Kiosco Perfil

Sextorsión, nuevo perfil. Más mujeres son víctimas de una red con sede en Costa de Marfil.

MARÍA ESTER ROMERO

El fenómeno, que se había manifestado desde hace tiempo en otros países, llegó a Córdoba. Detectan cambios en la modalidad de las amenazas. Los contactos son por redes sociales y páginas de citas.

En el último mes y medio, cuatro mujeres presentaron denuncias en la Justicia provincial por haber sufrido extorsiones sexuales a través de Internet. Si bien la sextorsión es un fenómeno conocido, la modalidad está mostrando algunos cambios.

La sospecha es que hay bandas dedicadas a este tipo de delitos que operan hace años, desde África o Centroamérica. Puntualmente, ya se habían individualizado maniobras perpetradas desde Costa de Marfil, pero en Buenos Aires. No habían llegado a Córdoba. Al parecer, ya comenzaron a relevarse localmente hechos de esa naturaleza.

Las extorsiones sexuales se producen en el marco de intercambio de imágenes y materiales íntimos entre adultos, en forma consentida. A partir de un determinado momento, el vínculo adquiere otro contenido y muta hacia la amenaza. Cuando estaba dirigida a los hombres, en general les pedían dinero a cambio de preservar su intimidad. Y a las mujeres, más fotos y videos propios, con la advertencia de que si no lo hacían se harían públicas sus imágenes íntimas.

“Lo que hemos notado es que ahora se extorsiona a mujeres para que envíen dinero; algo que no era común hasta hace algún tiempo”, reconoció Franco Pilnik, fiscal de Cibercrimen y receptor de las denuncias.

Según los datos reunidos hasta el momento, el origen de los casos presentados en Córdoba estaría en República Dominicana y Costa de Marfil. Por eso, hay comunicación con Interpol para la búsqueda e identificación de los responsables de estas bandas, que utilizan como pantalla perfiles falsos para captar a sus víctimas. La fuerza especial trabaja desde hace casi una década en este fenómeno que se ha globalizado.

A la caza.

Se puede definir el fenómeno como una intimidación común en el marco del sexting o experiencia sexual virtual. Las víctimas son contactadas por redes sociales o aplicaciones de citas. La hipótesis es que detrás de fotos de mujeres u hombres atractivos físicamente, en poses insinuantes y con presentaciones llamativas, hay redes de extorsionadores.

Las víctimas, por su parte, caen en la trampa después de entablar diálogos e intercambio de material creyendo que interactúan con personas reales de otras nacionalidades. En realidad, son organizaciones con división de roles que obtienen sumas de dinero a partir de chantajes internacionales.

“Con las mujeres víctimas, el perfil del extorsionado se encuadraba en un objetivo sexual o de dominación, impartiendo temor en su interlocutora —observó Pilnik—; esto es lo que cambió porque encontramos otra modalidad de ataque a las mujeres que consiste en aprovecharse de la confianza para pedir dinero”.

El alto costo del dólar hizo naufragar la mayoría de las sextorsiones denunciadas en los tribunales provinciales. Pedían transferencias a través de Western Union de montos que oscilaban entre los US$ 2.000 y US$3.000, que no se concretaron por lo elevado de las sumas. Al no haber transferencias bancarias se complica la trazabilidad y por ende la identificación de los autores.

Portada

es-ar

2021-11-28T08:00:00.0000000Z

2021-11-28T08:00:00.0000000Z

https://kioscoperfil.pressreader.com/article/281835761974153

Editorial Perfil