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Triunfo pírrico

JORGE FONTEVECCHIA

simple, que omite las contradicciones de la complejidad que requieren mayor esfuerzo cognitivo.

En el registro de la disputa entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández, se repiten formas de lectura lineales en sintonía con lo que una parte de la audiencia demanda. En el fondo esa forma de leer los hechos confirmando el propio sesgo que tiene parte de la platea y de los críticos comparte puntos de contacto con el síndrome de hubris de la princi¿Qué protagonista: que la realidad se adecue a los deseos.

Pero los cambios de gabinete producidos el viernes por la noche están lejos de cerrar el big bang del panperonismo que produjo la derrota electoral en las PASO. El domingo 14 de noviembre se producirá el siguiente acto, donde la vicepresidenta podría resultar más derrotada y este supuesto giro distribucionista del Gobierno se tuerza en lo opuesto con el imprescindible acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Hoy, el calendario político argentino tiene como horizonte el 14 de noviembre, pero el 15 de noviembre tendrá el de octubre de 2023, y allí el presupuesto 2022 ya estará encaminado y no habrá espacio para distribucionismo. Finalmente, ni Juan Manzur, Daniel Filmus, Jaime Perczyk, Julián Domínguez o Aníbal Fernández son de la La Cámpora ni representan ideas económicas neomarxistas.

El viernes a la noche la Casa Rosada se esforzaba por transmitir a los periodistas su visión sobre que la conformación del nuevo gabinete reflejaba un “empate” entre el presidente y su vice. La permanencia de Wado de Pedro en su misma cartera tuvo un peso simbólico muy superior a que Santiago Cafiero permaneciera en el gabinete y en el ministerio más deseado por todos sus ocupantes. Los diarios reflejamos en las tapas lo opuesto al deseo del Gobierno. PERFIL: “Cristina se impuso”. impone Cristina”. “Cristina gana posiciones”. Probablemente los diarios, sin proponérselo, satisficieron el principal deseo de Cristina y de todo aquel que padece el síndrome de hubris: creer que gana, confundiendo imponer con ganar. Más allá de la categoría psicológica del síndrome, en la mitología griega hubris era el castigo que los dioses imponían a los humanos que pretendían ser dioses haciéndoles creer que lo eran para que en su desmesura terminaran fracasando estrepitosamente.

“Se Ate era la diosa de las acciones irreflexivas y la fatalidad.

Salvo que el resultado de las elecciones de noviembre próximo modifique la derrota de las PASO, Alberto Fernández habrá tenido razón en que lo mejor era esperar hasta esa fecha para producir los cambios de gabinete que refrescaran su gobierno para los difíciles dos años que le quedarán de mandato. Y se tengan que volver a producir otros cambios de gabinete que, al igual que los de esta vez, no podrán modificar las restricciones estructurales que tiene la economía, y el vencimiento por 19 mil millones de dólares de deuda con el Fondo Monetario Internacional no permitirá que la eventual hubris de ningún gobernante pueda implementar un plan que genere en la población nada mejor que lo previsto por el primer presupuesto 2022 de Martín Guzmán.

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2021-09-19T07:00:00.0000000Z

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