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“La derecha se viste de Iglesia y de pueblo y moviliza para la plutocracia y la corrupción”

J.F.

—La derecha política europea, de orientación liberal en lo económico y conservadora en lo político, habla de batalla cultural. ¿Existe esa batalla entre el pensamiento conservador y el pensamiento progresista a nivel mundial? —Lo que se obtiene con la pérdida de una verdad estable, que una a las sociedades y las sume, se agrava con el borrado de la diversidad en muchas sociedades occidentales. Millones de personas se mueven por todo el mundo y se reubican, otro efecto de la globalización neoliberal. Cuando se pierden esos valores vinculantes en cualquier sociedad, se produce una proliferación y una polarización entre diferentes sistemas de valores irreconciliables. No se combaten en el nivel de la verdad, sino simplemente en el nivel de los sistemas de valores. No diría que es una creación de la derecha. Lo que vemos es una desintegración, que es un efecto del neoliberalismo, efecto concreto del empobrecimiento de las clases medias y trabajadoras tradicionales. Los países capitalistas de todo el mundo buscan mano de obra barata dondequiera que puedan. Otro efecto es la pérdida de la noción de bienes públicos, comunes, de una sociedad vivida en común. Todas esas son cosas que el neoliberalismo atacó. Margaret Thatcher lo dijo maravillosamente: “No existe la sociedad. Solo hay individuos”. No se puede repetir esa cita lo suficiente porque lo que ella expresó tan bellamente fue el esfuerzo neoliberal por desintegrar literalmente no solo la idea de sociedad, sino la práctica de lo social. En este contexto de nihilismo y valores desvinculados de cualquier fundamento sólido, es imposible no tener tipos de choques en el valor y la instrumentalización del valor, y los objetivos políticos para fines distintos de los que se enuncian. La derecha se viste de Iglesia y de pueblo, obviamente tratando de movilizar a una población en muchos casos para la plutocracia y la corrupción. Y la movilización de la izquierda no tiene mucha visibilidad, aunque tenga muchas cosas por las que protestar. Así estamos con estas sociedades desintegradas y una diversificación de valores y posiciones que son en gran medida irreconciliables.

—Para mí fue enormemente útil. Es a partir de Foucault que fui alertada de hasta qué punto el neoliberalismo es más que una política económica. Aquello vinculado con la desregulación, la reducción de la fiscalidad progresiva, la eliminación del Estado social y la conversión de cada ser humano en un trozo de capital humano individual, emprendedor o autoinversor. Son las dimensiones económicas del neoliberalismo. Reducir las barreras comerciales y arancelarias. Abrir los canales por los que el capital puede fluir libremente y potenciarse al máximo. Pero hay otra dimensión del neoliberalismo, y es la que acabo de describir ampliamente, la forma en que rehace cada institución y cada actividad o forma de conducta. Foucault es uno de los más notables teóricos para explicar la capacidad del poder no solo para hacer sujetos y subjetividad, sino para organizar nuestra conducta. Como él dice, la mentalidad de gobierno. La forma de gobernar que representa algo como el neoliberalismo es una forma de conducir nuestra conducta. Y no hay periodista, ni profesor, ni cuidador de niños que no lo comprenda. Una vez que vemos cómo el neoliberalismo conduce nuestra conducta, lo descubrimos en todas partes, como he escrito. También en nuestra vida social y de pareja, lo vemos en la forma en que criamos a nuestros hijos, en cómo construimos amistades y redes sociales. Esa forma de razón, como dice Foucault, en la que gobernar se orienta sobre todo a la protección y el aumento del capital y, yo añadiría, a asegurar un orden moral tradicional no regulado. Es lo que Foucault nos hace ver como una parte crucial de la neoliberalización de la sociedad. Las conferencias de Foucault sobre biopolítica, cuando da siete conferencias sobre diferentes corrientes del neoliberalismo y diferentes características del neoliberalismo, son textos claves. Hay muchos más detalles de los que he expuesto, pero lo importante, creo, es entenderlo como una forma de razón, una forma de gobernar, una forma de orquestación y construcción de la propia naturaleza de la sociedad, de la relación Estado-sujeto y, sobre todo, una forma de entender al

Reportaje

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2021-11-28T08:00:00.0000000Z

2021-11-28T08:00:00.0000000Z

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