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“La inequidad genera inestabilidad económica”

JF

—John Maynard Keynes decía que él no era keysnesiano. Uno de sus trabajos se llama, en inglés: “Las amistades peligrosas, un enfoque minkeano de la relación entre el crédito y la inversión de la Argentina”. Hyman Minsky, un economista norteamericano poskeynesiano, fue quien explicó el secreto de las crisis financieras. Tenía la hipótesis de que la inestabilidad financiera sostiene que los préstamos que les dan a las personas, y eventualmente podríamos aplicarlo aquí también a los países, pasan tres etapas diferentes: la de cobertura, la especulativa y la Ponzi. En la primera etapa, poco después de una crisis, los bancos y los prestatarios eran cautelosos, daban préstamos por montos muy pequeños donde el prestatario podía devolver el crédito más los intereses. Luego, con el aumento de la confianza, los bancos comienzan a ofrecer préstamos en los que el visitante solo puede pagar los intereses, pero en general ofrece un bien de garantía del cual se asume que va a ir valorizándose, va a aumentar de precio y va a seguir cubriendo el crédito. Finalmente, cuando la crisis anterior ya no se sostiene, terminan en el estadio final dando créditos de los que no se pueden pagar ni siquiera los intereses. Es el momento que los economistas llaman “el momento Minsky”, que es cuando se cae el castillo de naipes. ¿Esas amistades peligrosas sobre las que escribiste en 2008 son aplicables a 2018 cuando al Messi de las finanzas, Luis Caputo, se le cayó el castillo de naipes en la cabeza? —Era evidente que fue una situación parecida a las que vive la Argentina una y otra vez. Procesos de endeudamiento acelerado, que cada vez se aceleran más. El primer proceso de endeudamiento muy fuerte es la dictadura, que deja un lastre de un endeudamiento externo muy pesado.

—Se lo deja a Raúl Alfonsín. La famosa década perdida de los 80. —Está en los orígenes del proceso de hiperinflación, vinculado a la necesidad de dólares, a las devaluaciones fuertísimas y de emisión también. Esa combinación de los 80 tiene un origen en el endeudamiento externo. Hay un segundo proceso de endeudamiento muy fuerte en la década de los 90 y otro nuevo proceso de endeudamiento mucho más corto, si se quiere, en el que llegamos mucho más rápido a la situación Ponzi, a la situación de endeudamiento y de fragilidad de la Argentina. Fueron cuatro años de gobierno y terminamos pidiendo el crédito más grande de la historia del FMI a dos años y monedas del inicio del gobierno de Macri. Se debe a no tener una lectura de cómo funciona la economía argentina y de lo peligroso de un mercado absolutamente desregulado con la idea de que cuanta menor intervención, mejor funcionará la economía. Llegamos en procesos más cortos de esta sobreexposición al endeudamiento muy fuerte y que resulta tan caro a la economía argentina. Ahora estamos en este proceso de renegociación de ese endeudamiento. El trabajo de 2008 aludía a la situación microeconómica, cuando uno termina endeudándose para repagar deuda previa y con la fragilidad financiera y económica que generan esas situaciones.

—Después de la Segunda Guerra Mundial hay un crecimiento de la influencia de la matemática en la economía. Pareciera que hoy también se plantea una situación disruptiva donde en realidad lo que siempre pasa es que en cada momento son necesarias nuevas herramientas, porque la realidad es distinta. ¿Las ideas económicas de Mauricio Macri son las que hoy empiezan a abandonarse en Estados Unidos? Ideas como la de la curva de Philips, o que si hay crisis baja la inflación

—La curva de Philips tuvo su primer problema en la década el 70. Allí surgieron todas las nuevas ideas que nos llevaron a una nueva fase de liberalismo. A partir de ahí, todo el proceso de liberalismo a nivel mundial que nos trajo las situaciones de exposición que hoy tenemos nos lleva a pensar dónde estamos parados y a la necesidad de repensar herramientas. En la posguerra también hubo que repensar las herramientas para un mundo que debía repensar su economía. —Ahí triunfó Keynes. Y en los 70 la Escuela de Chicago. Podría decirse que ahora estamos en una discusión respecto de que esas mismas herramientas ya no sirven más desde 2008, desde la crisis de las hipotecas. —Sí, pero habría que ser cuidadoso. Si se analiza qué sucedió durante esas casi tres décadas de keynesianismo en el mundo fue un momento de una fuerte inclusión económica. —Los años del Estado de bienestar, los mejores del siglo XX, sin dudas. —De inclusión económica y social. Vemos en el mundo que la situación de mayor inequidad muchas veces genera inestabilidad económica y social. Se incrementa la desigualdad. Cada vez hay más pobreza, incluso en la clase media en países desarrollados. Se pone de manifiesto un cambio el paradigma, pero también uno se encuentra frente a una situación de fracaso mundial, por lo menos en materia de inclusión económica y social de sus poblaciones. También habría que repensarlo en Argentina, y creo que es lo que hacemos.

Reportaje

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2021-07-25T07:00:00.0000000Z

2021-07-25T07:00:00.0000000Z

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