datos de la empresa, durante 2022 la marca del "savoir faire français" (saber hacer francés) se ubicó como la más vendida del segmento premium. Sin embargo, alguna de las compañías que compiten en ese espacio no consideran a DS como uno de sus rivales.

Evidentemente, para algunos ser premium depende también del cristal con el cual se mire...

SUMARIO

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2023-05-12T07:00:00.0000000Z

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