Kiosco Perfil

El futuro de la hotelería

Explican los cierres por la “falta de mercado”.

JUAN JOSé ERRAMOUSPE

La pandemia de coronavirus llegó para quedarse, por lo menos durante un tiempo hasta que estemos todos inmunizados o el virus deje de ser algo peligroso, situación que hoy nadie puede definir. En ese contexto, una de las actividades que más sintió el impacto del Covid-19 fue la del alojamiento, que tuvo que soportar cierres totales o parciales (con aforos) según se movía la curva de contagios. En esta realidad, la pandemia obró como una zaranda en varios negocios turísticos, entre los que hubo ceses definitivos de actividad o directamente desaparecieron del mercado.

El presidente de la Asociación de Hoteles de Turismo, Jorge Chemes, brindó a PERFIL CÓRDOBA un análisis de la situación con proyección de lo que podría pasar en el mercado. Su visión es optimista respecto a la recuperación del sector.

—¿Cómo ve el futuro la Asociación en esta situación crítica?

—El futuro es difícil, va a haber cambios. La hotelería en Argentina, y en el mundo, no va a ser la misma de antes. Los hoteles urbanos seguramente van a estar más complicados porque las nuevas realidades vinculadas a la forma de realizar negocios en forma virtual van a generar menos desplazamientos y movimiento de viajes corporativos, por lo cual los hoteles de ciudad ligados a ese mercado van a estar complicados por un lapso más largo y su recuperación va a demandar más tiempo. La hotelería vinculada a destinos de ocio va a tener quizás más oportunidades, porque la gente tiene necesidad de salir, viajar, estar en contacto con la naturaleza y, a la vez, la virtualidad permite trabajar desde otro lugar, con lo cual me parece que ahí hay más chances en el mediano y largo plazo.

Por otro lado, en la Argentina en particular estamos con situaciones muy complejas. Hay una cuestión y es que sin conectividad aérea se verá afectada la actividad en general.

En un Zoom de la AHT hablaba la gente de Iguazú y relataba que hoy cuentan con tres vuelos diarios cuando antes había 15. Hay destinos que dependemos y dependen de la conectividad, en un país en el que está cerrado el tráfico aéreo no solo a nivel internacional sino también nacional, una situación que condiciona muchísimo el despegue de la actividad hotelera. En el caso de Córdoba, en particular, ese es un condicionante y también si no recuperamos los congresos y convenciones: sin conectividad o escasas frecuencias, con pocas líneas aéreas que nos conecten con el principal destino emisor que es Buenos Aires, sin el Centro de Convenciones, uno de los mejores de Argentina hoy transformado en un vacunatorio, se hace muy complicada la reactivación para la hotelería de la ciudad de Córdoba.

—¿Y en las sierras y valles turísticos?

—Sin conectividad y sin acciones para trabajar en temporada baja es difícil. Hay posibilidades, pero se hace necesario trabajar mucho para destrabar cuestiones que nos condicionan, como la continuidad de las operaciones en forma sostenida y no interrumpida como venimos teniendo en los últimos 18 meses, la conectividad y la recuperación de congresos y convenciones.

—¿Cuándo cree que podríamos retornar a una cuasi normalidad?

—Vamos en una curva en ese sentido hacia finales de año. Si se mantiene esta tendencia en los niveles de vacunación, menor uso de camas críticas y, por ende, mayor posibilidad de aperturas y movilidad de la gente, progresivamente a medida que salgamos del invierno se debería consolidar la posibilidad de la hotelería, especialmente en una actividad que no genera riesgos. Lo veo como una transición de acá a fin de año y como una consolidación de volver a la normalidad a partir del año que viene, con una normalidad que claramente va a ser distinta.

—La lectura que hacen desde la Agencia Córdoba Turismo indica que en las dos semanas de receso invernal, la tendencia es alojarse en hoteles de alta gama, con entornos naturales, cabañas o posadas, con menos cantidad de gente y aislados.

—Se están viendo dos cuestiones que van a marcar el paso hacia adelante. Por un lado, el entorno natural para el que Córdoba tiene un valor agregado muy grande, cualquiera sea el destino, porque la gente está ávida de naturaleza, espacios abiertos, lo que es un punto a favor; el otro aspecto es coyuntural y tiene que ver con el cierre de los vuelos internacionales, que recrea un mercado interno en el que los hoteles de más alta gama son los que están teniendo mayor demanda. Esta temporada de julio viene siendo mucho mejor que años previos y esto es fruto de que no podemos salir de la Argentina y busca

mos opciones dentro del país. Esa es otra situación positiva que aparece y que habrá que ver si se consolida o no en el tiempo, pero claramente está influyendo.

—Entre los hoteles de la AHT, ¿qué balance hacen de estas dos primeras semanas de vacaciones de julio?

—En nuestro caso –Pueblo Nativo– funcionamos muy bien. Estamos en el marco de lo que decía antes: un mercado muy fuerte, que hace que los fines de semana estemos sobrevendidos y en la semana se registre una demanda importante, del orden del 70%, con muchos pasajeros de Buenos Aires, Santa Fe y también de Córdoba. Esa fuerte demanda de productos con naturaleza, de alta gama, nos permite tener un julio realmente muy interesante. Hay que confiar en que la actividad continúe, que no se vuelva a cerrar y que podamos seguir adelante sin nuevos cierres. La intermitencia de aperturas y cierres que llevamos hace 18 meses determina que la gente esté definiendo sus viajes muy sobre la hora, lo que incide en la operación y la programación de la puesta en marcha de los hoteles. Con previsibilidad, estabilidad en el funcionamiento y conectividad, la actividad se va a recuperar.

Bajas y altas. En un mercado fuertemente condicionado, mientras se registra el cierre de hoteles de 4* y 5* (Sheraton, Amèrian) aparecen nuevos ‘jugadores’, como el caso de Amek Group, que desembarca con gerenciamiento 360º y asesoría y servicios de productos de alta calidad. En su web anuncia aperturas a orillas del Lago Los Molinos, Get Hotel de Molvento (4*); en Río Cuarto, La Urumpta Hotel (4*), y en Villa General Belgrano, (un hotel de 5*).

—¿Qué lectura hace de la salida del mercado de marcas como Sheraton y Amèrian, y el desembarco de otros, como Amek Group?

—En realidad no se trata de un desembarco con inversiones nuevas, sino de un operador en búsqueda de hoteles para gerenciar.

—La caída de algunas marcas significativas, ¿demuestra falta de espaldas para sostenerse en esta crisis o decisiones empresariales ante la coyuntura?

—Un destino urbano grande, como la ciudad de Córdoba, está afectado por dos condicionantes muy graves: la conectividad aérea reducida a su mínima expresión, particularmente con el principal destino emisor que es Buenos Aires, y la falta de congresos y convenciones. Para este segundo semestre había tres o cuatro eventos programados y se están cancelando todos. Entonces, cuando no tenes estos eventos y sin conectividad, no tenes negocio. O sea, no es una cuestión de estrategia empresarial u otro tema, es que no hay mercado. Por eso es muy distinta la situación de un destino urbano que uno de las sierras; mientras no existan los dos condimentos mencionados antes –conectividad y congresos o grandes eventos– no se genera una demanda importante para sostener los productos hoteleros.

Portada

es-ar

2021-07-25T07:00:00.0000000Z

2021-07-25T07:00:00.0000000Z

https://kioscoperfil.pressreader.com/article/283515093941905

Editorial Perfil