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“El Gobierno tiene que resolver sus problemas y luego convocar a un pacto de ideas”

JF

—El radicalismo se manifestó públicamente sobre la actual crisis: “Esta situación es un reflejo de lo que ya habíamos advertido en el Frente de Todos, que es una coalición frágil sin ningún tipo de coincidencias entre ellos. Solo se unieron para conquistar el poder y conservarlo”, dijo Alfredo Cornejo en su carácter de presidente del Comité Nacional. ¿Coincidís con esta descripción? —Coincido. Es lo del dispositivo de poder anómalo desde que asumió este gobierno. La persona que tiene los votos no estaba o no está en la Casa Rosada. El Frente de Todos tiene un problema interno creado por ellos y tienen que resolverlos y luego convocar a un pacto. Es necesario hacer un gran pacto con ideas. Hoy no sabemos si ese pacto hay que hacerlo con Cristina o con Alberto.

—Algo parecido sucedió con la Alianza, más allá de que había más coincidencias del Frepaso con el radicalismo, que las que hoy se observan en el FdT. ¿No hay una señal de alarma a la sociedad sobre la inestabilidad del sistema de coaliciones?

—El problema argentino es la falta de rumbo. ¿este gobierno quiere ser aliado de Venezuela, de Nicaragua o de Estados Unidos o Europa? Argentina no decidió todavía si quiere ser una democracia de mercado o Venezuela. Yo lo tengo claro. Quiero una democracia de mercado y apostar al siglo XXI. En la coalición de Cambiemos estamos todos de acuerdo en ese trazado grueso. Hay diferencias internas, pero queremos ese trazado de modernidad del siglo XXI. Nos requiere una geopolítica totalmente diferente. Parecería que Alberto Fernández tiene una geopolítica diferente a la de Cristina.

—La Alianza no tenía esas diferencias tan grandes, y sin embargo, hubo inestabilidad. —Pero tampoco había un proyecto de país. —El mayor cientista político italiano, Gianfranco Pasquino, dijo en esta serie de reportajes que el problema de la inestabilidad latinoamericana obedecía a haber adoptado el modelo norteamericano en lugar del europeo, que las coaliciones funcionan solo en un sistema parlamentarista porque allí aseguran la gobernabilidad y no por un tiempo fijo. No bien una coalición se desarma, se llama nuevamente a elecciones. Presidencialismo y coalicionismo son un oxímoron y recordó que Alfonsín trató de resolverlo con el híbrido del jefe de Gabinete que podía ser destituido parlamentariamente, algo que nunca funcionó. Probablemente queda la duda si no hubiera sido peor el remedio que lo que venía a solucionar. ¿No hay un problema estructural?

—Totalmente. Creo que hay un problema, incluso más allá de la Alianza, Cambiemos tuvo problemas porque claramente hubo una falta de reciprocidad entre los socios. Le hizo mal no solo a la coalición, sino al país. Este nuevo paradigma del conocimiento requiere calidad institucional, apertura al mundo, racionalidad económica, sensibilidad social. Tenemos que revisar el sistema y entrar en ese paradigma. —Josep Colomer, otro cientista político, sostuvo aquí que “presidencialismo es propenso al conflicto institucional, que es un sistema político conflictivo”. Dice que si solo hay dos partidos y la mitad del tiempo hay un partido en la Casa Blanca y otro en el Congreso, entonces todo estalla. Dice que ese sistema funciona solo cuando hay una amenaza externa muy grande como en la era de la Guerra Fría. ¿El fin de la grieta requiere algo parecido a aceptar que el sistema con un presidente todopoderoso es imposible?

—Como bien sabés, los seres humanos somos tribales. Grieta existe en todo el mundo. —Un “acordatio termini”, nos invita a definir como grieta a la patología del disenso. Exceso de las diferencias y de la manera de expresarlas.

—¿Cuál es la diferencia entre Costa Rica y Nicaragua? Las instituciones. ¿Cuál la de Argentina y Uruguay? Las instituciones. El mayor problema de Argentina es la debilidad de las instituciones. La gente no cree. Hay injerencia del poder político en la Justicia. Un libro que conocés bien se llama

(N. de la R.: de Daron Acemoglu y James A. Robinson). La respuesta es por las instituciones. Podemos revisar, criticar o opinar sobre el sistema presidencialista o el parlamentario, pero debemos fortalecer las instituciones. Es el mayor problema. no la convertirán en Venezuela. Es válido a ese miedo a que el Estado controle todo. Santa Cruz hace 30 años que está gobernada por el kirchnerismo. Es una provincia con 300 mil habitantes, con gran riqueza y una importante costa marítima.

—Pocos habitantes en un territorio equivalente a la provincia de Buenos Aires.

—A eso se suma el turismo internacional con el glaciar, la minería. Aún así está quebrada la salud. La tragedia educativa de Santa Cruz es mucho mayor a la del resto del país. Se controla a la prensa. Hay una Justicia adicta. Hay mínima actividad privada y la que hay está relacionada con el Estado. Ese es el modelo que no queremos. Juntos quiere un modelo de país de democracia de mercado. Es el trazo grueso en el que estamos todos de acuerdo. Después, hay identidades. Fui crítico del gobierno de Cambiemos del 15 al 19. No se pasó de planes a trabajo como se dijo, ni se unió a los argentinos. Parte de la estrategia electoral fue fomentar la grieta. No se hizo una revolución educativa, científica y tecnológica vinculada a la producción. Además, hubo falta de reciprocidad con los socios de la coalición. Las últimas PASO cambiarán esa dinámica. Fuimos David contra Goliat, imponiendo dentro de la coalición, Borges decía que los actos son símbolos, y el acto nuestro fue un símbolo: unirnos con el PRO, Ramón Lanús, próximo posible intendente de San Isidro; Emilio Monzó, presidente de la Cámara de Diputados del PRO; el Progresismo de Margarita Stolbizer; Joaquín de la Torre del peronismo, del radicalismo y muchos como yo que dieron el paso. Me pongo como parte del radicalismo, pero también como parte de una sociedad civil que dio el paso. Fue un símbolo. La sociedad lo entendió. Por eso tuvimos tanta cantidad de votos en poco tiempo, casi sin recursos y contra una maquinaria electoral fenomenal.

—¿La cantidad de gente inusual e inimaginable para una interna que votó en el radicalismo de la Provincia dio una señal?

—En esa interna se esperaban 60 mil votos en el medio de la pandemia. Fueron alrededor de 120 mil. Fue a votar mucha gente que no estaba afiliada. Fue la expresión de una clase media argentina y de sus valores.

—¿Te indicó a vos que había que dar el paso?

—En esa campaña ayudé desde el inicio a Maxi Abad y a mi hermano Gastón. Tampoco calculé en esto. Lo que sucedió ahí lo explicó Gastón en un reportaje con vos. Había una cosa confusa. Los socios de Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad decían que no había

REPORTAJE

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2021-09-19T07:00:00.0000000Z

2021-09-19T07:00:00.0000000Z

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