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“era el idiota de la familia porque no me gustaban las cosas que les gustaban a los demás”

Ambos, Juan José Sebreli y Alina Diaconú, son escritores y se profesan una amistad de años. De las conversaciones que suelen tener los fines de semana en casa de él, Diaconú transformó en reportaje una

Muchas veces, los fines de semana, después de tomar el té en la casa de Sebreli, al salir a la calle, me decía a mí misma: “¡Qué lástima no grabar estas conversaciones, tan ricas, tan medulares y, a la vez, tan amistosas, naturales y libres!”. Es como si con Sebreli nos hubiésemos conocido desde toda la vida. Como si cualquier tema pudiera ser abordado con él, en toda confianza, contando con la total franqueza de sus respuestas. Lo admiro por sus libros, por su sagacidad analítica, por su coraje, su rebeldía. Lo admiro por su audaz iniciativa durante la dictadura militar de dar clases privadas en su casa, fenómeno que fue llamado “La Universidad de las Sombras”. Por su actitud frente al confinamiento impuesto durante la pandemia, a través de sus declaraciones antipopulistas. Lo admiro por sus juicios lapidarios, lanzados sin tapujos y sin anestesia, para despertar las conciencias. Sin embargo, pocas veces hablo con él sobre los temas que le consultan los medios y la calle: sus opiniones políticas, su visión del país, sus balances históricos o sociológicos.

Nuestras charlas giran alrededor de los libros y de la vida cotidiana, de anécdotas y personajes por ambos conocidos, de sus estados de ánimo, de su salud (que fue golpeada varias veces en los últimos años), del día a día, en sus grandes y pequeñas facetas. Sebreli está siempre actualizado y, aunque no use la tecnología, está al tanto de todo.

Esta conversación la grabé hace poco. Muestra un perfil íntimo de Sebreli, impactante por las confesiones que, una vez más, se animó a manifestar. Sus libros de las que ella consideró más intimista que otras. Sobre todo porque en esa charla, los libros y las anécdotas de la vida cotidiana quedaron fuera o se colaron de manera aleatoria y en un tercer plano. Y salió a escena un Sebreli mucho más personal, más íntimo, que recorrió una infancia y preadolescencia solitarias, la aparición del deseo, el sexo por el sexo mismo, y la amistad por encima de la pasión.

46 - Policiales

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2022-06-26T07:00:00.0000000Z

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