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Efecto control de precios Anticipan un primer trimestre 2022 caliente

JOSE BUSANICHE

Economistas proyectan que habrá un rebrote inflacionario

pos des congelamiento y que el programa de Roberto Feletti tendrá poco impacto en el bolsillo. Semana clave para saber si la medida se consensúa o se impone.

Lo plantean analistas y economistas, luego de conocerse la intención del gobierno de congelar precios de 1.247 productos hasta enero. “Es un programa de postergación de aumentos”, señalan. Apyme pidió intensificar controles y los

almaceneros mantienen dudas de que se los incluya.

Comienza una semana clave para saber qué tono tendrá la principal iniciativa de Roberto Feletti, el flamante secretario de Comercio Interior de la Nación. La intención de congelar los precios de 1.247 productos, la mayoría alimenticios y muchos de la canasta básica, fue presentada días atrás ante referentes de las empresas fabricantes y los canales de comercialización. Pero las dudas y resistencias comenzaron a brotar, a tal punto, que el viernes por la mañana el propio Feletti tuvo que salir a ajustar su discurso y remarcar que el consenso es un camino, pero no será el único para avanzar con ese programa de congelamientos.

“Por ahora hay resistencias en los productores. Estamos negociando. Me tomo como plazo el lunes para que en una u otra dirección se pueda cerrar, pero esto no puede seguir. Se rompe el equilibrio social de la Argentina. La canasta alimentaria se lleva puesto al salario, no aguanta ni la paritaria”, subrayó, en declaraciones radiales. Y detalló que los instrumentos a aplicar serán la Ley de Abastecimiento y “políticas de precios máximos no consensuadas”.

El refuerzo discursivo para avanzar con ese programa llegó a pocas horas de conocerse el dato de la inflación de septiembre, que rompió la tendencia decreciente de los últimos meses, marcó una suba del 3,5% respecto del mes anterior, un acumulado del 37% en nueve meses y un incremento interanual del 52,5%.

¿Alcanza el Frozen de precios?

Aquí parece radicar el gran desafío de este tipo de programas, que registran numerosos antecedentes a lo largo de los últimos 50 años.

El programa de congelamiento que busca imponer Feletti plantea retrotraer los precios a las referencias del 1 de octubre y mantenerlos fijos hasta el 7 de enero de 2022. Se busca contener la suba para esos ítems en meses que son especialmente sensibles a la dinámica de aumentos, según lo que se vio en los últimos años.

Sin pensar en un nuevo salto en la aceleración para los próximos meses, y al observar la dinámica de precios que se dio en Córdoba, el desafío que supone decretar el fin de esos aumentos no es menor. El Departamento de Estadísticas y

Censos de la Provincia relevó para septiembre una suba general del 3,05% impulsada por un alza en ‘Esparcimiento’ del 6%, por ‘Indumentaria y calzado’, del 5,57% y por ‘Salud’, del 4,31%. El rubro ‘Alimentos y bebidas’, donde pone foco Feletti, es uno de los que más aumento interanual muestra en Córdoba: 60,25%. Si se repite el rango de aumentos que mostró septiembre, el incremento esperable sería de 10 puntos.

Las críticas y dudas sobre el éxito del ‘Feletti program’, aun suponiendo un horizonte en el que se aplica una política amplia y consensuada, son muchas y surgen día a día.

El economista Juan Carlos de Pablo señaló en declaraciones a la prensa que el equipo de funcionarios de Economía “es poesía” y que medidas como las presentadas son la puerta de acceso para un nuevo rebote desestabilizador de las variables como implicó el Rodrigazo.

De Pablo no es el único que advierte sobre los efectos colaterales y el coletazo que puede venir cuando se tenga que desmantelar el congelamiento de alimentos, naftas, precios relativos, a la vez que no se frena la máquina de emitir pesos.

“Cuando hay una inflación muy motorizada por la emisión monetaria y la falta de confianza y el gobierno lo único que hace es seguir emitiendo pesos, vas a seguir teniendo presión de precios en todos los sectores económicos, en

los alimentos, en las prendas de vestir, en los combustibles, en todos los sectores va a seguir con esa presión”, dice el economista David Miazzo, de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (Fada).

“Con esa cuestión de fondo no hay nada que sea sustentable, que pueda frenar la suba de precios en el mediano plazo. La moneda sigue perdiendo valor y los precios siguen aumentando. Este gobierno y algunos anteriores, en estas circunstancias inflacionarias implementan algún tipo de medidas como el congelamiento de precios y otras que se toman con base en cierta presión a las empresas privadas; las empresas privadas como necesitan tener una buena relación con el gobierno porque son empresas muy grandes, que necesitan importar, exportar terminan cediendo, pero terminan cediendo con algunos productos. Cada una de las empresas ofrece algunos pocos de sus productos para que el gobierno pueda anunciar esa medida y en realidad termina afectando a una porción muy chica de todo el consumo o de los sectores que se buscan congelar. Eso hace que el impacto sobre el consumo sea bastante bajo porque su oferta es limitada, termina tendiendo más un efecto de referencia de precios, de anclar algunos precios que uno ve en la góndola para que tenga referencia sobre el resto que un impacto sobre el bolsillo. Pero, de nuevo, tienen poco impacto con una inflación acelerada por la emisión del gobierno”, remarca Miazzo.

