Kiosco Perfil

La izquierda chilena se ha renovado. No tiene nada en común con el kirchnerismo nac & pop

tierra. Los cientistas políticos elaboran ideologías, trabajan en el deber ser, defienden lo que sería bueno para la humanidad y combaten el mal. Los consultores solo tratan de comprender a seres humanos concretos, para que los líderes puedan comunicarse con ellos, para ganar elecciones o lograr gobernabilidad.

En la primera vuelta logró el primer lugar José Antonio Kast, político con ideas de derecha que defiende al gobierno de Pinochet. Lo conocí hace varios años en Buenos

Aires. Me pareció un dirigente culto e interesante, pero que no tendría posibilidades de triunfo exponiendo esas ideas. Bastantes personas de su entorno eran hijos o parientes de ministros de Pinochet. Me equivoqué.

Kast, como Pedro Castillo, Donald Trump, Jair Bolsonaro o Volodímir Zelenski, tienen algo clave para triunfar en las elecciones pospandemia: comunican que son distintos a los políticos tradicionales. Como a todos estos presidentes, la mayoría de los intelectuales y periodistas no los tomaron en serio.

El segundo lugar lo ocupó Gabriel Boric, un izquierdista poco convencional, por el que no habrían votado ni Volodia Teitelboim ni Pablo Neruda. Su propuesta de terminar con el modelo liberal chileno atrae a una parte de la población, pero asusta a otra.

El tercero fue Franco Parisi, del Partido de la Gente, académico que vive en Alabama desde 2020, junto a su segunda mujer y un hijo, y que no pisó el país en toda la campaña. Parisi provocó burlas y críticas entre los periodistas y el círculo rojo. Había anunciado que llegaría a Chile durante la última semana de campaña, pero no llegó porque fue diagnosticado positivo con covid. Los periódicos publicaron noticias sobre su pasado, incómodas para personas con mentalidad convencional.

Parisi. En la recta final, Parisi creció y desbancó a los candidatos de las dos grandes coaliciones. Su lema fue combatir a “los que incomodan a la gente”, repudiando a “la casta política”, con una candidatura antipolítica, liberal, un discurso antiestablishment, parecido al del Movimiento 5 Estrellas del italiano Beppe Grillo.

Parisi hizo una campaña disruptora, semejante a las del PRO en Argentina, conversando con la gente a través armada de la Patagonia.

La mayoría de los mapuches no pertenecen al CAM, que es un equivalente al ETA del País Vasco. Han invadido propiedades, incendiado iglesias, destruido maquinarias, asesinado a productores agrícolas. Como ocurre desde el fin de la Guerra Fría son grupos vinculados al narcotráfico, al secuestro y la extorsión. Ya no existen potencias revolucionarias como la URSS y la antigua China que los financien.

Como es lógico, cuando un grupo siembra el terror, pretende dividir el territorio del país y perseguir a la mayoría de sus habitantes porque no pertenece a una cultura ancestral, consigue un rechazo masivo.

Ayudaron eficientemente a Kast algunos argentinos despistados. El embajador argentino en Santiago fue a los tribunales a respaldar a Jonas Huala, líder de la RAM, en el juicio que le siguen por el asesinato de dos ancianos en una acción terrorista. El mismo Huala ayudó a Kast esta semana, llamando a la venganza y a la lucha armada para “reconquistar” territorios mapuches. Es lo que detestan muchos chilenos.

El embajador argentino trabajó por Kast, pronunciándose de manera violenta en su contra, hecho que produjo el rechazo general, incluido el de Boric. Solo falta que Alberto o Cristina hagan campaña por el candidato de izquierda para hundirlo. Lo mismo pasaría en cualquier otro país de la Patria Grande en el que el apoyo peronista sería letal, con la excepción de Bolivia, donde nuestro embajador concurre a manifestaciones partidistas y probablemente pega propaganda y pinta grafitis.

El triunfo de Kast es perfectamente posible. Dependerá de que comprenda su éxito desde los ojos de la gente: no lo votaron porque es anticomunista, sino porque a la mayoría no le interesa perder su nivel de vida. Aunque hagan críticas al modelo, saben que viven mejor que la mayoría de los latinoamericanos y no quieren perder lo conseguido.

Política / Ideas

es-ar

2021-11-28T08:00:00.0000000Z

2021-11-28T08:00:00.0000000Z

https://kioscoperfil.pressreader.com/article/282351158049673

Editorial Perfil