Kiosco Perfil

El enemigo en el espejo

SERGIO SINAY*

a partir de características que nos pertenecen, señalaba Keen, y luego el arma con la que vamos a combatirlo. La propaganda precede a la tecnología. Primero decidimos a quién matar y después inventamos el instrumento con el cual lo haremos. En el modelo mental populista (simiente de las horrorosas matanzas y genocidios del siglo anterior y huevo de la serpiente en el siglo actual) esto es central. Ninguna política, ningún proyecto, ninguna visión de ese cuño puede prescindir de él. El enemigo es esencial. Es la excusa para la propia esterilidad e ineptitud, la cortina de humo que oculta la propia corrupción e inmoralidad y el ejercicio delictivo del poder. Está en la propaganda, en los discursos, y puede aparecer en brutales proclamas como las que la vicepresidenta, en busca de impunidad, se ha acostumbrado a vociferar ante jueces permisivos y temerosos.

Keen describe la creación del enemigo basándose en la idea del gran psicólogo suizo Carl Jung (1875-1961), padre de la psicología arquetípica, acerca de la sombra, el lado oscuro de nuestra mente en el que ocultamos todo aquello que rechazamos, negamos o descalificamos como parte de nosotros. Ese ocultamiento no elimina lo que pretende negar, y terminamos endilgándoselo a otro u otros, al enemigo o los enemigos creados al efecto. En la política local este fenómeno se verifica de manera tan grotesca, primitiva y elemental que solo el fanatismo y la ceguera de grandes sectores de la sociedad (otro requisito básico del populismo) impide desnudarlo. Solo así el Presidente y su mayordomo, el jefe de Gabinete, tanto como la mandante de ambos, pueden reiterar la cantinela de que la culpa de todo es del enemigo que gobernó apenas cuatro años, cuando su propia escudería estuvo en el gobierno durante 25 de los 38 años de democracia. Creado el enemigo muere el diálogo, la posibilidad de integrar lo diverso, la racionalidad. Se impone el odio, se expande la mentira. Todo vale. Al enemigo ni justicia se proclamó alguna vez.

Si todo esto no fuera de por sí patético, el panorama empeora cuando también quien se opone al oficialismo instala un atril, coloca sobre él un lienzo en blanco y, con sus materiales, comienza a esbozar la figura de su enemigo. En algún momento ambos lienzos funcionarán como espejos y cada uno negará su propia imagen allí reflejada. En esta lastimosa temporada electoral, que se vive en un contexto de desesperanza, pérdidas afectivas, físicas, económicas y existenciales, en la que se respira más odio y menos empatía y respeto que nunca (recuérdese el hipócrita “homenaje” a los muertos encabezado por quienes mucho tienen que responder por esas muertes), la creación del enemigo se impone por sobre la creación de un porvenir.

Política / Ideas

es-ar

2021-07-25T07:00:00.0000000Z

2021-07-25T07:00:00.0000000Z

https://kioscoperfil.pressreader.com/article/282213718851217

Editorial Perfil