—En concreto, no atienden los aspectos de fondo de la dinámica inflacionaria.

—Exacto. Lo que se ha visto con programas como Precios Cuidados, que tienen varios años de vigencia, es que en el mediano plazo, en algunos meses, al gobierno no le queda otra que acordar aumentos de precios para los productos que estaban en esos programas y se termina equiparando a la inflación. A esos precios hay que actualizarlos con la pauta de la inflación que pasó. Entonces, son programas de bajo impacto que cumplen una función más bien comunicacional.

Trimestre caliente.

Para Miazzo hay varios elementos en consideración para pensar un primer trimestre del 2022 complicado en términos de evolución de precios. Por un lado, porque se van a tener que actualizar todos los precios que se están congelando ahora. Y por el otro, porque también está pendiente una actualización del valor de la nafta, una referencia clave, que lleva cinco meses congelada ante un incremento del precio del petróleo del 25% en dólares durante el mismo período. Y finalmente, habrá que calcular el impacto final de la emisión monetaria que está ejecutando el gobierno.

Al respecto el analista evalúa: “Todo eso va a impactar muy probablemente en los primeros meses de 2022. El primer trimestre del año que viene tengo miedo que tengamos una inflación bastante caliente, porque todo lo que se hizo estos meses, patear aumentos, imprimir pesos, tienen cierto resabio, pero va a impactar”.

El análisis de Miazzo se completa con un plano discursivo: “A estos programas de congelamiento de precios, yo les llamaría programas de postergación de aumentos de precios, porque en la realidad, lo que pasa es eso, cuando congelan precios de alimentos, combustibles, servicios públicos, se postergan los aumentos. No hay magia en una economía inflacionaria, solo se patean hacia adelante los aumentos”.

Las pymes.

El impacto que pueden tener estos programas en las empresas productoras pequeñas y medianas, según la experiencia, muestra dos facetas. Para algunas, puede ser una oportunidad si logran ingresar a estos programas y repensar su estructura de costos, ya que al colocar un cartel de Precios Cuidados o Precios Máximos se les da mayor visibilidad ante la competencia. Algunas lácteas, por caso, pudieron posicionar sus marcas. “Por el contrario, también sucede que algunas pymes que habían logrado ubicarse y competir con precios más bajos quedan en posición de competencia más complicada porque se encuentran con segundas marcas de compañías más grandes que logran ofrecer un producto a un precio más bajo y las desplazan del mercado. Estos dos fenómenos pueden aparecer con esos programas. En general las pymes chicas no entran en estos programas, por lo general, los acuerdos se hacen con grandes firmas que pueden tener 20 productos en su porfolio y colocan en el programa dos o tres líneas de productos. A las pymes se les complica congelar sus costos, eso también es cierto”, apunta Miazzo.

—¿Qué aspectos positivos tienen estas medidas? ¿Hay que pensar en el alivio que implican para el consumidor?

—No lo pensaría tanto en esos términos porque van a tener poco impacto en el bolsillo porque es una parte chica del total del consumo. Y por otro lado, son aumentos que se patean para adelante. El beneficio que sí existe es que cuando estamos ante un proceso de inflación crónica se produce la pérdida de precios relativos y la dispersión de precios, son dos consecuencias de libro. La dispersión implica que el mismo producto tiene diferentes precios en distintos puntos de venta. Y el otro fenómeno implica la complicación para referenciar si algo está barato o caro. Ante estas situaciones, estos programas generan una referencia de precios para buena parte de los productos de consumo masivo. Hay un precio de referencia con el cual comparar el resto de los productos de la góndola. Ese es un aspecto positivo. Pero ante una inflación tan crónica como la nuestra es inevitable perder las referencias de precios porque los precios cambian todos los días.

La otra cuestión positiva es que estos programas tienen impacto real en un marco de estabilización. Si el gobierno decidiera dejar de emitir, controlar el gasto público, trabajar para recuperar la moneda y generar un plan económico de verdad para estabilizar la inflación y generar confianza, en ese contexto, tiene sentido un programa de precios. Si estás emitiendo 200 mil millones de pesos cada mes, no tiene sentido un programa de congelamiento de precios porque los precios van a explotar igual.

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2021-10-17T07:00:00.0000000Z

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